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COMBATES POR LA HISTORIA

Aquí el autor al referirse a combates, no se refiere a combates de lucha, si no, a los combates por la historia, ya que aquí nos dice que siempre ha luchado por la historia.

El autor nos menciona que él está muy contento con su trabajo, ya que lo hace por vocación, porque a él le gusta la historia, también nos menciona que el oficio se divide en dos partes, una es dedicada a al oficio que estás trabajando, y otra dedicada a la satisfacción de las necesidades.

Lucien Febvre nos dice que no hay historia económica y social, y no porque sea una exclusividad, la historia es una unidad y es absolutamente social.

Febvre junto con Marc Bloch sabían que la palabra “social” no quiere decir nada, y decidieron recoger esa palabra precisamente por eso; porque no significaba nada! Y su trabajo fue todo un éxito y es por eso que hoy figura solo en la portada de Annales, que después de ser económicos y sociales, solo pasaron a ser sociales.

En la opinión personal de Febvre dice que la historia es el estudio científicamente elaborado de las diversas actividades y de las diversas creaciones de los otros hombres de otros tiempos, captadas en su fecha, y son comparables unas a otras. Lucien desconfía totalmente de las definiciones cortas, esto se debe a que califican a la historia como una ciencia, porque hablar de ciencia es recordar la idea de una suma de resultados, si no las verdades tradicionales, los resultados adquiridos para readaptarlos a las concepciones y a las nuevas condiciones de existencia que nunca se acaban de forjar en el tiempo y los hombres. En la definición también tienen mucho que ver los hombres, los hombres son el objeto único de la historia, la historia se interesa por hombres comprometidos en el marco de las sociedades de que son miembros, se interesa por hombres dotados en múltiples funciones, de diversas actividades y actitudes y acaban de concluir entre ellas un modo de vida. El historiador estudia la vida pasada.

Plantear un problema es el comienzo y el final de toda historia, sin problema no hay historia. Se necesita plantear un problema y formular una hipótesis, estos dos pasos para los hombres de la época de Febvre eran muy peligrosos porque plantear problemas o formular hipótesis era una traición. Para el histólogo no se trata de observar, si no de interpretar, lo que debe denominarse una interpretación. Para el historiador no hay ninguna providencia que le proporcione hechos dotados por lo extraordinario de una existencia real bien definida. Es el historiador quien da luz a los hechos históricos, esos hechos hechos que tenemos que elegir necesariamente.

Antes se burlaban de la Historia, pero esta gano la partida ¿porqué? Porque no aparecía como una disciplina particular y limitada, porque la historia daba la impresión de ser un método universal aplicable indistintamente al análisis de todas las formas de

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