Jonas Y El Pescado Grande
Enviado por laurabernalm • 17 de Octubre de 2013 • 384 Palabras (2 Páginas) • 389 Visitas
Jonás y el Pescado Grande
Jonás 1: 1-3
Hace mucho tiempo, había un hombre llamado Jonás. Él amaba a Dios. Jonás era un mensajero de Dios. Jonás le decía al pueblo lo que Dios quería de ellos. Un día Dios le dijo a Jonás que fuera a una ciudad mala llamada Nínive. Jonás no quería a la gente de Nínive y Se fue al lado opuesto. Jonás se subió a un barco. Jonás estaba cansado y se durmió. Dios sabía exactamente donde estaba Jonás. Dios lanzó sobre el mar un fuerte viento, y se hizo una tormenta Tan violenta que el barco estaba en peligro de hacerse pedazos. Los hombres estaban aterrorizados. Despertaron a Jonás. Jonás les dijo que él había causado el enojo de Dios. Les dijo que había desobedecido a Dios. Jonás explicó que Dios es el creador del mundo. Jonás les dijo lo que necesitaban hacer para hacer que se Detuviera la tormenta. Jonás les dijo que lo aventaran del barco. Los hombres se asustaron. Sabían que se iba a ahogar Jonás si lo echaban al agua. Pero la tormenta se Empeoró y lo aventaron del barco. De repente se aplacó el mar. Los hombres dieron gracias a Dios y prometieron adorarle solo a Él. Dios hizo que un pez enorme se tragara a Jonás. Jonás pasó tres días y tres noches en el vientre del pez. Mientras estaba allí, Jonás le dijo a Dios que sentía haber desobedecido. Le dio gracias a Dios por haber Salvado su vida. Entonces el Señor dio una orden y el pez vomitó a Jonás en tierra firme. ¿Dónde creen que cayó Jonás? Estaba Cerca de Nínive. Nínive era la ciudad a donde Dios quería que fuera. Fue al pueblo y les dijo que en 40 días Dios los iba a destruir si no cambiaban su manera de vivir y seguían a Dios. Y los ninivitas le creyeron a Dios, proclamaron ayuno y, desde el mayor hasta el menor, se vistieron de luto en Señal de arrepentimiento. Al ver Dios lo que hicieron, es decir, que se habían convertido de su mal camino, cambió de parecer y no llevó A cabo la destrucción que les había anunciado. Dios nos ama a nosotros también y quiere que le obedezcamos y lo sigamos.
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