Creo en la resurrección de la carne
Enviado por Héctor Alonso Herrera Pava • 7 de Septiembre de 2018 • Tutorial • 1.204 Palabras (5 Páginas) • 242 Visitas
CREO EN LA RESURRECCIÓN DE LA CARNE
«Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el último día. Sí, ésta es la decisión de mi Padre: toda persona que al contemplar al Hijo crea en él, tendrá vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.» (Jn 6, 39 – 40)
¿Qué quiere decir resurrección de la carne?
Resurrección de la carne quiere decir que, como Cristo resucitó, así también nosotros resucitaremos al fin del mundo, volviendo a unirse nuestras almas con nuestros propios cuerpos, para nunca más morir.
La muerte es la separación del alma y del cuerpo.
Revelación progresiva de la Resurrección
«… El Rey del mundo, a nosotros que morimos por sus leyes, nos resucitará a una vida eterna. Es preferible morir a manos de los hombres con la esperanza que Dios otorga de ser resucitados de nuevo por él» (2 M 7, 9. 14)
¿Qué significa resucitar?
No es lo mismo que revivir, como en el caso de Lázaro (Jn 11, 38 – 44).
No es volver a la vida misma para continuar envejeciendo, enfermando para morir otra vez.
Es nacer a una vida nueva, distinta de la de ahora en la que no hay lugar para las mismas cosas: muerte, cansancio, enfermedad, pecado.
Lo que nos dice el CIC
Esta afirmación se basa en la fe de que, así como Cristo resucitó de entre los muertos y está vivo para siempre, igualmente los justos que se han identificado con Él por el Bautismo, la Confirmación y Eucaristía, después de su muerte vivirán eternamente con Él (Jn 6, 39 – 40).
Tanto la resurrección de Cristo como la nuestra, son obra del Espíritu Santo (Rm 8, 11).
Creer en la resurrección de los muertos es principio fundamental de la fe cristiana. 1 Co 15, 12 – 20ss).
Jesús liga la fe en la resurrección, con la fe en su propia persona (Jn 11, 25)
¿Cómo y cuándo sucederá la resurrección?
La resurrección moralmente ocurre cada vez que una persona se convierte; cuando pasa de la muerte del pecado a una vida en gracia; cuando se da cuenta del mal que ha hecho y decide reemprender el camino. (Col 3, 1 – 3).
Todos los que hemos sido bautizados en Cristo nos hemos revestido de Cristo.
La resurrección definitiva tendrá lugar al final de la vida de cada uno, en el momento mismo de la muerte. La resurrección, al morir una persona, no es distinta de la resurrección del «último día», del «fin del mundo».
Las dos son la misma resurrección pero desde dos puntos de vista diferentes: el que muere ya está juzgado y ya no está en el tiempo, sino en la eternidad donde no hay tiempo, ni cambios, ni muerte. En el mismo momento del juicio particular, resucitaremos para la salvación o condenación.
Catecismo de la Iglesia Católica
Num. 999: Cristo resucitó con su propio cuerpo: «Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo» (Lc 24, 39); pero Él no volvió a una vida terrenal. Del mismo modo, en Él «todos resucitarán con su propio cuerpo, del que ahora están revestidos» (Concilio de Letrán IV: DS 801), pero este cuerpo será «transfigurado en cuerpo de gloria» (Flp 3, 21), en «cuerpo espiritual» (1 Co 15, 44).
CREO EN LA VIDA ETERNA
Al crear y redimir al hombre, Dios le ha destinado a la eterna comunión con Él, a lo que san Juan llama la «vida eterna», o lo que se suele llamar «el cielo». Así Jesús comunica la promesa del Padre a los suyos: «bien, siervo bueno y fiel, porque has sido fiel en lo poco entra en el gozo de tu Señor» (Mt 25, 21).
¿Qué pensar de la muerte?
La muerte del cristiano no es el fin de la vida, sino el comienzo de la verdadera Vida.
Es el encuentro definitivo con Dios. Los santos la esperaban con alegría, no por huir del tiempo o momento, sino de encontrarse prontamente con Dios.
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