EL REY QUE NECESITAMOS SE LLAMA JESÚS

EL REY QUE NECESITAMOS SE LLAMA JESÚS

Reyes de Israel:

La siguiente reflexión está basada en la historia bíblica de los reyes de Israel y Judá, comprendida en los libros 1^er y 2^do de Reyes.

Breve resumen:

Antiguamente Israel, la nación que Dios llamó y creó para sí, siendo el pueblo más insignificante y minúsculo entre todos los pueblos, halló gracia ante Dios, y era Dios quien reinaba sobre ellos.

Jehová puso Jueces, hombres del mismo pueblo que Dios usaba para servir y administrar a la nación. Samuel fue el ultimo juez en Israel (1^er libro de Samuel, Capítulo 8), y fue él quien vivió en carne propia el rechazo frontal del pueblo hacia Dios cuando el pueblo a una sola voz pidieron a un hombre como rey no queriendo que Jehová reinara sobre ellos, Jehová advirtió de los problemas que sobrevendría, pero no escucharon, a una se hicieron necios, y Jehová les puso rey, respetando su decisión.

Saúl fue el primer Rey, más desobedeciendo perdió su trono. Seguido David, “el hombre conforme al corazón de Dios”, luego vino Salomón, hijo de David, pero salomón siendo viejo, se convirtió en un idolatra a causa de sus muchas mujeres las cuales eran extranjeras y lo hicieron adorar a otros dioses; a causa de esto, Jehová dividió al pueblo en sus 12 tribus, reservando solo una de ellas para la casa de David (Judá), esto por amor a David su siervo quien se supo guardar para Dios, y el resto de tribus las dio a un hombre llamado Jeroboam. Desde allí Judá quedó separada del resto de Israel.

Se levantaban reyes en Israel y de la casa de David reyes en Judá, pero Jeroboam se apartó de Dios e hizo pecar a todo el pueblo, lo mismo los descendientes de David, unos que otros fueron los que siguieron a Jehová. El pueblo se olvidó de las leyes que Jehová había prescrito a Moisés, se olvidaron de las promesas, de las maravillas de su Dios, del único y verdadero Dios, del que les había abierto camino en medio del mar y los sostuvo con pan del cielo, del que los sacó de la esclavitud de Egipto, y les dio a beber agua en medio del desierto amándolos en gran manera, del que había sido como un padre para ellos, y fueron tras las imágenes y tras lo inmundo olvidándose de la verdad y con sus labios honraban a Dios pero su corazón estaba lejos de Él. Por tanto Jehová los entrego en manos de sus enemigos, recibiendo el fruto de lo que sus manos habían sembrado.

Reflexión:

Es una historia triste, una historia de rechazar, una historia que para un hombre justo es reprochable contra Israel en gran manera, pues pagaron mal por bien, y escogieron la muerte en vez de la vida.

Pero quienes somos para juzgar, pues nosotros que juzgamos hacemos lo mismo a diario, esta historia es solo el reflejo de lo que somos toda la humanidad.

Quizás cuantas veces el Dios bueno a querido guiar nuestra vida a dulce reposo, pero no hemos

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