LA CONCEPCIÓN DE UNA VISIÓN
Enviado por bayala • 6 de Enero de 2013 • 1.760 Palabras (8 Páginas) • 440 Visitas
Nehemías 1:1-4
Introducción
“Sin visión el pueblo perece”. Estas palabras han llegado a ser una suerte de refrán evangélico; son tomadas de una versión en inglés de Prov 29:18, que dice, “Where there is no vision, the people perish” (“Donde no hay visión, el pueblo perece”).
Lamentablemente, esta no es una buena traducción del texto original. La RVA traduce, “Donde no hay visión, el pueblo se desenfrena”, que da otro sentido a la palabra, “perece”. Mientras que la RV traduce, “Sin profecía el pueblo se desenfrena”, que da otro sentido a la palabra, “visión”.
Veamos los términos en el idioma original. En primer lugar, el verbo ‘perece’. La palabra en hebreo es ‘para’ (“perece”). Esta palabra significa, ‘desatar’ o ‘soltar’. Cuando se usa en el sentido moral, indica una persona que se desenfrena en su comportamiento (ver Sal 2:1-3). Este parece ser el sentido en que se usa en Prov 29:18. Cuando una nación vive así, está rumbo a la destrucción.
¿Qué lleva a un pueblo a vivir así? Salomón escribe, “Cuando no hay ‘visión’”. La palabra en hebreo es ‘kjason’, que significa ‘algo que se ve’, ‘un sueño’, ‘una visión’. En el AT, esta palabra se usa para describir una visión profética (Is 1:1; Abd 1:1). En Nahum 1:1, el profeta presenta su libro en la siguiente manera:
“Profecía (hebreo, ‘massa’) sobre Nínive.
Libro de la visión (hebreo, ‘kjason’) de Nahum de Elcos”.
Claramente, los términos ‘profecía’ y ‘visión’ se usan como sinónimos en este texto. Lo interesante es notar que la palabra ‘massa’ significa ‘carga’. Esta palabra se usa literalmente en Ex 23:5. Pero en los libros proféticos, ‘massa’ significa la ‘carga’ interna que siente un profeta cuando recibe la palabra de Dios (Is 13:1; 15:1; 17:1; etc.).
Nehemías no fue un profeta; no recibió una ‘carga’ verbal, o una ‘visión’ profética de la palabra de Dios. Pero si tuvo una ‘carga’ ministerial. Y esa ‘carga’ estaba vinculada con una visión que tuvo, de parte de Dios, para la obra.
La Iglesia necesita ‘profetas’; personas que reciben una ‘visión’ verbal. También necesita líderes ‘visionarios’; personas que reciben una ‘carga’ ministerial de parte de Dios. Fue la ‘carga’ que Nehemías recibió, que lo llevó a ser un líder visionario.
¿Qué fue lo que Nehemías vio?
- Vio a la distancia la necesidad externa/física/material de Jerusalén, y sintió una carga por hacer algo al respecto (Neh 1-2).
- Vio de cerca la necesidad externa/física/material de Jerusalén, y estableció una estrategia para hacer algo al respecto (Neh 3-4).
- Vio la amenaza de los enemigos, y obró para proteger al pueblo (Neh 6:1 – 7:4).
- Vio la necesidad interna/espiritual de los judíos, y procuró hacer algo al respecto (Neh 5, 10, 13).
Pero, ¿de dónde viene esa ‘carga’ que da lugar a una ‘visión’? Tomemos el caso de Nehemías como un ejemplo. ¿Qué podemos aprender de su experiencia?
1. LA CARGA NACE EN UN CORAZÓN QUE AMA EL REINO DE DIOS
Lo primero que nos impacta de Nehemías es el contexto en que vivía. Notemos los siguientes detalles que nos ofrece este libro:
- Nehemías era copero del rey (Neh 1:11). Éste no era un trabajo muy arduo (físicamente), pero exigía mucha responsabilidad. ¡La vida del rey estaba en sus manos!
- Nehemías pasaba sus días en la presencia del rey (Neh 2:1), así que nunca estaba aburrido. Siempre había gente interesante en la corte, asuntos interesantes que tratar, visitas interesantes para conocer, y discusiones interesantes para escuchar.
- Nehemías vivía en la capital del reino de Persia (Neh 1:1), así que disfrutaba una vida cómoda, y de lujo. Susa era la ciudad donde el rey Artajerjes pasaba el invierno.
Sin embargo, cuando llegaron algunas personas de Jerusalén (v.2), lo primero que Nehemías preguntó fue, ‘¿Cómo está el remanente de judíos?’ ‘¿Cómo está la ciudad de Jerusalén? Dejó las cosas de la corte, y los asuntos del reino de Persia, para interesarse en las cosas de Dios y de Su pueblo.
¿Por qué? ¿Qué llevó a este hombre a poner a un lado su puesto de trabajo, los lujos y la opulencia del palacio, las conversaciones interesantes y las intrigas políticas en la corte, para preguntar acerca de la condición del pueblo de Dios, en la ciudad de Jerusalén? Podemos mencionar a lo menos TRES razones:
i. Nehemías no amaba al ‘mundo’, ni las cosas de este ‘mundo’. Cuantas veces, es el amor al mundo que nos roba fruto espiritual (Mat 13:22). Tenemos que formar personas que no aman al ‘mundo’, ni las cosas del ‘mundo’ (1 Juan 2:15). Pero, ¿cómo lo hacemos si nosotros amamos al ‘mundo’? No es nada fácil dar las espaldas al ‘mundo’ en la época en la que vivimos.
EJEMPLO: Moisés (Heb 11:24-26)
Pero esto nunca ha sido fácil: el caso de Demas (2 Tim 4:10).
Es el amor al ‘mundo’ que nos roba la oportunidad de recibir una carga por las cosas de Dios, y por lo tanto no nos permite ser líderes visionarios.
ii. El corazón de Nehemías latía por otras cosas; las cosas de Dios y de Su reino. A Nehemías le preocupaba el testimonio de Dios en esta tierra, el bienestar del pueblo de Dios, el cumplimiento de los propósitos de Dios.
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