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Jesus es Dios. ¡Dios mismo se transmutó, se metamorfó!


Enviado por   •  6 de Octubre de 2015  •  Apuntes  •  5.458 Palabras (22 Páginas)  •  192 Visitas

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¡Dios mismo se transmutó, se metamorfó! Esto no tiene explicación para nuestra mente finita sin embargo para Dios es sencillo, porque él es el Todopoderoso. Ese mismo niño es el mismo Creador, el mismo Padre eterno.

Isaías 9. 2, 6: “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos…” “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado en su imperio y la paz no tendrán fin, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.” .

Cristo, la luz del mundo vino a disipar las tinieblas del error y acabar con el poder del maligno quien sembrando de luto llanto y dolor a su pueblo y al mundo, los tenía atado en su prisión de maldad. Ese niño quien la profecía preanunciaba, era el mismo Dios quien se transmutaría en ser humano naciendo como un niño normal a fin de que el mundo creyera en él y fuera salvo. El vendría de la simiente de David a establecer un reino eterno de paz y justicia.

Dios mismo probó la fe de su pueblo al constituirse en hombre, nacido de mujer, pasando por todo el proceso de embrión, niño, adolecente y joven. Dios mismo condescendió con la humanidad, experimentando lo mismo que un ser humano experimenta, para así llegar a ser el legítimo Salvador, tu ejemplo a seguir. Este es el celo o amor de Dios por su pueblo.

Isaías 11.1-10 “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura. Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar. Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa.”

Dios escogió de la descendencia de Isaías, hombre justo, a David ungiéndolo rey y de ese vástago saldría el mesías quien juzgaría no por las apariencias, sino por la sabiduría de Dios; no jugaría por lo que ni por lo que oye, sino por el conocimiento y sabiduría de Dios. Finalmente el destruirá con el poder de su palabra al impío eternamente.

Nosotros los seres humanos nunca podríamos estar seguros para aplicar una verdadera, Justicia al escuchar los argumentos de los demás. Solo juzgaríamos bien si dependemos de Dios, si demandamos de sabiduría en todo momento. Entonces sabemos que no somos nosotros quienes juzgamos, sino Dios. La gloria pertenece a Dios. “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala adiós, el cual da a todos abundantemente y sin reproche y le será dada.” Dios dio la sabiduría para gobernar mientras él dependía de Dios gobernaba con justicia y sabiduría.

Isaías 42.1-8 “He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley. Así dice Jehová Dios, Creador de los cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos; el que da aliento al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella andan: Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas. Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.”

Dios encontrado en la tierra como hombre, Jesús, se convierte en siervo de Dios, quien es él mismo en su naturaleza divina-humana. Como siervo solo hace la voluntad de su Padre (La parte divina que mora en él).

Observe que un siervo solo cumple las órdenes de su amo.

El siervo no está obligado a serlo por toda la vida aunque haya leyes que así lo exijan. Muchos de ellos se han levantado contra sus amos y los han matado. Otros han huido de ellos. Jesús fue el Siervo de siervos. Asimismo él quiere que lo seamos para él.

Mucha gente hoy quisiera ser siervo de presidentes o reyes, o trabajar para alguna empresa de fama mundial. Actualmente los siervos no se les llaman como tal, sino eufemísticamente empleado, gerente, etc. Sin embargo todos los siervos con diversas categorías o rangos: secretaria, recepcionista, embajador, administrador, gerente general, vicepresidente, etc. todos son siervos. Doquiera el hombre este, tiene que desempeñar una función, de gobernado o de gobernante, de superior o subalterno, de patrón o empleado, de dueño o mayordomo. Este es el orden o sistema que existe aquí en la tierra.

En el cielo existe también el orden jerárquico creado por el único Sabio e Infalible.

Donde hay orden y organización ahí está Dios. Aun en cada uno de nosotros Dios colocó una cabeza para que gobernara el resto del cuerpo.

Universalmente solo existe una cabeza, Dios.

Jesús como humano, solo obedecía esa cabeza que habitaba en él, Dios. Él no hablaba, ni hacía, ni pensaba nada por sí mismo. Todo lo hacia el Padre en él. El padre era el Amo y Señor de la parte humana de Jesús. Del mismo modo nosotros podemos ser la morada del Padre. Cuando lleguemos a serlo, entonces seremos como él, santos y perfectos. Seremos semejantes a Dios en el carácter.

Isaías 42.5-8: “Así dice Jehová Dios, Creador de los cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra

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