LOS PACTOS
Enviado por beyeshego • 29 de Octubre de 2012 • 4.725 Palabras (19 Páginas) • 409 Visitas
LOS PACTOS
La Biblia revela que a Dios le ha placido establecer pactos con los hombres. Ocho de estos pactos se hallan mencionados en las sagradas páginas y ellos incorporan los hechos más vitales en la relación que el hombre ha tenido con Dios a través de toda la historia de la raza humana. Cada pacto representa un propósito divino y la mayoría de ellos constituyen una absoluta predicción tanto como una promesa inalterable del cumplimiento de todo lo que Dios ha determinado. Si llevamos nuestra consideración del tema hasta el tiempo cuando los pactos fueron hechos, descubrimos que ellos siempre anticiparon el futuro y tenían el propósito de ser un mensaje de certidumbre para aquellos con quienes el pacto era establecido. Además de los pactos bíblicos, los teólogos han sugerido tres pactos teológico s que tienen que ver con la salvación del hombre.
A. Los pactos teológicos
Para definir el eterno propósito de Dios, los teólogos han sostenido la teoría de que es el propósito central de Dios el salvar a los elegidos, aquellos escogidos para salvación desde la eternidad pasada. De acuerdo a ello, consideran la historia primeramente como la obra exterior para el plan de Dios en cuanto a la salvación. Desarrollando esta doctrina, ellos han expuesto tres pactos teológicos básicos.
1. Se dice que con Adán se estableció un pacto de obras. La provisión del pacto era tal que si Adán obedecía a Dios, él sería guardado seguro en su estado espiritual y recibiría la vida eterna. Se afirma que este pacto es sostenido por la advertencia concerniente al árbol del conocimiento del bien y del mal, «porque el día que de él comieres, morirás» (Gn. 2:17). Se deduce que si él no hubiera comido del árbol, no hubiese muerto y, como los santos ángeles, hubiese sido confirmado en su estado santo. Este pacto está basado casi totalmente en la deducción y no es llamado un pacto en la Biblia, y por esta razón es rechazado por muchos estudiosos de la Escritura por tener poca base.
2. Otro pacto sugerido es el pacto de la redención, en el cual se insinúa la enseñanza de que fue establecido un pacto entre Dios el Padre y Dios el Hijo en relación a la salvación del hombre en la eternidad pasada. En este pacto el Hijo de Dios se comprometió en proveer la redención para la salvación de aquellos que creyeran, y Dios prometió aceptar su sacrificio.
Este pacto tiene más sostenimiento en las Escrituras que el pacto de obras en que la Biblia declara claramente que el plan de Dios para la salvación es eterno, y que en aquel plan Cristo tenía que morir como un sacrificio por el pecado y Dios tenía que aceptar aquel sacrificio como una base suficiente para salvar a aquellos que creyeran en Cristo. De acuerdo a Efesios 1:4: «Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.» También en referencia a nuestra posición en Cristo, se declara en Efesios 1:11: «En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad.
De estas y de otras Escrituras está claro que el propósito de DIOS para la salvación es eterno. Se sugiere que un pacto formal fue acordado entre Dios el Padre y Dios el Hijo del hecho de que el propósito de Dios es también una promesa.
3. Aun otra tentativa es el contemplar el eterno propósito de Dios en la salvación como un pacto de gracia. En este punto de vista Cristo es contemplado como el Mediador del pacto y el representante de aquellos quienes ponen su confianza en Él. Los individuos encuentran las condiciones de este pacto cuando colocan su fe en Jesucristo como Salvador. Aunque este pacto es también una deducción del plan eterno de salvación, tiende a enfatizar el carácter de gracia de la salvación de Dios. El pacto de la redención y el pacto de gracia, en consecuencia, tienen algunas bases escriturales y son más aceptables para la mayoría de los estudiosos de la Biblia que el concepto del pacto de obras, el cual no tiene base escritural.
Sin embargo, se ha levantado el problema de que aquellos que son adeptos a estos pactos teológicos siempre hacen del plan de Dios para la salvación su propósito primordial en la historia humana. Así ellos tienden a ignorar los particulares sobre el plan de Dios para Israel, el plan de Dios para la Iglesia y el plan de Dios para la nación. Mientras que es verdad que el plan de Dios para la salvación es un aspecto importante de su propósito eterno, no es la totalidad del plan de Dios. Un punto de vista mejor es que el plan de Dios para la historia es revelar su gloria, y Él no hace esto solamente salvando a los hombres, sino que también por medio del cumplimiento de sus propósitos y revelándose a sí mismo a través de sus tratos con Israel, con la iglesia y con las naciones. De acuerdo a ello, es preferible contemplar la historia a través de ocho pactos bíblicos, los cuales revelan los propósitos esenciales de Dios a lo largo de la historia de la Humanidad y que incluye el plan de Dios para la salvación. Aquellos que enfatizan los pactos teológicos son llamados a menudo «teólogos de los pactos», mientras que, por el contrario, aquellos que enfatizan los pactos bíblicos son llamados «dispensacionalistas», porque los pactos bíblicos revelan las distinciones en las varias etapas en la historia humana, las cuales están manifiestas en las dispensaciones.
B. Los pactos bíblicos
Los pactos de Dios contenidos en la Biblia se clasifican en dos clases, aquellos que son condicionales y los que son incondicionales. Un pacto condicional es uno en el cual la acción de Dios es en respuesta a alguna acción de parte de aquellos a quienes va dirigido el pacto. Un pacto condicional garantiza que Dios hará su parte con absoluta certeza cuando se satisfacen los requisitos humanos, pero si el hombre fracasa, Dios no está obligado a cumplir su pacto.
Un pacto incondicional, mientras que puede incluir ciertas contingencias humanas, es una declaración de cierto propósito de Dios, y las promesas de un pacto incondicional serán ciertamente cumplidas en el tiempo y a la manera de Dios. De los ocho pactos bíblicos sólo el edénico y el mosaico eran condicionales. Sin embargo, aun bajo los pactos incondicionales hay un elemento condicional como si se aplicara a ciertos individuos. Un pacto incondicional se distingue de uno condicional por el hecho de que su cumplimiento esencial es prometido por Dios y depende del poder y la soberanía de Dios.
1. El pacto edénico fue el primer pacto que Dios hizo con el hombre (Gn. 1:26-31; 2:16-17), y fue un pacto condicional con Adán en el cual la vida y bendición o la muerte y la maldición dependían de la fidelidad de Adán. El pacto edénico incluía el dar a Adán la responsabilidad
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