EL ANOCHECER DE LAS VOCACIONES
Enviado por eduinss • 10 de Marzo de 2015 • 1.078 Palabras (5 Páginas) • 221 Visitas
Sin duda alguna cuando miramos el hoy de las vocaciones nos alarmamos y notamos un ambiente oscuro, sombrío y tal vez desesperanzador ante el futuro de la Iglesia; Esto puede hacer que lleguen a nuestra memoria recuerdos de otras épocas cuando nuestro seminario, los conventos y las casas de formación religiosa siempre contaban con abundantes vocaciones, incluso las vocaciones matrimoniales eran abundantes, anotando que la tasa poblacional en épocas pasadas era menor pero mayor el número de vocaciones, hoy es todo lo contrario, mayor tasa poblacional y menor número de vocaciones.
El panorama es oscuro y por eso quiero compartir los números 43, 44 y 45 de documento conclusivo del II Congreso Latinoamericano de Vocaciones, realizado en Costa Rica a principios de este año, apropósito del anochecer vocacional:
“43. Hoy se tambalea la “barca” de Simón, la barca de la Iglesia, sobre todo con la amenaza sobre la familia, afectada por una realidad que la desintegra y pone en crisis sus valores; frente al modelo tradicional surgen otras maneras de entenderla y vivirla que crean confusión de roles, vacíos existenciales y ausencia de sentido de la vida. Incluso en el ámbito de la legislación de nuestros pueblos se hacen propuestas de instituciones familiares que pretenden homologarlas con el matrimonio. Todo esto implica un riesgo grave contra la cuna de las vocaciones.
44. Oscurece a la juventud la cultura postmoderna, hedonista, individualista y consumista, porque provoca en los jóvenes inestabilidad, desestructuración interna, afectividad rota, carencia de sentido, demora en asumir responsabilidades, incapacidad para convivir y donarse en forma estable, tanto a Dios como al prójimo. Algunos presentan cuadros de inmadurez humano-afectiva, de inconsistencia, de depresión o de tendencia narcisista que luego dificultan el crecimiento, la autodonación y la configuración integral con el llamado recibido; exaltan el presente y la propia imagen; padecen traumas familiares que han dejado huellas de inestabilidad; establecen relaciones afectivas sin compromiso definitivo, tienen vínculos comunitarios débiles; dependen del ciberespacio que, aunque comunica, disminuye la capacidad de encuentro y de alteridad. Otros carecen de experiencias de Dios o de proyectos de vida apoyados en valores e ideales que permitan trascender. Al mismo tiempo, ellos no son suficientemente acompañados ni se les ha educado para el sentido de pertenencia eclesial.
45. Amenazan a la Iglesia, por una parte, la falta de conciencia de la condición vocacional del bautismo y del matrimonio; por otra, la falta de atención a los cambios culturales y de un lenguaje adecuado para la transmisión de la cultura de los valores del Evangelio. Hay escasez e inequidad en la distribución de los presbíteros. Los escándalos y las deserciones sacerdotales están restando credibilidad a la identidad de los pastores; a veces se opta por la vida consagrada para superar estrecheces económicas o afectivas; con frecuencia los laicos no relacionan la espiritualidad con el compromiso profético; el kerygma no se anuncia expresamente a la niñez y a la juventud; hay reduccionismo en la manera de entender y asumir la pastoral vocacional y su carácter decididamente misionero”.
Como lo podemos observar la Iglesia universal es conciente de este anochecer, lo cual pinta una escena desconcertante y preocupante pero
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