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Pacto Social


Enviado por   •  19 de Marzo de 2013  •  1.510 Palabras (7 Páginas)  •  919 Visitas

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DEFINICIÓN DE PACTO SOCIAL SEGÚN ROUSSEAU.

Antes de hablar sobre el significado de Pacto Social que Rousseau no proporciona, quisiera primero explicar que es un Contrato o Pacto Social.

El Contrato surge para limitar al poder político. Es un pacto entre individuos para regularizar y mejorar la sociedad, que tan diversificada se encontraba.

Su legitimidad proviene del consenso de los contratantes. Este contrato viene a salvaguardar esos derechos y libertades que poseen el hombre en su relación con el estado (entendido como Poder Político).

Con la figura del Contrato (y con este la aparición de los derechos naturales, liberados de la teología, y comunes a todos los hombres) surgirán varios ideales que permitirán fortalecer a los estados Nacionales.

Rousseau en su majestuosa obra “El Contrato Social” plantea una teoría jurídico-política acerca del Estado, una tentativa de establecer los fundamentos del derecho político.

Lo considera como una guía, el perfecto instructor del buen actuar ante la sociedad y el pueblo, de conocer nuestros deberes, derechos y obligaciones y que, sobre todo, la mayoría debe estar de acuerdo para llegar a soluciones en común.

Rousseau plantea que la transición del estado natural al estado civil produce en el hombre un cambio muy notable,

sustituyendo en su conducta la justicia al instinto y dando a sus acciones la moralidad de que carecían en principio.

El hombre pierde su libertad natural y el derecho ilimitado a todo cuanto desee y pueda alcanzar, ganando, en cambio, la libertad civil y la propiedad de lo que posee.

El estado de naturaleza en el que se encuentra el hombre en esta sociedad es un estado casi salvaje, sin ley ni moralidad. Como la maldad de los hombres es debido a maldad de la sociedad, los hombres sólo pueden ser buenos si se produce una reforma profunda de la sociedad.

Los hombres llegan al punto en que los obstáculos que impiden su conservación en el estado natural superan a las fuerzas que cada individuo puede emplear para mantenerse en dicho estado. Entonces ese estado primitivo no puede subsistir, y el género humano perecería si no variara de manera de ser.

Ahora bien, como los hombres no pueden engendrar nuevas fuerzas, sino unir y dirigir solamente las que existen, no tienen otro medio para conservarse que el de formar, por agregación, una suma de fuerzas capaz de superar la resistencia, ponerlas en juego con un solo fin y hacerles obrar de mutuo acuerdo.

“Esa suma de fuerzas no puede nacer sino del concurso de muchos; pero, constituyendo la fuerza y la libertad de cada hombre los principales instrumentos para su conservación, ¿cómo podría él comprometerlos sin justificarse ni descuidar las obligaciones que tiene para consigo mismo? Esta dificultad puede enunciarse en los términos siguientes:

«Cómo encontrar una forma de asociación que defienda y proteja, de la fuerza común, la persona y los bienes de cada asociado, y por la cual cada uno, uniéndose a todos los

demás, no obedezca más que a sí mismo y permanezca, por

tanto, tan libre como antes.» He aquí el problema fundamental cuya solución proporciona el contrato social”.

Estas cláusulas se reducen a una sola, a saber: la alienación total de cada asociado con sus innegables derechos a toda la comunidad.

Al instante este acto de asociación transforma la persona particular de cada contratante en un ente nor¬mal y colectivo, compuesto de tantos miembros como votos tiene la asamblea, la

cual recibe de este mismo acto su unidad, su yo común, su vida y su voluntad. La persona pública que así se constituye, por la unión de todas las demás, tomaba en otro tiempo el nombre de Ciudad y hoy el de República o cuerpo político, el cual es denominado Estado cuando es activo, potencia en relación a sus semejantes.

COMO SE CONCEBÍA A LA LEY SEGÚN ROUSSEAU.

Rousseau aspira a un proyecto político en el que fueran compatibles la igualdad y la libertad aunque siempre bajo la autoridad de las leyes. Esas leyes que se las ha dado a sí mismo el pueblo, cuando ejerce la soberanía, al expresar la voluntad general.

Según Rousseau no hay voluntad general sobre un objetivo particular. La materia sobre la cual se estatuye es general, como la voluntad que estatuye. A este acto es a lo que se llama una ley.

Ante esta idea es superfluo preguntar a quiénes corresponde hacer las leyes, debido a que ellas son actos derivados de

la voluntad pública; ni si el príncipe está por encima de

ellas, dado que es miembro del Estado; ni si la ley puede ser injusta, ya que nadie lo es consigo mismo; ni cómo se puede ser libre y estar sujeto a las leyes, puesto

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