EL JUEZ QUE TENÍA LA FUERZA DE 30 HOMBRES

EL JUEZ QUE TENÍA LA FUERZA DE 30 HOMBRES

Sansón nació con un don: Tenía la fuerza de 30 hombres. Este don le fue dado por Dios para proteger a su pueblo, Israel, de sus enemigos los filisteos.

Sansón hizo algunas hazañas con su gran fuerza: Una vez se llevó a cuestas la puerta de una ciudad enemiga en donde habían querido encerrarle. Otra vez se encontró con un león en el camino y al defenderse del ataque de la fiera, lo mató.

Sin embargo, Sansón no fue un hombre temeroso de Dios, pues, aunque sabía que era incorrecto a los ojos de Dios, inició una relación con una mujer filistea que sería su perdición: Dalila. Los príncipes filisteos le pagaron a Dalila una fuerte suma de dinero para que descubriera el secreto de la fuerza de Sansón. Con engaños, Dalila logró que Sansón le revelara su secreto:

- El secreto de mi fuerza radica en mi cabello tan largo. Es una señal del pacto que mis padres hicieron con Dios. El día que mi cabello sea cortado, ese día seré como cualquier hombre – dijo Sansón.

Entonces Dalila lo traiciona y lo entrega a los filisteos para cobrar la recompensa que le habían ofrecido. Sansón es llevado como un trofeo de guerra, le sacaron los ojos y lo maltrataron para burlarse del que alguna vez fue el hombre más fuerte del mundo. Pasado el tiempo, el cabello le empezó a crecer nuevamente.

Entonces se celebró una fiesta al dios de los filisteos. Para amenizar la fiesta, mandaron traer a Sansón para hacer burla de él y divertirse. Sansón, ciego, llega hasta el templo del dios pagano guiado por un niño al que le dice: Cuando hayas puesto mis manos en los pilares del templo, sal corriendo y no mires atrás. El niño así lo hizo. Y Sansón oró: Dios, dame la fuerza que necesito para vengar a Israel de sus enemigos.

Dios le dio nuevamente la fuerza, y con esa gran fuerza, Sansón empujó los pilares del templo hasta que se derrumbó todo, aplastando a sus enemigos y a los enemigos de su pueblo.

La vida de Sansón pudo ser diferente si Sansón hubiera hecho la voluntad de Dios. En lugar de eso, prefirió vivir una vida sin propósito y metiéndose en problemas para demostrar cuán fuerte era, olvidando de que su fuerza venía de Dios.

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