Carta Apostólica a la Iglesia en Venezuela
Enviado por elredentor08 • 29 de Noviembre de 2023 • Ensayo • 2.130 Palabras (9 Páginas) • 136 Visitas
CARTA APOSTÓLICA A LA IGLESIA VENEZOLANA Febrero 2019[pic 1]
En los días determinantes que nos encontramos, es indispensable para todo hombre y mujer que habita el cuerpo de Cristo, así como para aquellos que aún no han sido notificados de que por el Creador han sido elegidos, el entender, que es lo que Dios tiene pensado llevar a cabo en estas épocas cruciales para su propósito eterno.
Por ello, el calibre profético de la Iglesia contemporánea se verá reflejado por dos premisas relevantes, primero: la correcta lectura espiritual que se hace de los tiempos, para convertirse en la luz de esperanza que direccione y lleve a los pueblos a la obediencia de Cristo; y segundo: la conducta de los Santos, como expresión viviente de la Gloria de Dios, entendiendo que esa gloria es la vida de Cristo en el hijo de Dios que habiendo transformado su ser, podrá llenar la tierra de esa Gloria y de esta forma cambie la historia de las naciones.
Porque lo que de verdad cambiará la historia en nuestra generación, es cuanta Gloria de Dios estamos expidiendo como sus hijos, y no es la cantidad numérica, sino el valor eterno de lo que ha de ser pesado, es decir, Dios no tiene cuenta en números, el posee una “Balanza Espiritual” que registra el peso espiritual de nuestras acciones. Así como ocurrió con la viuda que dio dos blancas, ciertamente en número fueron dos, pero lo que el Señor Jesús pesó fue el espíritu de fe en esa acción, y eso es lo que entendemos como el Peso de Gloria.
“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” 2Co 4:17
Dios y las Naciones
Dios no concibe los gobiernos de las naciones desde un partido político, sino que los mide como personas que determinan el destino de las generaciones, y de allí es extraída la relevancia para su reino eterno. Por lo tanto, Dios que ve la historia, interviene, utilizando a hombres y mujeres que a pesar de no saber nada de ámbitos espirituales, y que algunos de ellos ni siquiera fueron o son salvos, sin embargo, son instrumentos dentro de su plan soberano.
Por ejemplo podemos ver, que a Dios no le importó si era Faraón, Nabucodonosor, Ciro, o si era Acab rey de Israel, para aquellos días, el protagonista no era Egipto, ni Babilonia ni tampoco Persia, en el Antiguo Pacto era Israel, la nación que Dios había elegido como su pueblo; más ahora en el Nuevo Pacto, la Nación Elegida de Dios, es la Iglesia eterna, ella es la voz profética que puede por su entendimiento espiritual, escribir y desarrollar la historia de cada territorio a donde ésta ha sido asignada de manera particular por la soberanía de Dios.
Ahora bien, es el Señor que está escribiendo su obra con las naciones de la Tierra, y para montarla en el escenario global, dispondrá de alguna manera de actores sociales que están haciendo la obra profética que les corresponde a los hijos de Dios en cada nación. Como lo declara la escritura, Hay algunos Jehú que se han levantado. Sabiendo que ese Jehú no era la mejor persona del mundo, sin embargo, Dios lo usó para sacar del escenario de aquella época a Jezabel.
El Gobierno de Dios trae equilibrio en la escritura de la historia de las naciones. Por ello, le corresponde a la Iglesia ser la voz profética que enrumbe a su nación en el trazado designado por el Padre. No estoy hablando de perfección profética, sino del rumbo de la historia. Dios está sobre la historia del mundo, no solo sobre la Iglesia. Rom. 1:5
Si los hijos de Dios demoramos demasiado tiempo para madurar y para entender los valores históricos de Dios, como personas nos puede arrollar la realidad, y debemos de estar atentos, porque esto puede suceder. Ya que la historia de los pueblos no esperará a que los hijos de Dios se le soluciones todas sus domesticidades como por ejemplo: que sanen de la rodilla, le deje de doler la cabeza, tengan una familia bonita o encuentren un mejor trabajo.
La historia tiene una dinámica diferente. Y Dios, que es el dueño de la historia, comienza a levantar hombres, sin pensar qué partido político gobierne. Lo que siento, y he gemido en mi espíritu y lo que creo más factible, es que el Padre levanta a una generación encendida en el Espíritu y con un peso de Gloria inigualable. Como fielmente lo señala la voz apostólica en la carta a los romanos:
“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” Rom. 8:18
Por eso, podemos entender que hay una relación entre el pecado, la economía, la corrupción y la política, donde todo lo que pasa en el mundo se va configurando para restarle espacio a la Iglesia en los lugares de autoridad, impidiendo así la manifestación de la Gloria que portamos. Por ello, el mundo no va a cambiar con profesionales o empresarios cristianos, sino que lo hará por medio de los hijos de Dios que portando el peso de su Gloria lo puedan expresar en todo lugar.
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