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El Dinero


Enviado por   •  12 de Agosto de 2013  •  1.894 Palabras (8 Páginas)  •  283 Visitas

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¡LA CODICIA DE JUDAS!

“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mateo 6:24).

“No podéis servir a Dios y a las riquezas”

(Mateo 6:24, La Biblia de Ginebra, 1599).

Escribiendo en el siglo 18, el gran comentarista Bautista de la Biblia, Dr. John Gill, dijo:

La palabra mammon es una palabra Siríaca [que viene del Arameo], y significa dinero...Jerónimo dice, que las riquezas, en el idioma Siríaco, se llaman mammon...y significa riquezas; las cuales están opuesta a Dios, siendo amadas por algunos hombres, admiradas, confiadas y adoradas, como si fueran Dios, y que son incompatible con el servicio al Dios verdadero...no pueden de verdad y de corazón servir al Señor. Mammon es el dios al que sirven

El comentario del Dr. John F. Walvoord dice: “Dinero es la traducción de la palabra Aramea para “riqueza o propiedad” (

No te equivoques aquí. Cristo no le estaba hablando a una multitud de personas, sino solamente a Sus discípulos (Mateo 5:1). Judas estaba claramente allí (Lucas 6:16) cuando Jesús dijo estas palabras en Lucas 16:13. Judas Iscariote sabía perfectamente qué quería decir Jesús cuando dijo:

“No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Lucas 16:13).

Pero Judas no creía lo que Jesús dijo claramente ese día. Su corazón estaba dividido y,

“El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos”

(Santiago 1:8).

Judas Iscariote es recordado entre los villanos más grandes en la historia de la humanidad – el hombre que traicionó a Jesús por 30 monedas de plata, cuya vida ignominiosa terminó en el suicidio, y “perdición” eterna en el fuego del Infierno (Juan 17:12; II Pedro 3:7; Apocalipsis 17:8, 12).

Sin embargo Judas Iscariote no comenzó como traidor. Jesús lo llamó con los otros 11 Discípulos. Él está incluido con ellos cuando Jesús:

“…estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios” (Marcos 3:14-15).

Judas predicó. A Judas se le dio poder para sanar enfermedades y echar fuera demonios. Judas escuchó a Jesús decir:

“No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Lucas 16:13).

Pero hubo un defecto en el carácter de Judas. Jesús y los Discípulos fueron a cenar a casa de Lázaro y sus hermanas, María y Marta. Después de la cena María tomó una libra de perfume muy costoso, y ungió los pies de Jesús (Juan 12:3). Judas protestó:

“¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?” (Juan 12:5).

Es entonces que las Escrituras nos dan el defecto en el carácter de Judas, el pecado principal de su corazón:

“Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella” (Juan 12:6).

Judas había sido designado tesorero de los Discípulos. El llevaba la bolsa y mantenía la cuenta de todo el dinero que los Discípulos tenían consigo. Su reproche a María por gastar tanto dinero (alrededor de un año de salario) para ungir a Jesús, muestra que tenía un agudo sentido de los valores financieros, pero no entendimiento de los valores espirituales. Derramar ungüento costoso sobre Jesús le parecía una pérdida de dinero. El hubiera deseado que el perfume fuese vendido, y [el dinero] puesto en la bolsa que él llevaba, supuestamente para darlo a los pobres. Pero a él no le importaban los pobres. Él era el que guardaba el dinero para los Discípulos. Y él era un ladrón, robaba dinero, poco a poco, de la bolsa. Aquí se nos da el pecado principal de su corazón. Él era codicioso. Él era un amante de dinero. Él codiciaba dinero (ver I Timoteo 6:9-10). El sin duda seguía a Jesús porque creía que en ello habría dinero para él. ¡Como otros, pensaba que Jesús establecería Su Reino de inmediato – y que allí habría dinero para él!

Ahora que las cosas andaban mal y “Por tanto, Jesús ya no andaba abiertamente entre los Judíos” (Juan 11:54), Judas se estaba perturbando. La situación no se veía bien. No parecía que las cosas andaban bien. ¿Dónde estaba el poder y el dinero que pensaba que tendría cuando Cristo fuera coronado como el Mesías y Rey de Israel? ¡No parecía que iba a obtener mucho DINERO por ser un Discípulo! ¡Y ahora, pensaba él, María, esta mujer tonta ha tirado un año de salario en perfume para frotar los pies de Jesús! ¡El estallido de Judas muestra que estaba decepcionado por no conseguir éste DINERO! ¡Muestra que el DINERO era su verdadero maestro y su dios! No recordaba, o prefirió olvidar, que Jesús dijo:

“No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Lucas 16:13).

¡Judas estaba molesto de que el dinero de María se utilizó para ungir a Jesús – en lugar de ser puesto en su bolsa! Inmediatamente después de la cena en casa de María,

“Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata. Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle” (Mateo 26:14-16).

Treinta piezas de plata no era mucho dinero. Treinta piezas de plata era sólo el precio de un esclavo muerto, en Éxodo 21:32. Treinta piezas de plata era lo que la ley exigía como el precio de un esclavo matado por el buey de algún vecino. ¡Para los principales sacerdotes, la muerte de Jesús valía solamente el precio

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