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El Dia De Muertos


Enviado por   •  14 de Enero de 2015  •  2.940 Palabras (12 Páginas)  •  290 Visitas

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El día de muertos

La muerte es el destino inexorable de toda vida humana y es natural que nos asuste y angustie su realidad, sobre todo cuando vemos de cerca el peligro de morir o cuando afecta a nuestros seres queridos.

Este resumen dedicado a la celebración del Día de Muertos tiene el propósito de acercar a niños y adultos con la idea de la muerte, para que la vayan aceptando como parte inevitable de la vida humana, conocer cómo algunas culturas antiguas también hacían ritos sobre la muerte; y fortalecer el carácter desde el punto de vista religioso.

Además, espero pueda ayudar a entender mejor la sensibilidad mexicana, nuestra manera tan particular entender y dar sentido a la celebración del Día de Muertos.

Más que el hecho de morir, importa más lo que sigue al morir. Ese otro mundo sobre el que hacemos representaciones, costumbres y tradiciones que se convierten en culturas, todas de igual importancia, pues ante el camino desconocido que la muerte nos señala, sólo es posible imaginarla con símbolos.

Celebración de día de muertos en el pueblo mazahua de Michoacán Celebración de día de muertos en el pueblo mazahua de Michoacán Entre los mazahuas de Michoacán, la celebración de día de muertos se espera con un cumulo de sentimientos; alegría, tristeza, llanto, recuerdos y añoranzas de aquellos tiempos de convivencia con el ser querido, de los consejos, llamadas de atención, enseñanzas, actitudes, todo se viene a la mente, es como si en ese momento la película del tiempo retrocediera lentamente para visualizar los momentos que quedaron marcados por los seres queridos que se han adelantado y que a pesar del tiempo, no se olvidan. Así, cada año a finales de octubre, las familias mazahuas se preparan para llevar a cabo esta gran celebración, el día de muertos, momento propicio para perdonar y ser perdonados por los comportamientos negativos, lo malo que se ha hecho a la sociedad, y porque, “Uno no es eterno en esta tierra”. Todo empieza el 27 de octubre, según la tradición oral de los ñatrjos “Las almas de los difuntos llegan a través de las mariposas o xefes, que vienen a visitar a los vivos y a convivir con ellos, durante la noche se nutren de la esencia de los alimentos, frutas, flores e incienso que se les ofrece en los altares familiares, al día siguiente, desde muy temprano regresan a su morada con esos sabores y olores que en vida tanto disfrutaban”. Cada difunto tiene su importancia, su día, su recuerdo, los niños que no fueron bautizados, los adultos que murieron por enfermedad, aquellos que se fueron a causa de los rayos, quienes han sido asesinados y las mujeres que fallecieron debido al parto. Según la creencia de los ñatrjo, a partir de entonces y hasta el día dos de este mes, se recuerda a todos. Sin embargo, la fiesta más grande, por decirlo de alguna manera, se celebra el día dos de noviembre. Las comunidades ñatrjos o mazahuas de Donaciano Ojeda, Francisco Serrato, Crescencio Morales y Nicolás Romero, preparan todo desde el día 27 de octubre. Hacen las compras de todo aquello que utilizaran para la elaboración del altar, harina para el pan, la comida, el incienso, sahumerios, frutas, velas, veladoras, la corona y la cruz. Todos colaboran en los preparativos, los niños van por el ocoxal, que no es otra cosa que las hojas de pino, por su aroma, cuentan los abuelos, las almas son atraídas directo al altar. También los niños, traen flor de muerto, zesóna, micolánsi o San Nicolás, flores silvestres que crecen en esta temporada. Las mamas limpian la casa, mientras los papás van por la leña, chicos y grandes participan, una vez que todo está listo, se reúne toda la familia para elaborar el pan, las mujeres amasan la harina y elaboran piezas de mujer y hombre, pequeñas, grandes, medianos, que se adornan con figurillas que simulan ser los huesos de los difuntos, estrellas u otros adornos que identifiquen al pan de lo femenino y masculino, hay quienes escriben el nombre de la persona que se va a comer el pan. Por ejemplo, si es el abuelo, le elaboran un pan grande, si el padre, uno menor y así sucesivamente. Cuando ya están los panes, los hombres que se encargaron de alistar el horno, cosen el pan. Para esperar a los seres que se han adelantado, también se hacen tamales de ceniza, frijoles, quelites, o los llamados fuílojos (tamales a base de habas), se hacen tortillas de trigo, de maíz blanco o azul, hay quienes elaboran zende, (bebida tradicional fermentada de maíz). Si hay algún difunto que le agradaba el pulque de maguey, igualmente compraban, agua ardiente y otras bebidas y comidas que a ellos les agradaba. Ahora si se prepara el altar o to’rú, (cama, como mejor se conoce entre los mazahuas de Michoacán), aquí no se utilizan mesas ni bases, así ha sido siempre, hoy se están adoptando estas formas, sin embargo no son parte de la cultura mazahua. Para el to’rú se colocan las ramas y hojas del pino (ocoxal), en forma de cama junto a la pared, luego se ponen las flores de San Nicolás, enseguida flor de cempasúchil, flor de muerto o ndexikjua (flor morada silvestre), también se elaboran ramitos de flor que se ofrendan a cada difunto y se van colocando de mayor a menor; bisabuelos, abuelos, padres, luego los tíos más cércanos, los hermanos, los jóvenes y al final nuevamente los niños. Una vez que ya está listo el to’ri o cama de muerto, dentro de la habitación, se van colocando los panes, que simboliza al familiar muerto, sean estos mujeres u hombres. Luego de los panes, se acomodan los plátanos, naranjas, mandarinas, guayabas, nísperos, ciruelas, zapotes, cañas, tamales, tortillas, comida, pulque de maguey o pulque zende, chayotes hervidos, chilacayote en dulce, ejotes, gorditas de maíz nuevo, (chilacayote y ejotes son productos nuevos del campo que se comparte a los difuntos), agua, atole, sal, pues es el único día del año que se complace al familiar fallecido. Al final se encienden las veladoras y velas, pues dice la gente ñatrro que alumbran el camino de las almas, el copal por su aroma las atrae, por eso no debe faltar un sahumerio, ya que además purifica la ofrenda. Cuando ya está todo el altar, se pone la cruz y la corona, dependiendo de cuantos difuntos sean, ya que estos se compran para los que han fallecido en años recientes. Quedo listo entonces, el altar y la ofrenda mazahua, viene el siguiente momento, la mujer mayor de la casa, la mamá o la suegra, toma una o dos velas o veladoras, con los cuales se dirige a Dios para agradecer el haberle dado un año más de vida para esperar a sus difuntos, por lo que dice. “Gracias te doy señor, por dejarme esperar a mis familias, no sé si el próximo año este aquí, pero hoy cumplo con mi obligación para ofrecerles lo que tú me has socorrido, también te pido porque los acompañes en su viaje, los tengas en tu santa gloria y puedan descansar en paz, los que

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