LA PLENA HUMANIDAD DE JESÚS

LA PLENA HUMANIDAD DE JESÚS EN LA OBRA: “EL EVANGELIO SEGÚN JESUCRISTO” DE JOSÉ SARAMAGO

Como es de conocimiento general en todas las instituciones educativas, ya sean públicas o privadas, los docentes comparten y enseñan a los estudiantes ideas erróneas sobre la vida y obra del “Salvador”, acabando así con la iniciativa de indagación e investigación acerca de un tema que le incumbe a toda la humanidad, el cual es la explicación de su propio origen. No obstante, viendo “La Historia de la Salvación” desde otra perspectiva esta podría ser modificada seriamente, totalmente opuesto a lo que se nos relata como alumnos en las instituciones educativas; ya que según otra perspectiva “Jesús es un ser humano con los mismos rasgos físicos y morales que toda persona posee”.

José Saramago en su obra “El Evangelio Según Jesucristo” coincide con mi forma de pensar cuando en la página veintisiete se afirma la siguiente frase: “La simiente sagrada de José se derramó en el sagrado interior de María, sagrados ambos por ser la fuente y la copa de la vida”, lo cual indica que Jesús a diferencia de lo que se nos enseña fue concebido como todos nosotros y no por obra del Espíritu Santo, a su vez esto también se puede comprobar en la siguiente cita textual ubicada en la página noventa y uno en la cual se afirma lo siguiente: ”El hijo de José y de María nació como todos los hijos de los hombres, sucio de la sangre de su madre, viscoso de sus mucosidades y sufriendo en silencio”, en la cual se puede observar con claridad la igualdad que existió entre Jesús y cualquier otro humano que existió en aquellos tiempos o con cualquier otro humano que existe en la actualidad. Debido a la similitud de su nacimiento con el de otros partos se confirman las características brindadas por el atlas temático de cirugía escrito por A. Fraile Ovejero en el cual se manifiesta la aparición sangre y mucosidades en el recién nacido.

Por otra parte, Jesús como cualquier otro niño nació ignorante de todo lo que le rodeaba por lo cual él necesitaba una instrucción profesional, esto se comprueba en el siguiente fragmento: “Cuando llegó a los cinco años, el hijo de José empezó a ir a la escuela” (página ciento cincuenta), por ello se puede confirmar que Jesús en equivalencia a todo niño existente reduce su ignorancia al recibir sus primeras lecciones en la escuela, la cual en tiempos remotos era reemplazada por la sinagoga. Esto también se puede observar en la siguiente cita textual ubicada en la página doscientos treinta y nueve en la cual se relata lo siguiente: “La mano de Jesús se levantó. A ninguno de los presentes le sorprendió que un muchacho de esta edad se presentase a interrogar a un escriba o a un doctor del Templo, pues siempre ha habido adolescentes con dudas”; en esta cita textual también se puede apreciar con claridad las dudas y la ignorancia que cualquier

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