Fray Gabriel Chavez De La Mora
Enviado por willyfms • 9 de Febrero de 2014 • 1.023 Palabras (5 Páginas) • 423 Visitas
Exponen arquitectura de fraile benedictino
No es raro que Fray Gabriel Chávez de la Mora se desvele. El sacerdote benedictino puede pasar horas sin dormir diseñando sus iglesias y capillas, en las que busca reflejar los valores del Evangelio: sencillez, humildad, verdad. Y mientras trabaja en eliminar lo superfluo, piensa en la música de Bach.
"Me pregunto, ¿lo haría Juan Sebastián así nomás? Me deben el sueño de los últimos 40 años, pero no me afecta. Ya descansaremos en paz".
Fray Gabriel recorre con pasos rápidos los distintos espacios de la Abadía del Tepeyac, el monasterio que comenzó a construir en 1969, como parte del conjunto del Centro Escolar del Lago, en Cuautitlán Izcalli. Destacan los espacios abiertos, iluminados, modernos. "Busco conscientemente la austeridad, la sencillez. Minimalismo, le llaman ahora".
La clave de un proyecto, dice, es el programa arquitectónico. Lo primero es la función, después viene la forma. "No me gusta el high tech, que lleva acero y vidrio, porque es costosísimo, un alarde técnico. Si es una iglesia, prefiero gastar en un sistema electroacústico. Cuando le quieren poner mármol, yo pregunto: 'Padre, ¿cómo está el sonido?'".
Aquí, en el monasterio, donde Fray Gabriel vive junto a 30 hermanos dedicado a la oración, el estudio y el trabajo, todo está "fríamente calculado". A sus 80 años de edad, con más de un centenar de proyectos realizados, lo mismo diseños arquitectónicos que adaptaciones y renovaciones litúrgicas, se declara "muy agradecido" por la exposición que el Museo Nacional de Arquitectura del Palacio de Bellas Artes inaugurará el día 28 dedicada a su obra.
"Lo mío es muy menor, viendo lo que hacen otros arquitectos. Pero qué alegría que se valore y se dé a conocer después de 55 años de trabajo".
Fray Gabriel piensa en los tiempos actuales, y hace una analogía con las ofrendas que los Reyes Magos llevaron a Jesús. Si el arte gótico simbolizó con su grandeza el incienso, y el barroco con sus dorados el oro, ahora estamos en el tiempo humano de la mirra. Para expresar la espiritualidad no hace falta un alarde de forma, dice, ya que se viven épocas de austeridad.
"Hay iglesias pretenciosas, costosas, un monumento al arquitecto, que no remiten a los valores del Evangelio. Predican otra cosa; quieren hablar de verdad, y son una mentira".
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En mayo de 1955, Fray Gabriel ingresó al Monasterio de Santa María de la Resurrección en Ahuacatitlán, Cuernavaca, atraído por la idea de su fundador, el padre Gregorio Lemercier, de restaurar la vida monástica primitiva. Apenas en febrero se había convertido en el primer arquitecto egresado de la Universidad de Guadalajara, donde recibió la influencia de maestros como Ignacio Díaz Morales y Mathias Goeritz.
La comunidad vivía del cultivo de tierras y la crianza de pollos. A Fray Gabriel le tocaba desplumarlos, y fue entonces que propuso crear los Talleres Monásticos -después Talleres Emaús-, dedicados al diseño de artesanía religiosa, que se convirtieron en la principal fuente de ingresos.
En 1957, Lemercier le encargó la capilla del monasterio. Fray Gabriel se estrenó con una propuesta vanguardista, al diseñar la primera capilla de América Latina con una planta circular y el altar de frente
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