De la muerte a la vida: La experiencia de la resurección

DE LA MUERTE A LA VIDA: LA EXPERIENCIA DE LA RESURECCIÓN

 Hoy en día la resurrección de Jesucristo es un concepto sumamente controversial, en el que se involucra a grandes rasgos la visión filosófica e incluso científica, sin embargo, dado el desarrollo de tema, la perspectiva de mayor relevancia y relación es la teológica. Por ende, se debe reconocer a la resurrección como el hecho de amor más grande que cometió Dios por el mundo, de manera que entregó en cuerpo y alma a su unigénito para que diera su vida en señal de perdón de sus pecados; de tal manera que busca reconciliar y reconquistar a la humanidad en su divino mandato.

Según la Sagrada Biblia, Jesús, tras ser entregado en manos de pecadores que llevarían a cabo su crucifixión ignorando a sobremanera el sinnúmero de señales, enseñanzas y obras que hasta entonces el Hijo de Dios ya había transmitido, sorprendió una vez más a sus seguidores ya que al llegar al sepulcro María Magdalena, Juana, María la madre de Santiago, y las otras que estaban con ellas observaron que la piedra que cubría la entrada fue movida, los guardias se habían ido y esencialmente por la aparición de dos hombres de aspecto celestial, con ropas resplandecientes que al ver cómo las mujeres se postraban rostro en tierra llenas de miedo les expresaron una vez la voluntad del Padre, que su hijo, el Salvador, resucitaría de entre los muertos al tercer día tras ser martirizado, todo muestra de su amor incondicional.

Aunque este sea un relato que gran parte de la comunidad cristiana ya conoce a detalle, son muy pocos los fieles que en realidad han llegado a comprender lo que implica la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, si bien es cierto, este es un hecho prácticamente imposible de creer, durante años ha sido relacionado por algunos, meramente como una parábola más de las muchas que de por sí ya ayudan a comprender en cierto grado qué es lo que en verdad quiere transmitir la palabra de Dios, no obstante la Iglesia reconoce dicha narración como un eje principal de una fe esencialmente inequívoca.

 Por su parte el Señor Jesús se encarnó entre los hombres y realizó su obra durante tres años, tras su resurrección, de manera que muchos aceptaron su salvación y lo siguieron. Gran parte de la población, sin embargo, no tenía un verdadero entendimiento de que el Señor Jesús era Cristo, mucho menos de que él fuese Dios Mismo, por lo que en sus corazones se implantó la duda de que, si el Señor Jesús en realidad es Dios y entonces es Cristo y Dios Mismo, cómo permitió que los soldados romanos lo humillaran y llevaran hacia su muerte sin objeción alguna de su parte, creyendo así que si Jesús muriese como un hombre común y corriente mucho menos sería capaz de sobrevivir o llevar a su pueblo hacia el Reino de los Cielos.

 Para los fieles la fe inquebrantable en Dios y su palabra es un pilar fundamental entorno a la religión, según su creencia, el amor y perdón para con sus hermanos es lo que transmite el hito de la resurrección de Jesucristo, teniendo implícito al Espíritu Santo que en función de la Santísima Trinidad, guía hacia el encuentro de su obra,  dando muerte al pecado y resurrección a la vida, lo que se interpreta como, en virtud de la sangre derramada por el Hijo, sus pecados han sido perdonados, dejando como única alternativa el arrepentimiento de corazón y seguimiento de los designios y voluntad de Dios.

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