Iglesia Congregacion De Menores De Edad

La iglesia, congregación de menores de edad

La inmadurez mental lleva al hombre a concebirse como un ser incapaz de pensar por sí mismo.

Las iglesias son un buen ejemplo de lo que Kant en su ensayo sobre la ilustración trata de explicar cuando habla de los ejemplos de personas a las que considera menores de edad. A quienes me refiero?, pues a las personas que necesitan de otra persona para que les diga exactamente lo que tienen que hacer, tutores los llamaría platón. Estas personas, en el caso de las iglesias cristianas y católicas que todos los domingos asisten a un servicio, llámese culto, misa o cualquier otro sinónimo que pueda significar la reunión de un grupo de personas en torno a una persona o a una causa, escuchan y hacen presencia para no sentir culpa de algo que la iglesia les ha hecho creer es malo, no ir a misa o al culto. Se les ha enajenado la cabeza con doctrinas erradas y mal interpretadas que lo único que logran es coartar la libertad y volver la gente esclava, de costumbres y hábitos.

Se piensa que si no se asiste pues simplemente no hay perdón, no hay redención de los pecados y se está faltando a algún mandamiento que bien o mal se debe cumplir para lograr llegar al cielo prometido.

Un gran número de personas que asisten a estos espacios, ven en la voz del cura, pastor o líder, la última palabra y como una orden que se debe obedecer sin ni siquiera ponerse en tela de juicio. En realidad este es su pensamiento: ellos piensan por nosotros y como son tan estudiosos de la palabra en realidad debemos creerles y simplemente obedecer lo que dicen sin ni siquiera tratar de escudriñar el texto bíblico y tratar de dar una interpretación. Todo sermón o discurso tiene una intención, debemos averiguar entonces cual es esa intención y cuándo las intenciones se vuelven, planes elaborados con intenciones políticas, económicas, sociales, etc.

La mayoría de personas, no todas, solamente espera a que llegue el Domingo para escuchar un discurso que muchas veces se vuelve repetitivo y hasta fuera de contexto, pero que la gente lo considera como algo sagrado y necesario para la vida diaria, el discurso religioso en torno a Jesucristo, en este caso, se ha venido desarrollando de manera continua y hereditaria y pasada de una generación a otra, nuestros abuelos quienes tuvieron que pasar por tiempos en que la mera socialización y actuación de nuestra juventud hoy en día, les hubiera parecido libertinaje extremo, nos han venido pasando todo tipo de información acerca de las costumbres religiosas que aprendieron, y si echamos un vistazo a nuestro pasado nuestra cultura ha estado ligada desde el descubrimiento de América, al fervor religioso que se ha venido pasando de generación a generación.

Pero nuestra pereza a pensar como también lo enuncia Kant en su escrito, nos obliga

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