El torneo de la religiones

el torneo de la religiones

La necesidad de identificar una clase de creencia por la cual se debe inclinar una persona o un pueblo, conllevan a que se presenten una serie de interrupciones con el fin de lograr que se origine una disputa para desviar el fin último de la competencia, ante esa clase de situaciones cada quien es libre de pensar y defender su posición respecto a lo que hace, profesa o práctica, sin embargo hay muchas formas de interpretar el acercamiento a un dios, unos lo hacen mediante explicaciones con parábolas o experiencias mientras que otros mediante creencias, la verdadera creación de un Dios la tiene cada persona en su imaginación, no ha habido nunca aquel que pueda probar mediante cosas materiales la existencia de un Dios, pero lo hace crédulo por las infinidades de malas y buenas acciones que se presentan en el mundo.

Cuando se decide realizar una acción buena, como gratificación o recompensa se obtendrán acciones buenas y si el caso es contrario obviamente se recibirán castigos o desgracias (situación o suceso que produce gran dolor y sufrimiento), ante tantas eventualidades que se experimentan en un ciclo de vida, siempre se es objeto ya sea de una desgracia o de una bienaventuranza. Así mismo hay que recordar que todas las cosas que le suceden a una persona es porque le tenian que pasar según el argumento de una de las religiones que se hallan en competencia (karma), esto surge como ley de la vida ya sea para que se aprenda algo, para que se experimente algo o para que mejores cosas lleguen a la vida de alguien. De esa manera se puede comprender la necesidad de que las cosas hechas en el pasado queden aclaradas y cuál fue el motivo de el suceso.

La manifestación de un sueño que a algunas personas se les presenta, la mayor parte de las veces resulta siendo el preaviso o la anticipación de algunos hechos trágicos o placenteros, dependiendo la clase de persona que sea durante la estancia en este mundo, los grandes intérpretes siempre hablan de aquello que se puede presentar o puede suceder, sin negar la influencia de un Dios y sin contradecir las creaciones de un Omnipotente.

Iniciar un torneo para decidir cuál religión le conviene a un país o cual es más favorable no es una buena alternativa, para comunicarnos con un todo poderoso o un creador del universo; dentro de las cinco religiones convocadas se establece que cada religión pone a consideración de un jurado un discurso convincente con falencias evidentes, lo que a la luz de todo público se sabe que quien vive en un mundo de felicidad y tristezas, solo manifestara ante su prójimo la alegría y no su melancolía.

Cuando en una competencia el objetivo es ganar, lógicamente que el competidor dará a conocer sus habilidades y destrezas para triunfar y no sus debilidades por cuanto será atacado en esa área, lo mismo sucede con las religiones del mundo, cada quien defiende con una posición imponente y halagadora la religión que practica, si en la mente de todo ser humano existe un dios diferente y que cada persona haga de su dios un único ser supremo como lo hicieron los representantes del Budismo, Hinduismo, Islamismo, Judaísmo y Cristianismo,  sin dejar de mencionar al Ateo con una perspectiva diferente para conceptualizar las creencias de cada una de las religiones en competencia.

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