La Casa Favorita Cap 2 Resumen
Enviado por PammLawliet • 5 de Octubre de 2012 • 634 Palabras (3 Páginas) • 1.305 Visitas
Cap. 2
Falsas metas y cerraduras perfumadas
Hoy en día podemos encontrar “buenos” servicios, en buenas iglesias, pero lo bueno ya no es suficiente cuando se sabe que hay algo mejor. Si uno sabe que la gloria Shekinah puede habitar entre nosotros y no lo está haciendo, si uno anhela eso, lo “bueno” ya no basta.
Hoy muchos solo probamos un pequeño bocado o un fugaz indicio de la gloria de Dios cada vez que nos encontramos en lugares donde lo que llamamos "avivamiento" ha surgido.
Cuando esto sucede, la mayoría de las veces tenemos la tendencia de manejar esta situación como corredores inexpertos de la carrera espiritual. Explotamos en una impaciente persecución en pos de la presencia de Dios y continuamos a paso rápido hasta que empezamos a sentir la incomodidad de la cacería en pos del trofeo de los deseos de nuestro corazón, cacería que nos ha dejado exhaustos totalmente. Terminamos cayendo estando a pocas yardas de la meta, estamos tan cansados que caemos antes de llegar la meta real, en la que encontraríamos el tiempo anhelado.
Fue a la tibia iglesia de Laodicea que Jesús dijo: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él. …" El espíritu Santo está de compras, buscando el lugar del próximo avivamiento. ¿Por qué estaba la puerta de Su propia casa cerrada? Es porque El ha entregado las llaves, Él le dijo a Pedro, el apóstol, "A ti te doy las llaves del cielo. Cualquier cosa que ates en la tierra será atada en el cielo y cualquier cosa que desates en la tierra será desatada en el cielo." ¡La cerradura está de nuestro lado! Pero a menudo el espíritu santo se encuentra con iglesia que responde como lo hizo la esposa de Salomón, que no quiso levantarse a abrir la puerta a su amado porque estaba demasiado cómoda para hacerlo. El desgano de la iglesia por pagar un precio aparentemente alto de íntima adoración es la raíz de nuestra esterilidad.
El momento más alarmante no es cuando Dios golpea a tu puerta, sino cuando deja de golpear. Cuando el amado ya se ha ido nos apresuramos a buscarle porque sentimos el temor, de que ha dejado de tocar, pero para cuando llegamos a la puerta no queda más que el aroma del que estuvo ahí. No se otros, pero a mí esto no me basta, Las visitaciones experimentadas por otros a través de las páginas de la historia ya no pueden satisfacerme más. Estoy cansado de leer acerca de avivamientos, debo conocer al "avivador."
Bartimeo no podía ver a Jesús por sí solo. El era ciego y tenía que creer con fe ciega 10 que alguien le dijo: "Jesús está cerca", Debemos confesar, "Estoy ciego” y realmente no puedo decir qué tan cerca está El, pero si alguien me dice que El está cerca, entonces me arriesgaré dejarlo pasar de largo. Él estaba ciego pero se acerco a alguien para preguntarle, “Es Él? Dígame, ¿Es Él?”
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