Intimidad Con Dios
Enviado por nevae • 26 de Noviembre de 2013 • 1.820 Palabras (8 Páginas) • 268 Visitas
Introducción.
Mantenernos “conectados” se ha convertido en un gran negocio. Los teléfonos celulares, Facebook y Twitter skpey Instram nos dan acceso a amigos, familiares, trabajo y al mundo entero. Pero, ¿cuánto tiempo invertimos realmente creando relaciones significativas cara a cara? Es más, ¿cuánto esfuerzo hacemos para relacionarnos con Dios? ¿Qué clase de relación tiene usted con Dios? ¿Es Él una deidad distante, o su amigo cercano? De una forma u otra, toda persona tiene una conexión con Él, ya sea que lo reconozca o no.
Aún aquellos que dicen que no creen en Dios, están ligados a Él simplemente porque los creó. Lamentablemente, la mayoría de las personas de este mundo no tienen ni idea de quién es su Creador.
CREADOS PARA RELACIONARNOS CON DIOS
Sin embargo, el Señor creó al ser humano para que se relacionara con Él. Eso es lo que significa ser hechos a su imagen (Gn 1.26). Nos dio un espíritu que puede comunicarse con su Espíritu. Solamente mire la tierra y los cielos. Aunque Dios es el Creador de todas estas cosas, Él nunca puede relacionarse con una montaña o con una estrella como lo hace con usted. No pudo darnos un honor más alto que el habernos hecho a su imagen.
Pero cuando el pecado entró en el género humano, nos mató a todos espiritualmente y nos alejó de Dios. Nuestros espíritus no pudieron seguir unidos con el Señor en íntima comunión. No obstante, Cristo vino a pagar el castigo por el pecado con su muerte, y ahora todos los que ponen su fe en Él como su Salvador renacen espiritualmente. Su relación con Dios ha sido restablecida por medio de Cristo (Ef 2.1-5).
Sin embargo, el Señor no quiere que nuestra relación con Él se dé por terminada con la salvación; aquí que es donde comienza. Si nos comunicamos con Él solo superficialmente, nos engañamos y obstaculizamos su objetivo supremo de relacionarnos con Él. Aunque este es su deseo para cada uno de sus hijos, muchos creyentes, por desgracia, no viven en la estrecha comunión que Él ha puesto a su disposición.
Podemos ser salvos y tener seguridad eterna y, sin embargo, mantener una relación fría con el Señor.
• Algunos creyentes muestran poco interés en las cosas espirituales, sin estar conscientes de la poca profundidad de su relación con Dios.
• Otros están confundidos y frustrados, y se preguntan por qué no escuchan su voz ni sienten su presencia. A pesar de que asisten a la iglesia, leen sus Biblias y oran, Él todavía parece estar muy lejos y desconectado de ellos.
En los últimos años, el término “intimidad con Dios” se ha convertido en una de esas frases que los cristianos introducen en sus conversaciones, pero ¿cuántos de nosotros sabemos en realidad lo que significa? Si yo le pidiera a usted que la describiera, ¿podría hacerlo? Parte del problema es que en nuestra cultura la palabra intimidad se ha convertido en sinónimo de sexo. Pero estamos hablando de una unidad espiritual que no se basa en los sentidos físicos. Dios es espíritu (Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Jn 4.24), y así es como debemos relacionarnos con Él.
ENTENDAMOS QUÉ ES LA INTIMIDAD CON DIOS
Para ayudarnos a comprender en qué consiste relacionarnos con el Señor, examinemos los escritos de David, a quien la Biblia llama un hombre conforme al corazón de Dios (Hch 13.22). Salmo 63.1-8 da una viva descripción de su absorbente pasión por su Señor.
63:1 Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas, 63:2 Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario. 63:3 Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán. 63:4 Así te bendeciré en mi vida; En tu nombre alzaré mis manos. 63:5 Como de meollo y de grosura será saciada mi alma, Y con labios de júbilo te alabará mi boca, 63:6 Cuando me acuerde de ti en mi lecho, Cuando medite en ti en las vigilias de la noche. 63:7 Porque has sido mi socorro, Y así en la sombra de tus alas me regocijaré. 63:8 Está mi alma apegada a ti;
1. Anhelo de Dios. Deseo intenso vehemente de hacer o conseguir una cosa. El elemento más evidente en este salmo, es una sed y un anhelo por el Señor (v. 1). Cualquier otra búsqueda en la vida parece un seco desierto en comparación con una relación íntima con Dios. Nuestras almas y nuestros espíritus jamás estarán satisfechos hasta que descubramos el gozo de la devoción al Único que puede llenar nuestro vacío (v. 5).
La pasión de David tenía, incluso, un elemento físico: “mi carne te anhela” (v. 1). A veces, quienes tienen una relación particularmente estrecha con el Señor, sufren por no tener más de Él.
2. aspecto de la profunda relación de David con Dios, era su capacidad de verlo (v. 2). Uno de los resultados de tal intimidad es el avivamiento de nuestros sentidos espirituales. Al aprender a conocerle más profundamente, “vemos” a Aquel que es invisible. Nuestra comprensión de su naturaleza y de sus caminos aumenta de manera dramática; la Biblia cobra vida y propósito; y una nueva sensación de discernimiento guarda nuestra mente. Junto con esta sensibilidad espiritual viene la clara comprensión de que todo se origina en el Señor, no en nosotros mismos.
3. Nuevos valores y nuevas prioridades. Pronto nuestra relación con Dios se convierte en lo mejor de nuestra vida, y tiene prioridad sobre todo lo demás (vv. 3, 4). Ninguna otra búsqueda es más valiosa. Todas
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