Alinearse Con El Alma
Enviado por jalfagemer • 15 de Junio de 2014 • 357 Palabras (2 Páginas) • 327 Visitas
Alinearse con el Alma
Cuando yo me alineo con mi mente, la sigo en lo bueno y en lo malo. Es decir, disfruto sus extraordinarias capacidades para registrar, procesar, relacionar, comprender y componer las cosas que requiero para las diversas áreas de interés de mi realidad; pero también sostengo las limitaciones y ansiedades que aquella estructuralmente posee, como son su avidez por los problemas, su obsesión por rumiar los eventos del pasado, sus miedos imaginarios acerca del futuro, su capacidad para filtrar mis percepciones y conclusiones de manera que algo positivo o indiferente se convierta en negativo o en amenaza, su parloteo interminable que evita que mi yo mismo sea detectado y conocido.
Cuando mi mente se alinea conmigo, todo es diferente, ella se convierte en una herramienta insuperable para mi desarrollo físico, mental, emocional y espiritual. Sin embargo, esto no sucede espontáneamente. La mente pretende tener todo el protagonismo e intenta (y generalmente lo consigue) convertirme a mi en su instrumento para desarrollar su tendencia al apego y al egocentrismo.
Cuando yo me alineo con mi cuerpo, sucede lo mismo. El cuerpo, mírese por donde se le mire, es una maquinaria perfecta que supera cualquier adelanto imaginable de la ciencia y tecnología más modernas, brindándonos funciones extremadamente estupendo en aspectos como locomoción, sostén, desarrollo de actividades, percepción externa e interna, comunicación y satisfacción; bajo el marco de una serie de mecanismos, también perfectos, para alimentarse, expulsar residuos, defenderse, rehabilitarse, reproducirse así como sostener el funcionamiento integrado dele organismo. Pero también, me apego a esa ansia suya por obtener más y más formas y momentos de disfrute que puede ir creciendo hasta el infinito, sus necesidades de economía de energía, su priorización de las funciones vinculadas a su supervivencia, etc., que se enfrentan a mis necesidades de elevación personal.
Cuando mi cuerpo se alinea conmigo, todo cambia, se convierte en mi fiel aliado que permite que siga subsistiendo y pueda orientar mis esfuerzos a mi desarrollo integral.
Cuando cuerpo y mente se alinean conmigo, todo está resuelto, yo vuelvo a ser yo, mi camino se vuelve mi camino y los demás dejan de ser “los otros”. La verdad se vuelve mi identidad.
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