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Jesus Reyes Heroles


Enviado por   •  9 de Junio de 2013  •  1.828 Palabras (8 Páginas)  •  804 Visitas

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Jesús Reyes Heroles (Tuxpan, Veracruz, 3 de abril de 1921 - Denver, Colorado, 19 de marzo de 1985) fue un prestigioso político, jurista, historiador y académico mexicano, padre del economista y funcionario Jesús Reyes-Heroles González-Garza y del escritor y analista político Federico Reyes-Heroles.

Índice

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1 Trayectoria académica e intelectual

2 Carrera política

3 La dirigencia nacional del PRI y la ruptura con Luis Echeverría

4 La Reforma Política de 1977

5 Últimos años

6 La polémica de la Rotonda de las Personas Ilustres

7 Referencias

8 Bibliografía

9 Enlaces externos

10 Véase también

Trayectoria académica e intelectual [editar]

Recibido como abogado con Mención Honorífica en 1944 por la Universidad Nacional Autónoma de México, realizó estudios de posgrado en Derecho en Argentina en 1945, tanto en la Universidad de Buenos Aires como en el Colegio Libre de Estudios Superiores de Buenos Aires y en la Universidad Nacional de La Plata. Nombrado miembro de número -sillón cuatro-[1] de la Academia Mexicana de la Historia en 1968 y honorario de la Real Academia de la Historia de Madrid en 1969, le fue también otorgado el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Alcalá de Henares en 1981.

Al poco tiempo de egresar y por más de tres lustros -de 1946 a 1963- fue catedrático de Teoría General del Estado en la Escuela Nacional de Jurisprudencia -renombrada al tiempo como Facultad de Derecho- de la UNAM de varios servidores públicos, como el ex presidente Miguel de la Madrid, y por cuatro años -de 1948 a 1952- de Economía Política en la Escuela Nacional de Comercio y Administración -la hoy Facultad de Contaduría y Administración- de la Máxima Casa de Estudios, así como en la Escuela Superior de Comercio y Administración del Instituto Politécnico Nacional, escribiendo simultáneamente su extensa obra, enriquecida de su experiencia profesional, compuesta por ensayos y producciones como: Tendencias actuales del Estado -su tesis de grado, convertida en libro por su calidad- (1945); La carta de La Habana (1948); Acuerdo Arancelario General: actualidad y perspectiva (1950); La industria de la transformación y sus perspectivas, Comentarios a la Revolución Industrial en México y Bajo el signo de la inflación (1951); El papel del Estado en el desarrollo económico y Restauración, revisión y tercer camino (1952); Continuidad del liberalismo mexicano (1954); Economía y política en el liberalismo mexicano (1956); El liberalismo mexicano (en tres entregas, entre 1957 y 1961) -calificado como un texto indispensable sobre elliberalismo en México y la Reforma-; La Iglesia y el Estado en México: cincuenta años de Revolución -obra colectiva- (1960); Rousseau y el liberalismo mexicano (1961); La nacionalización de la industria eléctrica (1962); una recopilación, selección, apuntes y estudio preliminar de las Obras de Mariano Otero (1967); el prólogo de Dos ensayos sobre Mirabeau: Mirabeau o el político, Mirabeau o la política y Política macroeconómica y bienestar en México (1983).

En su dilatada vida profesional ocupó diversos cargos, empezando como asesor en la Secretaría del Trabajo en 1944 bajo el gobierno de Manuel Ávila Camacho y de la presidencia de la República en 1952 con Adolfo Ruiz Cortines, quién también le encomendaría la jefatura de estudios económicos de Ferrocarriles Nacionales de México, de 1953 a 1958. Ese mismo año, ya con Adolfo López Mateos, fue subdirector general técnico del Instituto Mexicano del Seguro Social y más adelante resultó electo como diputado federal dentro de la XLV Legislatura -de 1961 a 1964- por el Partido Revolucionario Institucional, representando a su estado natal. Asumió la dirección general de Petróleos Mexicanos de 1964 a 1970 con Gustavo Díaz Ordaz, creando en 1965 el Instituto Mexicano del Petróleo; la dirección del Combinado Industrial de Ciudad Sahagún, Hidalgo, de 1970 a 1972, la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI de 1972 a 1975 y la dirección general del IMSS de 1975 a 1976 con Luis Echeverría; y su responsabilidad más importante, la de secretario de Gobernación en el periodo de José López Portillo, de 1976 a 1979. Finalmente, fue secretario de Educación Pública en el mandato de Miguel de la Madrid, de 1982 a 1985.

Sus frases se hicieron célebres entre la clase política y periodística, tanto que aún siguen siendo utilizadas en los corrillos del poder y el comentario informativo. "En política, la forma es fondo", "Lo que resiste, apoya", "Puerta abierta para que se vayan los oportunistas, mal que sufre cualquier partido" o "En el ejercicio de la política hay que aprender a lavarse las manos con agua sucia" son sólo algunas de ellas.[2]

Para muchos, Reyes Heroles encarnaba al personaje idóneo para ser presidente de la República, pero la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos no se lo permitió por su ascendencia extranjera, ya que su padre era español. Incluso Gustavo Díaz Ordaz, al decidir su sucesión, lo sondeó en más de una ocasión acerca de su interés por nominarlo y franquear dicha disposición legal, lo cual rechazó argumentando su condición de abogado y la claridad del artículo 82 de la Ley Fundamental.[3] Años después, este numeral sería modificado, resultando como primer beneficiario el ex presidenteVicente Fox, de origen hispano por la vía materna.

La dirigencia nacional del PRI y la ruptura con Luis Echeverría [editar]

En 1972 Luis Echeverría lo llama para encabezar el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional -en el que se desempeñó en diferentes puestos desde 1939 en que aún era el Partido de la Revolución Mexicana, comenzando como secretario particular de su entonces líder, Heriberto Jara Corona, con apenas 18 años de edad-, acompañado del también intelectual, político y diplomáticoEnrique González Pedrero como secretario general. Dentro del PRI, la figura de Jesús Reyes Heroles es vista, hasta la fecha, como la del mayor ideólogo que dicho partido ha tenido en su existencia, por su preclara defensa de la obra social e institucional de la Revolución Mexicana. Conocedor de la historia de México, su firme oposición a los intentos reeleccionistas de Echeverría ante la sucesión presidencial fue inevitable y expresada en uno de sus discursos -famosos por su carga de citas, pasajes y mensajes-, pronunciado en la conmemoración del LVIII aniversario de la Constitución, el 5 de febrero de 1975, lo cual precipitaría su relevo al paso de los meses.

En el periodo

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