Boletin Carmelo Domestico

La vocación es un llamado de Dios a la santidad.  Nosotros fuimos llamados a ser cristianos, católicos y carmelitas.  Las famosas tres “C” que compartimos en la clase de formación.  Durante este tiempo de Adviento nos preparamos para celebrar la venida de Cristo, nuestro salvador, quien se encarnó para morir por nuestros pecados y darnos vida eterna.

Al igual que nosotros, Cristo, recibió un llamado, una vocación…salvar al mundo. Desde antes incluso de nacer sufrió lo que conlleva vivir su vocación. Viajar a Belén en un burrito casi al dar a luz no debe hacer sido fácil para la Santísima Virgen y luego encontrar refugio en un establo, ya que no había posada para ellos en la ciudad.  Y allí en un humilde pesebre, entre animales nació el salvador (Lucas 2,6).  Sin embargo, ella quien también vivió su vocación a plenitud desde aquel sí al llamado de Dios (Lc 1, 38) enseñó a su Hijo a vivir la suya.  Porque cuando Jesús se perdió y fue encontrado en el templo dice la Palabra que fue obediente a sus padres (Lc 2, 31).  Cuán importante para el cristiano católico carmelita es la promesa de obediencia.  Esta es guía segura en su caminar y desarrollo de su vocación.  La obediencia a la Regla, las Constituciones, Estatutos y Consejo de la Comunidad formado por el Presidente, Maestro de Formación y los tres Consejeros, que son la autoridad legítima de la Comunidad.

Jesús aprendió de José todo lo concerniente a la religión judía y de María la obediencia y amor.

En la Biblia hay un tiempo de la vida de Jesús en que no sabemos detalles de su vida (edad desde los 12 a los 30 años). En ese periodo de silencio elocuente, Jesús se fue formando y preparando para cumplir plenamente su vocación.

Al igual que Jesús, nosotros vivimos en silencio y soledad nuestra vocación.  Porque luego del encuentro mensual tan necesario y vital en nuestra vida como carmelitas, volvemos a nuestros carmelos domésticos a estudiar, reflexionar, cultivar, desarrollar y sobre todo a vivir la vocación  a ;a que hemos sido llamados.

Sabemos que durante ese periodo Jesús se preparó y vivió su vocación porque cuando hizo su vida pública los hechos hablaron por sí solos.  Y así sucede con nosotros, hermanos, de la manera en que vivamos nuestro Carmelo doméstico, estudio de la Regla, Constituciones, Estatutos, Formación Cristiana y Carmelitana, se ven los frutos de nuestro diario vivir y en la asistencia a nuestras reuniones de Comunidad.

De ahí mana la fuente de la que habla San Juan de la Cruz, cada encuentro en Comunidad es la alegría de compartir, la fe, el llamado que Dios nos ha hecho como hermanos.

En este año 2011, vamos a dedicarlo a nuestra vocación.  A reflexionar, discernir, desarrollar y cultivarla.  ¿Qué necesito para fortalecerla? ¿Formación Cristiana? ¿Organizarme? ¿Revisar mi plan de Vida de acuerdo a las Constituciones? En fin, cada cual sabrá qué hacer.  Tenemos las herramientas en nuestras Constituciones y demás documentos que nos sirven y son guía para vivir nuestra vocación.  Están ahí a nuestro alcance para hacer el mejor uso de ellas.  Todo esto dentro del marco de la oración.

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