LA NAVIDAD DE TODOS

La Navidad de todos

La navidad se celebra cada 25 de diciembre, alrededor de todas las latitudes más de cinco mil millones de personas celebran el ritual religioso más entretenido, escandaloso y económicamente costoso en conmemoración del nacimiento de Jesús de Nazaret, el Mesías salvador de los desamparados y oprimidos del mundo.

Jesús de Nazaret nació el 25 de diciembre, de ahí que todos los cristianos deban de celebrarlo, mas el sano escepticismo de mentes cuestionadoras, inquietas y agresivas reaccionan en contra de este supuesto y buscan verdaderas explicaciones lógicas e históricas. Según tengo entendido la fecha de nacimiento de Jesús no figura en la Biblia, sin embargo algunos historiadores ofrecen una versión objetiva y verosímil de porqué la celebración ocurre el día 25 de diciembre y no otro día. Dicen ellos que se trata de una convención o imposición que surgió en Roma, cuando el papa Liberio decretó en el 354 que el nacimiento de Jesús se celebraría el veinticinco de diciembre de cada año, fecha que coincidía con las celebraciones en homenaje al Dios Saturno, con el fin político de que los romanos se convirtieran y abrazaran el cristianismo, acabando de esa forma con las persecuciones y matanzas entre ellos que debilitaban el aparato productivo, el comercio e instituciones a demás de provocar motines y rebeliones dentro del Imperio romano.

Aparentemente es un acontecimiento religioso y ético digno de celebrar, pero qué es lo que se oculta tras el velo empapado de sudor y lágrimas de la navidad, qué es lo que hay detrás del: árbol de navidad, chocolate, pavo, panteón, réplica de nacimiento, juguetes, ropa, etc. Pues lo que subyacen son dos principales grupos de personas, los obreros y los empresarios. Existen muchos obreros, quienes a pasar de la explotación, degradación y humillación que sufres en sus interminables horas de trabajo, tan solo reciben un salario irrisorio que apenas alcanza para sufragar gastos básicos; por el contrario son unos cuantos los empresarios quienes son los principales beneficiados con esta derrochadora celebración, poseedores de las maquinarias, infraestructura, insumos, materia prima y tecnología, con los cuales son capaces de comprar la fuerza laboral de los obreros.

Los empresarios, acostumbrados a creer que con su filantropía van a eliminar la brecha entre los pobres desposeídos y ricos poseedores, aprovechan las ocasiones festivas para pronunciar sus más arteros y falaces discursos que caen a nuestros oídos adornados de palabras huecas y sin sentido verídico; nos hablan de paz y financian las guerras más sangrientas y crueles que la humanidad haya conocido jamás, nos hablan de justicia y son los mas injustos y egoístas a la hora de distribuir la riqueza. Pero ¡ya basta! No podemos seguir siendo víctima del engaño. Debemos aprender a discernir y estar alertas, que detrás de todas las celebraciones,

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