Carta Preposito General De La Compañia De Jesus

Informe de lectura

Ha sido muy interesante leer al General de los jesuitas. Me ha creado mucho más identificación con esta universidad. A la vez me parece algo “mágico” leer la teoría del perfil de la educación jesuita, y ver como en la realidad sí se cumple todas esas características en sus alumnos. Los jesuitas han logrado utilizar las letras y las ciencias como medio para lograr personas al servicio de los demás: formar líderes, que promuevan un mundo fraterno de justicia según el plan de Dios, con sentido crítico y con un espíritu solidario sobretodo con los que menos tienen. La UARM es una universidad única donde nos brinda una formación humanista, al servicio del bien común y de la sociedad peruana. Con una inspiración cristiana ignaciana y gran nivel intelectual, donde se combina muy eficazmente razón y fe. Demostrando así, ser una universidad distinta en el Perú. Es que se siente bien estudiar en una universidad donde no te miren como un objeto económico, un cliente al que sacar dinero; sino como persona, como un humano a quien servir y ayudarnos. Junto con lo aprendido de la larga historia de los jesuitas en clase, nos damos cuenta que estos cuentan con una larga experiencia pedagógica. Descubriendo un San Ignacio muy interesado en la excelencia académica, desde los Ejercicios Espirituales, pero también esta educación ha ido evolucionando con los nuevos signos de los tiempos. Ver reflejado el servicio a los pobres de San Ignacio, en todo ámbito o institución jesuita; como la UARM donde se muestran diferentes apostolados como el Magis. Es claro que en la sociedad actual es difícil cumplir con todos estos objetivos, y como se lee en los textos, la Compañía se vio afectada al entrar al terreno educativo; pero el deseo de la mayor gloria de Dios -Ad moiren Dei glorian-, logró cumplir los objetivos y unir mundo y Dios. La universidad nos forma con esa identidad jesuita, por lo que me siento agradecido y feliz de pertenecer a esta comunidad. Espero llegar a ser ese hombre para los demás, que logre inspirarme esa creatividad del carisma fundacional de San Ignacio que tanto leo, que las personas vean en mí esa persona que propicia un clima de bien común y así confíen en mi, de participar positivamente y de una manera reflexiva que lleve a colaborar en la construcción de una Patria prospera, democrática y fraterna.

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