Apostodalos Seglares
Enviado por Mgmdy • 22 de Noviembre de 2013 • 5.167 Palabras (21 Páginas) • 350 Visitas
Apostolado Seglar y Acción Católica
Libro “Apostolado Seglar”, Autor Pbro Luis Maria Acuña, Edit Difusión, 2ª edición, 1953
INTRODUCCIÓN
Ofrecemos a nuestros lectores la nueva obra “Apostolado Seglar”, que nos han pedido con insistencia tanto del país como del extranjero.
Es una contribución a las actividades que desarrolla la Acción Católica, codificada definitivamente por el ilustre Pontífice Pío XI.
Esta obra no es un Manual de Acción Católica; es un libro de formación, de principios, destinado a despertar el entusiasmo del mundo católico para que colabore con la Jerarquía en el inmenso campo del apostolado religioso y social. Nuestro tema es el Apostolado seglar, su origen, su importancia, sus normas, sus formas diversas y, naturalmente, damos las normas fundamentales de la Acción Católica, especialmente las qué señaló Pío XI en sus Encíclicas, en sus Cartas, en las Actas de la Secretaría de Estado y en los Concordatos.
Es la hora del trabajo, de los grandes trabajos. Trabajemos, pues. Esta acción de los seglares la reclama la Iglesia y es de la más alta importancia. “Antes -decía el ilustre Luis Veuillot -, la Iglesia necesitaba del brazo secular; hoy necesita de la acción de los seglares”.
En esta obra damos la noción clara de Apostolado Seglar; qué han pensado de él los ilustres Pontífices que han regido, en los últimos tiempos, los destinos de la Iglesia, Luego estudiamos la necesidad y la importancia del apostolado. Del de defensa, de conquista, de obediencia. Esbozamos la organización de la Acción Católica. Después estudiamos el origen y la evolución del Apostolado seglar, sus grandes figuras y sus gestas hermosas. Los campos y fuentes del apostolado; sus formas diversas; las glorias del apostolado de la Iglesia; el apostolado de la mujer, del joven, de la joven; el apostolado social del clero y temas de formación, finalizan esta obra.
Damos, pues, una obra de formación, de principios, de doctrina.
Esto es lo que más necesitamos: ideas, principios, doctrinas que nos lleven a la convicción, al trabajo, a la propaganda.
El mundo vive una hora de anarquía intelectual; luchan en todos los campos ideologías encontradas y opuestas y esas ideologías se concretan después en sistemas que luchan por el predominio de la humanidad.
El católico debe estar arraigado, como nunca, en la verdad, en la convicción. “La verdad permanece eternamente”. Esa verdad debe ser para él como un faro de luz que la ilumine en medio de las tempestades, en esta noche de dolor y de tragedia que ha caído sobre el mundo de las almas.
Se ha dignado escribir el Prefacio de honor de esta obra, el distinguido Prelado chileno y Obispo diocesano de Talca (Chile), Dr. D. Manuel Larraín Errázuriz. Conocedor como pocos de los problemas de la Acción Católica y de los problemas sociales, nos alienta con su palabra sabia y prestigiosa. Le hacemos llegar nuestra gratitud junto con la admiración que le profesamos.
El Prólogo de la obra lo escribe el conocido sacerdote porteño Pbro. D. Miguel Ulloa Ossandón, cuyos trabajos apostólicos, especialmente en la prensa, en la radio y en las organizaciones son conocidos de todos y se distinguen por el entusiasmo y el brillante éxito.
Colabora también con un capítulo especial sobre el apostolado de la radio, de cuya propaganda es Director Eclesiástico. Hacemos llegar al distinguido sacerdote nuestro agradecimiento por esta colaboración y por habernos alentado en nuestras obras.
Al publicar esta nueva obra cumplimos los anhelos de nuestros distinguidos hermanos los sacerdotes argentinos, quienes nos han pedido, en la “Revista oficial del clero” la publicación del “Apostolado Seglar”.
Esperamos que esta obra sea aceptada y acogida con el mismo entusiasmo que las anteriores. Es obra para todos: sacerdotes, seglares, dirigentes, juventudes. A ella hemos consagrado nuestros estudios, nuestras mejores horas; le hemos dado la mayor actualidad, relacionando los temas con los problemas y tendencias de la época.
En el presente año, Dios mediante, el autor iniciará la publicación de sus “Obras Oratorias”, comenzando por un tomo de “Discursos y Conferencias”. Después seguirá con otro de “Sermones y Panegíricos”, “Planes Oratorios”, un “Tratado Superior de Religión” y una obra de prensa.
Nos encomendamos a las oraciones de todos y los saludamos afectuosamente en el Señor.
PBRO, LUIS MARÍA ACUÑA G.
CAPITULO I
EL APOSTOLADO
SUMARIO: 1. Un cuadro de la sociedad. – 2. Apostolado. Definición. Explicación de los términos. Hablan los Pontífices Pío X, Pío XI y un eminente Prelado. – 3. Verdadero carácter de! apostolado seglar. – 4. Faltan hombres…
l.-UN CUADRO DE LA SOCIEDAD. – El mundo vive la hora de la inquietud, vive la hora de la lucha en todos los órdenes. Un recio choque de ideologías: descompaginación política, agitación social, ruina económica caracterizan la vida contemporánea.
Y en el orden religioso, vivimos tiempos de lucha y de encarnizado combate contra los sagrados intereses de Jesucristo y de su Iglesia.
Luchas raciales: sovietisrno, racismo, que no son otra cosa que el despotismo entronizado, hacen cruda guerra al Cristianismo y pretenden arrancar a Cristo del trono de amor en que lo ha colocado la fe de veinte siglos. Grave es la hora que vivimos; grave es el momento, el más grave de cuantos ha vivido la humanidad en los últimos siglos. En todas partes, los enemigos de Cristo se unen, se agrupan, y forman una inmensa falange, un frente único para descristianizar al individuo, a la familia y a la sociedad.
Esbocemos un cuadro de la situación. Si miramos la vida industrial, doméstica y social veremos que la paz ha huido de la tierra. No hay paz ni para el individuo, ni para la familia, ni para la sociedad, ni para las naciones. Estamos en guerra perpetua: guerra de clases, guerra política, disensiones domésticas, y sentimos en nosotros y cerca de nosotros enormes inquietudes.
En el orden internacional vemos cómo de nuevo, el monstruo de la guerra, cual jinete apocalíptico, va dejando un reguero de sangre y de lágrimas… Y aunque no exista el estado de guerra hay un espíritu de guerra que causa hondo malestar a las sociedades y a los pueblos.
En el orden religioso, se ha excluido a Dios del principio del derecho, de la vida pública y consagrado la apostasía social.
En el orden doméstico, se ha laicizado el matrimonio, se ha desorganizado la familia, se ha quitado a Dios de la escuela y, con El, toda base de moralidad.
En el orden social, arrecia la lucha de clases; estamos tocando con la mano sus miserias, sus llagas;
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