LA EUCARISTÍA EXPERIENCIA DE FE Y COMUNIÓN CON CRISTO

LA EUCARISTÍA EXPERIENCIA DE FE Y COMUNIÓN CON CRISTO

Fe desde el compromiso con los sacramentos

P. Diego Merchán Eslava, MSA

Cada ser humano está llamado a realizar una experiencia de fe con Dios, con el creador, la cual se logra en la medida que cada uno se dispone no solo a pensar en sí mismo, sino a dejar que el Espíritu Santo actúe en su ser en relación con los demás, por eso la fe no es solamente el hecho de creer en algo, sino de creer en alguien, es decir, de creer en Jesús que se ha hecho hombre para salvarnos y para reconciliarnos con el Padre. El mismo se quedó en medio de nosotros a través de la Eucaristía.

Al hablar de la Eucaristía es hablar de Cristo mismo, hacernos partícipes de su vida, sentirnos parte de Él. Por eso la Eucaristía es un sacramento de la Iniciación cristiana, parte fundamental de la existencia como hijos de Dios. Es un sacramento que necesita una buena preparación antes de recibirle, la persona que va a recibir este sacramento debe acrecentar su experiencia de fe y encuentro con el Señor, así al recibirle se configura con el mismo Señor para que su vida empiece a ser verdaderamente cristiana a partir de ese encuentro personal.

Participar de la Eucaristía es participar de la comunión íntima con Cristo, es una experiencia de Amor y de entrega recíproca de Cristo que se entrega a la persona y de la persona que abre su corazón para recibirle. Por eso este sacramento fue instituido por el mismo Jesús en la noche víspera de su muerte en la cual celebró la cena con sus apóstoles, en donde les invita a hacer siempre memorial de Él, es decir que cada vez que se reúnan para la fracción del pan y mediante la invocación del Espíritu Santo, Él se hace presente para ser verdadero alimento que da vida a quien desea recibirle.

El Catecismo del Iglesia Católica nos habla de la Eucaristía en estos términos, 1324 La Eucaristía es "fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11). "Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua" (PO 5).

De ahí que lo primero que se debe hacer es acrecentar en el misterio de fe frente a aquello que se quiere celebrar y vivir, por ser un sacramento en el cual se recibe la persona real de Cristo es necesario tener unas actitudes y una preparación conveniente antes de recibirle estas actitudes son la reconciliación con el hermano y la reconciliación con Dios a través el sacramento de la reconciliación o confesión. No podemos ignorar que este es un sacramento de humildad, en el cual nos acogemos a la misericordia de Dios.

En la Eucaristía Dios se da totalmente al hombre como alimento de vida que fortalece y anima su propia existencia, no podemos ignorar que Dios nos invita a su banquete de amor, pero es la persona quien debe optar por participar de él o no. Dios respeta la libertad de la persona, ofrece los medios de salvación, pero no obliga a nadie. Por el mismo amor que nos tiene nos deja libres para tomar decisiones.

Sin embargo vemos que en la última cena Jesús hace la invitación a sus apóstoles a hacer memorial de su pasión y muerte y así hacerle presente en cada Eucaristía, en el pan que es consagrado y compartido con la comunidad. Nuestra fe nos debe llevar por tanto a reconocer que no estamos solos, que el amor de Dios nos sostiene y que nuestra fe nos debe llevar a estar convencidos de ello.

La fe es una experiencia que emana de lo más profundo del ser humano, pero que se debe hacer práctica en las obras y en el actuar de cada persona, no puede haber una experiencia de fe vacía, sino que debe estar siempre llena de sentido, se debe creer en sí mismo, en los demás para creer en Dios, hay una posibilidad de cambio en nuestra propia existencia la cual debe ser dirigida por el amor de Dios y no solo por nuestros propios esfuerzos. De ahí que la participación en la Eucaristía es un encuentro de fe en comunión con los demás hermanos.

CEC[1) 1327 En resumen, la Eucaristía es el compendio y la suma de nuestra fe: "Nuestra manera de pensar armoniza con la Eucaristía, y a su vez la Eucaristía confirma nuestra manera de pensar" (San Ireneo de Lyon, Adversus haereses 4, 18, 5). No se puede celebrar aquello en lo cual no se cree, celebramos la fe en comunidad, pero también es necesaria e importante una experiencia de fe personal. Desde nuestra infancia nos invitan a participar de la vida sacramental, es decir celebramos nuestro bautismo, participamos del sacramento de la reconciliación, participamos y vivimos la Eucaristía, en algún momento participamos de la confirmación, de un matrimonio, en donde nos sentimos alegres y decimos que bonita la celebración, pues más bonita es aún si sabemos realmente el sentido que estas tienen para nosotros, se trata de celebrar pero más aun de vivir aquello que celebramos.

La riqueza de la Eucaristía esta en que, a través de esta celebración nos unimos más íntimamente con Cristo y con el hermano, de ahí que existen nombres concretos para llamar a esta celebración, los cuales aparecen en el Catecismo de la Iglesia Católica:

Eucaristía: acción de gracias

Banquete del Señor: recuerdo de la cena que el Señor celebró con sus apóstoles.

Fracción del pan: rito utilizado por el padre de familia judío para fraccionar y compartir el pan con sus hijos.

Asamblea Eucarística: Porque se celebra en la asamblea de los fieles.

Memorial de la pasión y resurrección del Señor.

Santo Sacrificio: actualiza el sacrificio de Cristo en la Iglesia.

Santa y divina liturgia, porque toda la liturgia de la Iglesia encuentra su centro y su

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