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El Señor Caído Es Un Curandero Que Cura Sin Rajar


Enviado por   •  12 de Agosto de 2012  •  1.094 Palabras (5 Páginas)  •  802 Visitas

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El Señor Caído es un curandero que cura sin rajar

Para muchos, la subida al cerro de Monserrate comienza incluso desde la salida de la estación de Transmilenio. Allí se dan cita con algún amigo o familiar y se aprovisionan con agua o alguna comida para el camino. Yo también me puse cita allí el pasado domingo. Mi compañera Laura ya había llegado y se tomaba una aromática mientras hablaba con el señor que las vendía. El vendedor decía ser evangélico, y le explicó a Laura que la romería de gente había bajado desde el último fin de semana, porque ya se habían cumplido los primeros nueve domingos del año, que es cuando la mayoría hacen las promesas. En efecto, aquél día que subimos correspondía al décimo domingo. Para él, a la gente sí se le cumplían milagros, pero tales no eran obra de Dios. Porque el único y verdadero Dios era Jehová.

Se ha dicho que Monserrate es un lugar de peregrinaje. Sin embargo, me atrevería a afirmar que más que eso, el cerro es un lugar de viacrucis. He llegado a pensar en esto por varios detalles que me han impactado. El primero es el mismo Señor Caído. Representa a una (o a las tres) de las estaciones de la vía de la cruz, en las que según la devoción católica Jesús se cayó. Podría representar fácilmente la tercera, la séptima o la novena estación. En todas ellas Jesús cae. El segundo detalle tiene que ver con la gruta que se encuentra en el camino a unos 50 metros antes de llegar al templo. La gente la llama la cueva. Allí las personas dejan pequeñas “veladoras para promesas” (como las llama un señor que en la tarde estaba vendiéndolas a la entrada de la cueva), cruces hechas con palos de paleta o ramas y se encuentra uno que otro “cuerpo de la salud”, de los cuales hablaré más adelante. Indagando con varias personas cerca del templo y a lo largo del camino, pudimos saber que la cueva de las promesas era antes una de las estaciones del viacrucis que se hacía en Semana Santa. Al parecer, las catorce estaciones se hacían a lo largo de la subida de Monserrate y no como ahora que se hacen en el nuevo viacrucis hecho cerca del templo.

Aunque no pudimos establecer con certeza que estación se representaba en lo que hoy es la cueva de las promesas, personalmente si me queda claro que subir a Monserrate es más que peregrinar (como se hace por ejemplo en el camino de Santiago de Compostela en España), es rememorar el camino de Jesús hacia su muerte. Hacia el Monte de la Calavera. Incluso, en algunas enseñanzas de la doctrina católica se suele recordar que las personas también suelen cargar con sus propias cruces (problemas, sufrimientos, deudas, enfermedades), aunque estas no son tan pesadas como la de Jesús. Sin embargo, este es un viacrucis inconcluso, porque cuando se llega a la cima y se visita el templo el centro de la devoción es El Señor Caído, no el crucificado.

El Señor Caído de Monserrate es también un curandero, que cura sin “rajar” a la gente, como sí lo hacen los médicos. Esta idea se la debo a mi compañera Laura Guzmán, quién me hizo caer en la cuenta de esa

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