La Globalizacion
Enviado por kiolokiolo • 21 de Mayo de 2012 • 1.882 Palabras (8 Páginas) • 547 Visitas
JESÚS, EL MAESTRO
MARIO L. PERESSON TONELLI sdb
Esta iluminación fue presentada por su autor
en el II SEMINARIO-TALLER del PROYECTO:
“EL EDUCADOR, LÍDER DE AMÉRICA”
BOGOTÁ- Colombia – Octubre 1999
“VOSOTROS ME LLAMÁIS “EL MAESTRO” Y “EL SEÑOR”, Y DECÍS BIEN, PORQUE LO SOY” (Jn 13, 13)
Algunos aportes para una Teología de la Educación.
La acción catequística, como proceso educativo de la fe, y la práctica educativa de los cristianos a lo largo de los siglos, han llevado, tanto a catequistas como educadores, a acercarse a la Sagrada Escritura, para descubrir y comprender la Pedagogía de Dios y particularmente la Pedagogía de Jesús, como un paradigma que pueda inspirar, orientar y cualificar, desde la fe, la propias prácticas.
Desde el inicio se nos plantea con convicción el alcance de este aporte:
+ inspirar
+ orientar desde la FE
+ cualificar
+ iluminar
desde JESÚS
+ vitalizar
¿Iniciamos este camino?...¿Es una decisión...o tal vez es una OPCIÓN?
Ha habido una constante búsqueda y aproximación a los Evangelios en este sentido, para comprender a Jesús como Maestro y Educador, con el fin de plantear, desde el discipulado y el seguimiento, la identidad del educador cristiano y los componentes de su espiritualidad.
Conscientes de la vastedad del argumento, queremos plantear en este artículo una sencilla aproximación a la práctica educativa de Jesús, que pueda iluminar y vitalizar espiritualmente nuestro quehacer educativo.
1. JESÚS, EL MAESTRO
1.1. Jesús es llamado “Maestro”.
Al aproximarnos a los Evangelios, y en particular a los Evangelios sinópticos, llama la atención, y hasta causa sorpresa, que el verbo enseñar, instruir o formar, en griego , aparece unas 100 veces, generalmente refiriéndose a la actividad de Jesús; igualmente el sustantivo maestro, , se halla numerosas veces, la mayor parte de ellas aplicado a Jesús.
Correlativo al título de maestro está el sustantivo discípulo o escolar, en griego , dado a los seguidores de Jesús.
Además de las referencias en las que se llama a Jesús “Maestro”, hay que tener en cuenta otras en las que se dirigen a Él como ’, palabra griega que puede traducirse también por “maestro”, en el sentido de “conocedor, perito, instructor” (Lc. 5,5; 8, 24; 8, 45; 9, 33; 9, 49; 17, 13) que asigna a los discípulos su trabajo y supervisa la ejecución.
1. 2. También se dirigen a Jesús como Rabbí o “Rabbuni”
El título honorífico de “Rabbí”, que en hebreo significa literalmente “mi mayor”, era una denominación respetuosa, que los discípulos usaban para dirigirse a su maestro. Juan lo asocia y traduce por “maestro”. A los discípulos de Juan que lo siguen, Jesús les dice: “¿Qué buscáis?” Ellos le respondieron: “Rabbí”, que quiere decir, “Maestro”, “¿Dónde vives?” (Jn. 1, 38; 20, 16). Por su parte Jesús advierte a sus discípulos que no se dejen llamar “Rabbí”: “Vosotros, en cambio no os dejéis llamar “Rabbí”, porque uno solo es vuestro maestro, y vosotros sois todos hermanos” (Mt 23, 7 – 8).
En los Evangelios sinópticos, sólo Pedro (Mc. 9, 5; Mt. 11, 21) y Judas (Mt 26, 25; 26, 49 y par) saludan a Jesús de este modo. Juan, sin embargo, usa este título con más frecuencia (1, 38: los dos discípulos de Juan el Bautista; 1, 49: Natanael; 3, 2: Nicodemo; 4, 31; 6, 25; 9, 2; 11, 8: los discípulos de Jesús; 20, 16: María Magdalena).
Se destaca, con todo, que la palabra usada en Jn. 20, 16 por María Magdalena es la de “Rabbuní”, forma aramea más enfática y solemne que se puede traducir por “mi maestro”. Igualmente el ciego de Jericó ruega a Jesús: “Rabbuní, que vea!” (Mc 10, 51).
También los discípulos de Juan el Bautista se dirigen a él de ésta manera (Jn 3, 26).
¿Cómo María Magdalena enfática y solemnemente, ¿seguimos nosotros llamándolo MAESTRO?
1. 3 Quiénes llaman “Maestro” a Jesús.
Se dirigen a Jesús como Maestro personas de todos los grupos sociales y con intenciones y sentidos muy diferentes; no sólo sus amigos y discípulos, sino también gente pagana, y además los escribas, los fariseos y otras personas enfrentadas a él. Basta repasar las citas correspondientes a los Evangelios sinópticos
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