FRAGMENTO DE LA ULTIMA CARTA DE EINSTEIN A SU HIJA
Enviado por mercerales • 9 de Julio de 2014 • 489 Palabras (2 Páginas) • 321 Visitas
FRAGMENTO DE LA ULTIMA CARTA DE EINSTEIN A SU HIJA
Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me
entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a
la humanidad también chocará con la incomprensión y los
perjuicios del mundo. Te pido aun así, que la custodies todo el
tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad
haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a
continuación.
Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la
ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza
que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está
detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no
haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el
amor.
Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del
universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas.
El amor es luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El
amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan
atraídas por otras. El amor es potencia, porque multiplica lo
mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su
ciego egoísmo. El amor revela y desvela. Por amor se vive y se
muere. El amor es Dios, y Dios es amor.
Esta fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida.
Ésta es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo,
tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía
del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su
antojo.
Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en
mi ecuación más célebre. Si en lugar de E= mc2 aceptamos que la
energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor
multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a
la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que
existe, porque no tiene límites.
Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras
fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, es
urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos
que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un
sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser sintiese
que en él habita, el amor es la única y la última respuesta.
Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de
amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio,
el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada
individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador
de amor cuya energía
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