Contraveneno
Enviado por Yhoel • 20 de Agosto de 2013 • 6.860 Palabras (28 Páginas) • 427 Visitas
Fenicios
[Historia] Fenicios
Pueblo de la Antigüedad, instalado en la comarca costera que se extiende desde el Monte Carmelo hasta la desembocadura del Nar el Kebir. Los griegos, posiblemente desde tiempos micénicos, llamaron fenicios a los pobladores del país de Canaán. Etimológicamente, la palabra proviene del griego phoinix, que significa ?púrpura?, y es una derivación del nombre que los fenicios se daban a sí mismos desde, al menos, el III milenio a.C. Canaán era, en efecto, la ?tierra de la púrpura?, la región de la costa del Mediterráneo que se extendía desde Tell Sukar hasta Gaza, y que actualmente abarcaría la mayor parte de la superficie del Líbano y parte de Siria y Palestina. La tierra de Canaán era en tiempos de los fenicios una estrecha franja costera delimitada por accidentes geográficos que la aislaban del interior: el mar al oeste, los desiertos de Siria y Arabia al sur y al este, y las cordilleras del Líbano bordeando como un gran farallón la costa, de tal forma que sólo era posible acceder a Fenicia a través de la región de Alepo, al norte, y de Damasco, al sur.
El medio geográfico, étnico y lingüístico
Étnicamente, los fenicios eran un pueblo de origen semita occidental, establecidos desde tiempos remotos en aquella región, de la que se creían autóctonos. Sin embargo, las tradiciones de la Antigüedad clásica les atribuyeron orígenes diversos. Herodoto afirmó que procedían del mar Rojo; Estrabón y Plinio situaron su origen en el Golfo Pérsico y, finalmente, el fenicio Filón de Biblos situó su origen en Canaán. Sabemos hoy que éstos habitaron Canaán al menos desde el III milenio a.C., sin que pueda precisarse su origen anterior. Sobre este sustrato más antiguo de la población fenicia, se instalaron durante el II milenio otros pobladores amorreos, pertenecientes también al grupo de los semitas occidentales. Más tarde, otros elementos de origen hurrita e indoiranio se instalaron en el país, y desde la segunda mitad del II milenio se unieron a ellos otros grupos semitas, como los arameos o los israelitas, que al parecer llegaron a Canaán hacia 1300 a.C. Un siglo después, las invasiones de los ?Pueblos del Mar? introdujeron nuevos elementos étnicos en la región. De resultas de la invasión, se instalaron en ella los peleset o filisteos, que dieron nombre al país entre Ascalón y Gaza: Palestina. Los filisteos hubieron de competir durante largo tiempo con los israelitas por el control del territorio, y finalmente éstos quedaron aislados y diseminados en un país que se mantuvo en lo cultural, a pesar de la mezcolanza étnica, esencialmente fenicio. Desde principios del siglo X a.C., el territorio de domino político fenicio se redujo en buena parte debido a la competencia de los demás pueblos instalados en la región, pero la comunidad cultural y lingüística se mantuvo en la zona durante muchos siglos, e incluso después de la ocupación romana tenemos testimonios de la pervivencia de esta refinada civilización.
La lengua fenicia pertenecía, junto con la hebrea, al grupo de los dialectos semíticos noroccidentales. Existió un fenicio arcaico que perduró hasta aproximadamente el inicio del II milenio a.C. A partir de entonces, la lengua fenicia fue incorporando elementos procedentes del amorrita, dando origen al fenicio clásico, que habría de convertirse en la lengua común de la región hasta al menos el siglo II d.C. En las colonias fenicias occidentales, la lengua púnica todavía se hablaba en tiempos de san Agustín, en el siglo V d.C. No se conservan de esta lengua más que inscripciones epigráficas, y ningún documento literario ha llegado hasta nosotros, a pesar de que fueron precisamente los fenicios quienes inventaron el alfabeto que dio origen al alfabeto griego y latino.
El paisaje de la comarca fenicia, enormemente fragmentado por una sucesión de valles de aluvión y de colinas escarpadas, condicionó de forma decisiva el desarrollo de esta civilización. La explotación de los recursos agrarios era difícil por la extrema compartimentación del paisaje, y se hizo imposible una agricultura de tipo extensivo. Sin embargo, la riqueza del suelo permitió el desarrollo de una agricultura de carácter intensivo, tanto de cultivos cerealeros como hortofrutícolas. Había además abundancia de tierras de pasto que nutrían una importante cabaña ganadera ovina. La existencia de las montañas del Líbano proporcionaba a la región unas condiciones climáticas atípicas en el Oriente Próximo. Los bosques del Líbano se convirtieron en la principal riqueza natural de la región y la explotación maderera fue uno de los motores de la civilización fenicia. El valle de la Bekaa proporcionaba cobre; el mar, pesca abundante y sal, además del preciado múrice o murex, el molusco de cuyo jugo se obtenía la tintura púrpura que dio nombre a Canaán.
Organización política y social de los fenicios
Fenicia nunca formó, a pesar de su comunidad de civilización, una entidad política unitaria y nacional. El poblamiento se disponía en ciudades que dominaban un hinterland de tierras agrícolas, formando pequeños reinos autónomos. Coyunturalmente, alguna de estas ciudades podía adquirir una cierta hegemonía sobre otras, pero ello no significaba la desaparición de las dinastías locales.
Cada ciudad poseía su propio sistema de gobierno, siguiendo el esquema de las monarquías semíticas: una realeza de sucesión hereditaria y carácter sacro, en la que la reina desempeñaba un papel muy activo. Los reyes eran asesorados en sus tareas de gobierno por un consejo de ?ancianos? pertenecientes a las familias más poderosas y por un nutrido cuerpo de funcionarios civiles y militares (escribas, correos, comisarios...). El rey era ante todo el gran sacerdote del culto local. Junto al monarca, parece que cada ciudad poseía un gobernador y un comandante militar. El consejo de ancianos evolucionó desde su dominación por la aristocracia terrateniente y administrativa hacia una mayor presencia de elementos de las clases mercantiles, que acabaron controlando en gobierno de las ciudades en época de la expansión colonial fenicia. El tipo de gobierno de la oligarquía comercial se componía de un consejo colegiado de magistrados civiles o sufetes. Esta forma de administración fue la característica de las colonias fenicias de ultramar, cuya fundación estuvo además vinculada al dinamismo de las clases mercantiles urbanas.
Las ciudades-estado fenicias se organizaban alrededor de los palacios y templos locales, emplazados en una acrópolis amurallada que dominaba el recinto urbano, a su vez protegido por una muralla exterior. La organización económica durante la Edad del Bronce continuó ajustada al sistema palaciego, por el cual el excedente de la producción agrícola y artesanal se centralizaba
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