EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO

EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO

1. LAS CUATRO FORMAS DE CONVIVIR, HOY, UNA PAREJA.

Hoy se disponen de cuatro posibilidades diferentes de compartir la vida con una pareja, éstas son:

Juntarse libremente: como resultado de un acuerdo entre las dos partes, en el que básicamente se busca la satisfacción de los intereses afectivos y sexuales. Normalmente, estas uniones suelen ser transitorias, debido a que no existe proyecto de vida en común.

Juntarse con compromiso de matrimonio civil: el matrimonio en este punto tiene el valor de un contrato legal. En este caso, tanto la mujer como el marido adquieren garantías legales de que se han unido a su pareja y a todos sus bienes, a menos que se haga una separación legal de bienes del matrimonio (ante notario). Sin embargo, la ley del Divorcio puede deshacer esta unión.

Casarse por el juzgado y a la vez en la parroquia: se incluyen las parejas que no se casan con un sentimiento sacramental y sólo se inscriben en el Registro de la Parroquia por figurar o conformar a una serie de gente.

Unión Sacramental: la forma en que las parejas hacen de su unión un sacramento.

2. LA VIDA SACRAMENTAL DE UN MATRIMONIO

La vida sacramental de un matrimonio, consiste en que un hombre y una mujer bautizados y unidos en santo matrimonio pronuncien cuatro síes: Sí al amor, sí a la fe, sí a la gracia santificante y sí al plan de de Dios sobre todos los matrimonios.

Todo matrimonio debe plantearse una serie de preguntas, para averiguar si su unión es sacramental:

- ¿Cuál es el Plan de Dios sobre el matrimonio? ¿Cómo ha de cumplir una pareja este plan?

- ¿Verdaderamente se aman el marido y la mujer? ¿Saben en que consiste el amor para un cristiano?

- ¿Existe fe verdadera y viva en la pareja?

- ¿Viven los dos miembros de la pareja en Gracia Santificante?

3. EL PLAN DE DIOS SOBRE LA PAREJA.

Dios creó al hombre y a la mujer formando pareja, juntos en matrimonio. Creó el matrimonio en los orígenes de la creación y la familia es la consecuencia de la unión de este matrimonio.

El Génesis, es el primer libro de la Biblia en el que se recogen las tradiciones bíblicas más antiguas, incluye dos relatos distintos de la creación: el primero expresa que Dios creó al hombre, el cual es el macho y la hembra, y a éstos los creo a la vez, de manera que son un solo ser. El segundo relato, la creación aparece en el Edén, primero el hombre y de una costilla de él, la mujer. En este segundo relato se refleja a los dos, como una sola carne, una sola persona, un solo ser.

De esta manera, el Plan de Dios sobre la pareja, se trata esencialmente de conformar una unión absoluta de la vida de los esposos, así, el matrimonio es indestructible.

Por ello, todo matrimonio cristiano, debe cumplir este Plan, decidir renunciar al yo y al tú en todas las cosas para convertirlo en un nosotros, un nosotros que debe ser solamente uno.

4. LA APORTACIÓN DE JESUCRISTO AL PLAN DE DIOS SOBRE LA PAREJA.

Cuando Jesucristo se refiere al Matrimonio, emplea una frase que resume el anterior capítulo: “Ya no son dos, sino uno sólo”.

Sin embargo, la realidad de hoy es algo diferente, ya que existen una serie de impedimentos para llegar a crear la unidad conyugal, estos son:

Falta de diálogo: el matrimonio, o bien no dispone de tiempo para comunicarse o bien ese tiempo lo emplea en otros menesteres que impiden la comunicación en la pareja.

Falta de consideración: la pareja con el tiempo deja de prestarse más consideración, se va perdiendo la estima y la atención al cónyuge, así como delicadezas y detalles, como por ejemplo halagar cariñosamente a la pareja.

Falta de colaboración: los asuntos deben ser compartidos por los dos esposos, cuando no es así se pierde la estabilidad conyugal y deterioro de esa unidad, sobre todo en una de las partes.

El desinterés: se da cuando uno de los dos miembros de la pareja se despreocupa por las cosas del otro, en vez de unificar los intereses de los dos y de afrontar juntos todas las situaciones que les sucederán.

Insatisfacción Sexual: normalmente, cuando funciona solamente de un lado, y se trata con egoísmo, surge la idea y el sentimiento de objeto para el otro, y se pierde la afectividad y la ternura.

Desconfianza y Temor: se da en el caso de que un miembro de la pareja empieza a dudar del otro o se hacen las cosas sin consultar con el otro.

La negación por sistema: ocurre en matrimonios cuya falta de comunicación y de unión se convierte en la negación de todo, en gritos y faltas de amor y mesura.

La proyección de uno en otro: se encuentran los matrimonios en los que se suele atribuir al otro la propia situación conflictiva, cuando en realidad, ocurre lo contrario.

Identificación con otras personas: en lugar de afrontar frustración y faltas de entendimiento, se identifican con terceras personas o personajes, de esta manera se evaden de sus fracasos y admiten como triunfo el de otra persona.

El desplazamiento del problema: algunas parejas optan por olvidarse de sus problemas, en lugar de afrontarlos, de manera que los sustituyen por otras actitudes o quehaceres sin solucionar debidamente el origen del problema principal.

Actitud falsamente constructiva: se encuentran las parejas que sufren problemas conyugales, atravesando una situación delicada y van dejando que el amor se deteriore con el paso de los días y que piensan que ya no hay remedio.

La justificación: muchas personas justifican sus actos, aunque sean irracionales, éstos perjudican la unidad conyugal.

Para que estas situaciones no conlleven a la ruptura de la pareja, hay que tratar de revisar y corregir, de manera que se venzan los obstáculos. Así para mejorar la unidad conyugal habrá que ser sinceros, tratarse con humildad, y saber perdonar.

5. EL AMOR (DECÁLOGO PARA LLEGAR A AMAR)

Si nos preguntamos qué es el amor, necesitamos antes que nada aprender bien cómo se llega a amar. Para llegar al amor verdadero el evangelio muestra la vida de María Magdalena en la que se ilustra además un Decálogo que indica el procedimiento a seguir:

1. Conocer a Jesucristo: Jesucristo es Amor, en la actualidad apenas existe amor, al vivir una vida materialista y atea hace que no se conozca a Jesús.

2. Perdonar y sentirse perdonado: las personas que no se sienten perdonadas en plenitud, comprueban que en vez de amor, sienten temor, recelo e incluso odio.

3. Humildad y desprendimiento generoso: mostrar estas cualidades ante el ser amado son dos condiciones

...