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LA RESPUESTA DEL HOMBRE


Enviado por   •  20 de Marzo de 2013  •  Tesis  •  5.484 Palabras (22 Páginas)  •  432 Visitas

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II LA RESPUESTA DEL HOMBRE

1. EL PECADO

1.1 DEFINICIÓN

El pecado es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta, es falta al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes .

1.2 VISIÓN DOCTRINAL DEL PECADO

1.2.1 Doctrina tradicional: El pecado es una ofensa a Dios se levanta contra al amor que Dios nos tiene y aparta de él nuestros corazones (Gén, 3,5). El pecado ha sido definido como palabra, acto o deseo contrarios a la ley eterna .

El pecado es así amor de sí hasta el desprecio de Dios, ser poderoso sin Dios o incluso contra Dios. Este lleva a la exclusión, ruptura, desobediencia a Dios

1.2.2 Teólogos y moralistas actuales: El pecado es la oposición a la ley de Dios que causa la pérdida de la gracia santificante .

El pecado en un acto de la persona porque es un acto libre y por lo tanto individual; que tiene sus consecuencias en el pecador mismo . El pecado se opone al amor y la misericordia de Dios, rompe la amistad entre el hombre y Dios y entre los miembros de la sociedad humana . El Papa Pío XII, en la Encíclica Humani Generis habla del deterioro moral de la vida cristiana y la pérdida del sentido del pecado que afecta a grandes sectores de la sociedad actual .

1.2.3 Doctrina de la Iglesia: El pecado es la ruptura con Dios (acto de desobediencia) se niega someterse a Dios, con los hermanos, con el mundo creado y consigo mismo .

Dimensiones del pecado:

 Dimensión teologal: el pecado es el rechazo hacia Dios Padre.

 Dimensión Eclesial: el pecado es negación de los hermanos.

 Dimensión personal: el pecado es negación de sí mismo.

El pecado, fuerza de ruptura obstaculiza el crecimiento en el amor y la comunión.

El pecado ruptura con Dios que envilece al hombre (relaciones interpersonales) egoísmo, ambición, orgullo. Etc. El pecado destruye la vida divina en el hombre .

1. 3 SITUACIÓN ACTUAL

Hay que destacar que un mundo dividido... no es más que un mundo sometido a estructuras de pecado. Si la situación actual hay que atribuirla a dificultades de diversa índole, que se funda en el pecado personal y por consiguiente, están unidas siempre a actos concretos de las personas, que la introducen y hacen difícil su eliminación. Y así estas mismas estructuras refuerzan, se difunden y son fuentes de otros pecados, condicionando la conducta de los hombres .

El pecado se percibe siempre como un desajuste doloroso. Cuando se trata del pecado ajeno del que nosotros somos víctimas es fácil percibirlo como una injusticia, como la violación de un derecho, una amenaza a la convivencia, una falta de respeto a la dignidad de las personas.

Cuando se trata del pecado propio como se tiende a buscar explicaciones auto justificadoras, o a silenciar el pecado. Hoy, hay la tendencia de hablar de falta para no hablar del pecado.

El magisterio desde el Papa Pío XII denuncia que nuestra época ha perdido la sensibilidad del pecado. El hecho es en sí grave, el hombre no sentirá la necesidad de convertirse si no tiene conciencia de pecado. La pérdida del sentido del pecado tiene su raíz en la conciencia moral del hombre; que tiene unos factores: se oscurece gravemente la conciencia moral en muchos hombres, entorpecimiento de la conciencia y no claridad en el mismo término . No se trata tanto de la perdida del sentido de pecado, la preocupación está en explicar esta crisis, más que en demostrar su existencia. Se puede concluir que no se trata tanto de una perdida del sentido del pecado, como de un cambio en la perspectiva de la comprensión del mismo… “No se puede decir que el pecado entro en crisis… Pero si es verdad que entro en crisis la idea y teoría del pecado.

El pecado en una mentalidad secular y en una mentalidad sacral.

La concepción tradicional del pecado lo ha relacionado casi de manera exclusiva con la dimensión religiosa, descuidando su dimensión humana y terrena. La mentalidad del hombre de hoy es de tipo secular: Se caracteriza por la desacralización, en la que el hombre se define por su relación consigo mismo, con los demás, reclama la autonomía y la responsabilidad con la historia. Querer construir un mundo sin Dios. Esta mentalidad exige una nueva comprensión del pecado, que el autor concreta en lo siguiente: Integración de las dimensiones, subjetivas y objetivas, ética y religiosa, personal y social .

Ciertas afirmaciones de la psicología que tiende por no culpar o por no poner frenos a la libertad, lleva a no reconocer jamás una falta. Querer cargar sobre la sociedad todas las culpas, de las que el individuo es declarado inocente.

Una cierta antropología cultural que limita su responsabilidad frente a los actos humanos.

Disminuye el sentido de pecado una ética que deriva de un determinado relativismo historicista. La perdida de sentido de pecado es por lo tanto, una forma o fruto de la negación de Dios. Pecar es como si El no existiera, es borrarlo de la propia existencia .

1.4 ES POSIBLE UNA MORAL SIN PECADO

Podemos decir que Jesucristo como Hombre perfecto no cometió pecado, así, se dio en él una moral sin pecado. En cambio en los demás hombres está metido ese huésped indeseable al que poco a poco con la ayuda de Dios, lo iremos desplazando para llegar a la perfección. La moral es ante todo, antropológica, es decir, una moral para el hombre y del hombre y esta no puede desconocer la realidad del pecado que existe. Así, el pecado es una realidad viva, concreta, situacionada que influye en una libertad real . La teología actual resalta incluso que el ateo es capaz de moralidad y por tanto puede alcanzar y conocer el bien .

1. 5 CONCEPCIONES INCORRECTAS DEL PECADO.

1.5.1 El pecado entendido como tabú y expresado como mancha. El tabú es una palabra que designa una realidad, cuyo uso o contacto está prohibido al hombre. Se trata de una noción más incorrecta de la culpabilidad. Pertenece a un sistema ético de mentalidad mágico-tabuística, que se hace coincidir con la mentalidad de los llamados pueblos primitivos. Esta manera de entender el pecado no ha sido extraña al cristianismo, “tanto en la manera de hablar del pecado como en el modo de vivenciarlo en la vida individual y en la vida comunitaria de los cristianos”. Se presenta una moral de temor, de miedo a un castigo eterno. Se ve a Dios como justiciero y vengativo .

1. 5.2 El pecado entendido

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