El Ateismo

La dinámica que están presentando los adolescentes de las instituciones arquidiosesanas, con respecto a la no creencia o a las dudas que se generan frente importancia de la presencia divida en sus vidas ,nos permite cuestionar nuestra labor como formadores en la fe. El modernismo ofrece ciertos lineamientos de libertad y comodidad con los cuales los jóvenes se identifican, la velocidad con la que viaja la información les permite relacionarse con miembros de cualquier línea del pensamiento y adoptar posiciones que pueden influenciar la fe de los adolescentes, Dios es visto por los adolescentes, según (TORRES. A. 1997. Pág.14) “como, el gran vampiro de la humanidad- constituye, sin lugar a dudas, la raíz más fuerte y profunda del ateísmo. El hombre moderno fue sintiendo la religión como enemiga de su progreso, de su autonomía y, en definitiva, de su felicidad. Incluso a priori cabría esperar algo de esto: si el hombre niega a Dios, tiene que haber una razón, la cual, en última instancia, consiste en creer que Dios le hace daño. No se precisa más. Si una persona es atea, es porque en el fondo le parece que vive más feliz si Dios no existe.”

la posición adoptada por los grupos religiosos en cuanto a la interpretación de los libros sagrados, fuera del contexto moderno, los problemas que presentan dichos grupos religiosos en cuanto al cuestionamiento ético y legal de algunos de sus miembros. Como lo plantea (TORRES. A. 1997. Pág. 14).” la conducta de las iglesias contribuyó decisivamente a crear esa falsa impresión, ese enorme y trágico equívoco. De un modo inmediato, por su obstinada y fatal oposición a los progresos y descubrimientos que fueron marcando el paso de la modernidad: la ciencia astronómica y la revolución biológica, la filosofía del sujeto y la historia crítica, la revolución social y la psicología chocaron duramente con la ideología eclesiástica. Y de un modo más profundo, la negativa a replantearse a fondo la comprensión de la fe ante las exigencias del nuevo paradigma presentó a la religión como indisolublemente vinculada a un marco pasado y autoritario, impermeable al nuevo talante crítico y opuesta a la búsqueda de una nueva libertad, tanto individual como social, tanto científica como religiosa y política”.

La posición adoptada por los grupos religiosos en cuanto a la interpretación de los libros sagrados, fuera del contexto moderno, los problemas que presentan dichos grupos religiosos en cuanto al cuestionamiento ético y legal de algunos de sus miembros. Como lo plantea (TORRES. A. 1997. Pág. 14).” La conducta de las iglesias contribuyó decisivamente a crear esa falsa impresión, ese enorme y trágico equívoco. De un modo inmediato, por su obstinada y fatal oposición a los progresos y descubrimientos que fueron marcando el paso de la modernidad: la ciencia astronómica y la revolución biológica, la filosofía del sujeto y la historia

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