La Hora Santa Para organizar la Hora Santa

La Hora Santa Para organizar la Hora Santa: Anote en la formula de “Orden de la Hora Santa” los nombres de las personas que se seleccione de la siguiente manera: 1.Se escoge entre las personas que van llegando temprano. Déjese llevar por la inspiración del Espíritu Santo. 2.Se pueden seleccionar previamente, entre las personas conocidas de la parroquia. 3.Siempre debe haber uno o dos guías (preferiblemente un papá y una mamá), para hacer la primer y última oración. Pueden hacer pequeñas oraciones de enlace entre una y otra oración. 4.Debe haber alguna música y canción entre oraciones según se indica en la fórmula. 5.Es conveniente que cada participante tenga el libro-guía para que puedan unirse a las oraciones y contestando lo que sea necesario, según indique la oración. 6.Debe coordinarse todo para que todo se haga en la hora Guía para escoger al lector de oraciones •Debe tener cualidades espirituales, para que no vaya a decir algo inadecuado. •Capacidad de percibir el sentido de lo que está leyendo •Ser capaz de sensibilizar a los demás dando la entonación necesaria para mover los corazones de los que están siguiendo la oración. •Que lea y ore sin artificios, ni exageraciones, pero sí con buena técnica de comunicación de manera que le dé vida a la oración.. •Respetar la puntuación y tomar las pausas convenientes para que no sea ni muy precipitado ni muy lento. •El lector puede agregar ciertas palabras e inclusive un párrafo (corto), pero sin salirse del tema ni del tiempo de esa oración Guardia de Honor al Santísimo. Uno de las más grandes cosas que podemos hacer es permanecer al menos una hora a la semana, en Guardia de Honor frente al Santísimo, sintiéndonos unidos a los Serafines y a todos los Ángeles del Cielo adorando al Señor y así ofrecemos reparar los pecados nuestros y los pecados de nuestros hijos. Un padre o una madre que haga eso, puede estar seguro que el cambio de su vida es seguro. La presencia del Espíritu Santo está entrelazada en nuestras oraciones. El Espíritu Santo es el regalo que entra en el corazón junto con las oraciones. A través de las oraciones, abrimos nosotros mismos el corazón al Espíritu Santo. La oración, independientemente de que haga solo con otras personas, puede salvar a nuestros hijos de dificultades que les traerían consecuencias negativas. Por lo tanto, es necesario para todo padre o madre formar una cadena de Grupos de Oración, o personas que recen, para sembrar el amor de Dios en los corazones de nuestros hijos. En cada Iglesia, en cada hogar, en cada centro de trabajo o en cualquier lugar donde se puedan reunir dos o más personas debe tener un grupo de oración, Tomando como intercesora a la Bienaventurada Virgen María, Madre de Jesucristo y Madre de nosotros, para así formar una cadena de oración que llegue al Corazón de Dios. Rev: 2009-02-06

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