LA TEOLOGIA
Enviado por Carlos Andres • 29 de Mayo de 2022 • Resumen • 1.578 Palabras (7 Páginas) • 114 Visitas
CLASE 1
UNIDAD I
LA TEOLOGIA
Definición Nominal: La Teología es la ciencia que se aboca al estudio de Dios por medio de la razón y la fe a través de la revelación.
La definición más conocida es la de san Anselmo: “Es un creer para entender, entender para creer”
Otras definiciones que se han presentado son: “Es la inteligencia de la fe”; “La fe que busca entender”; “Es un tipo de razón, que entraña oración y adoración”; “Es un estudio razonado y de fe de la vida íntima y recóndita de Dios a través de lo que de ella nos dice la divina revelación”
Definición Etimológica: del griego θεος= Dios, λογος = estudio, razonamiento.
del latín Theos=Dios Logia=Ciencia.
Objeto material: Es Dios y sus obras.
Objeto formal: Es la divina revelación, que ilumina el entendimiento para comprender a Dios en cuanto Dios (nos lleva a comprender la vida íntima y recóndita de Dios)
Ahora bien, el estudio de Dios está referido a dos ciencias:
- Teología natural; Teología filosófica; Teodicea.
- Teología; Teología sagrada.
La Teología natural es la ciencia filosófica que llega al conocimiento de Dios por medios de la razón a través de las cosas creadas, es decir, es el estudio que se aboca a Dios por ser la Causa primera que por su acto creador tiene como efecto las cosas creadas. Es un estudio ascendente (del efecto a la Causa). Es un tipo de conocimiento limitado, parcial e imperfecto.
La Teología o Teología sagrada es la ciencia que llega al conocimiento de Dios por medio de la divina revelación. A ella la desarrollamos por medio de la razón y de la fe. Es un estudio descendente (de la Causa al efecto). Es un tipo de conocimiento ilimitado (porque a Dios nunca lo vamos a llegar a abarcar totalmente, y es así como afirmamos que es más lo que desconocemos de Dios que lo que conocemos).
La Teología es una ciencia subalternada a una ciencia subalternante que es la ciencia de Dios, porque sus principios tienen evidencia en la ciencia de Dios y en la de los santos.
Posee sus principios -los artículos de la fe- por medio de la fe divina, que es el sustituto circunstancial y momentáneo de la visión clara de Dios (visión beatifica). Por eso, no tenemos evidencia de los principios, ni tampoco de las conclusiones. La teología se encuentra así en nosotros de un modo imperfecto; pero es sustancialmente ciencia, porque dice orden esencial a la teología beatifica del cielo, de quien recibirá su evidencia de que accidentalmente carece.
Es en el cielo en donde se convertirá en ciencia perfecta.
Ahora bien, debemos distinguir dos actos distintos que realiza el creyente:
- La labor del teólogo.
- La fe infusa del creyente.
La fe infusa del creyente versa sobre un asentimiento por parte de la persona sobre algo que se le dice como revelado (es decir, sobre la verdad de fe). Lo que hace la persona es realizar el acto de creer.
La labor del teólogo implica algo más que el acto de creer, y es el esfuerzo humano, el estudio e incluso el razonamiento y discurso sobre las verdades reveladas. Por eso, la teología pasaría a ser definida como un conocimiento de una verdad inferida, por discurso natural de una verdad tenida por revelación divina.
Esto nos lleva a tener presente que en el campo de la divina revelación es preciso distinguir dos grandes grupos de verdades: verdades en sí mismas formal y explícitamente reveladas, y verdades virtual e implícitamente reveladas. Para estas últimas, hace falta el discurso natural, que haga ver contenida una verdad en otra, es decir, pasar de una verdad explicita y formalmente revelada a una verdad implícita y virtualmente revelada (es aquí en donde se presenta la labor del teólogo).
Por esto, la teología pasa a ser un conocimiento divino-humano de las cosas divinas.
Por esto se puede definir a la teología como “habito científico que versa sobre las conclusiones adquiridas, por rigurosa demostración, de las verdades por fe divina”.
Son de las verdades tenidas por fe divina o de las verdades formal y explícitamente reveladas o de los artículos de fe, de donde parte la teología sagrada para demostrar sus conclusiones; son no objeto, sino su punto de partida; mientras que las conclusiones son término.
Ahora bien, ya vimos la consideración de la existencia de la teología, por lo que tendremos que ver ahora la consideración de la necesidad de la teología.
Y su importancia radica en que, según nos enseña la misma revelación, el hombre ha sido llamado (vocación) por Dios a la posesión de un fin sobrenatural, que excede las fuerzas y la capacidades naturales del hombre.
Este fin sobrenatural es la participación de los bienes divinos que transciende en absoluto la inteligencia del hombre.
Y este fin y bienaventuranza ultima, que es la posesión plena y perfecta de Dios en el cielo, se nos propone como premio y galardón de nuestras buenas obras.
Luego, para que el hombre pueda salvarse, alcanzando ese fin sobrenatural y divino al que Dios misericordiosamente le ha elevado, debe dirigir a él todas sus acciones, con el objeto de poder merecerlo.
Pero es imposible dirigir nuestra actividad a un fin si previamente no conocemos dicho fin y el camino que a él conduce. Pero he aquí que lo mismo que el fin y el camino que lleva a él son intrínsecamente sobrenaturales y exceden la capacidad natural de toda inteligencia creada (se presente la dificultad e imposibilidad por parte del hombre en alcanzar su fin último, por esto Dios sale a su encuentra para indicárselo, no escatimando en gasto, por esto entregara hasta su propio Hijo, Jesucristo).
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