La Bella Durmiente Corto
Enviado por AChinchilla117 • 23 de Septiembre de 2014 • 594 Palabras (3 Páginas) • 596 Visitas
Hubo una vez unos reyes que se sentían muy desgraciados porque no tenían ningún hijo. El tiempo fue pasando y cuando casi habían perdido la esperanza tuvieron una preciosa hija.
- El día del bautizo daremos una gran fiesta dijo el rey -. Invitaremos a las hadas del reino para que sean las madrinas.
Y así vinieron tres hadas que quisieron hacerle tres maravillosos regalos concediéndole tres dones:
- Serás la más bella dijo una tocando a la niña con su varita mágica. -
- Y la más dulce dijo otra.
Pero cuando sólo faltaba una por entregar su regalo, entró en el salón otra que no había sido invitada. Era una vieja horrible vestida de negro que, llena de rabia. fue directamente hacia la cuna y maldijo a la recién nacida diciendo:
- ¡Antes de que llegues a cumplir quince años, te pincharás el dedo con un huso y morirás! ¡Así pagaréis el desprecio que me habéis hecho al no invitarme! - dijo dirigiéndose a los padres.
Y sin decir una palabra más se marchó.
Todos se quedaron paralizados de miedo, y el hada que todavía no hacía entregado su regalo dijo:
-¡No temáis, majestades! Aun queda mi regalo. Yo no puedo deshacer la maldición, pero si puedo regalarle a la princesa el don del sueño profundo. De esta forma, cuando se pinche con el huso, en vez de morir dormirá y en ese estado permanecerá hasta que un príncipe valeroso y de buen corazón la despierte con un beso.
Los reyes, para evitar el peligro, mandaron quemar todas las ruecas y husos del reino.
-¡Así salvaremos a la princesa! - opinaban todos.
La niña creció, y cuando cumplió quince años, en la torre más alta descubrió a una mujer que hilaba con una rueca:
-¿Qué es eso, señora? - preguntó, pues nunca había visto una rueca en su vida.
La mujer se lo explicó y se ofreció a enseñarle a utilizar la rueca. pero, de pronto, la princesa se pinchó en un dedo con el huso.
-¡Ay estoy sangrando! exclamó. Y cayó al suelo profundamente dormida.
Rápidamente las hadas llevaron a la princesa a su habitación, y pronto todos los habitantes del reino quedaron inmersos en un profundo sueño. Luego comenzó a brotar alrededor del palacio un gran seto de espinos que cada día se hacía más grande hasta que dejó de verse el palacio.
Así pasaron muchos años. En el pueblo se hablaba de la leyenda de la Bella Durmiente. Un día apareció un príncipe extranjero y escuchó la leyenda.
- Yo no conozco el miedo. ¡Quiero ver a la Bella Durmiente! exclamó.
Diciendo esto, marchó hacia el palacio. Consiguió entrar y encontró dormidos a una multitud de hombres y animales como si fuesen estatuas. Cruzó varios patios
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