La Humildad
Enviado por nashismo • 27 de Octubre de 2014 • 586 Palabras (3 Páginas) • 180 Visitas
¿Qué será la humildad?
El amor que se nos pide, por lo menos en el cristianismo, va más allá del sentido común y del puro instinto, de los sentimientos o del interés, que siempre busca el beneficio personal. La idea es que uno sinceramente busque el bien de los demás sin esperar nada a cambio, lo cual conlleva mucha humildad, ¿Pero que es la humildad?
En la mayoría de las creencias no se trata de renunciar a ser el primero o el mejor, todo lo contrario, se trata de asegurarse un buen puesto en el cielo. “El que quiera ser primero que sea el último y el servidor de todos”. En esta frase del cristianismo no se condena el que queramos ser los primeros, lo que se dice es que para eso se debe hacer lo contrario, ser el ciervo, el mozo, no el jefe o el rey. Si no tenemos esto en cuenta, entramos en una falsa humildad que tanto daño ha hecho en la historia.
Entonces se podría decir que existe una falsa humildad. Decía Lutero: “La humildad de los hipócritas es el más grande y el más altanero de los orgullos”. Muchos "humildes" han hecho de su falsa humildad una máscara de su amor propio y egoísta.
Existen por lo menos, dos clases de falsa humildad.
- Se da cuando nos humillamos ante los demás con el fin de arrancar de ellos una alabanza que de otra manera no tendríamos.
- Otra es sincera, pero también nefasta. Se da en la persona que se desprecia a sí misma porque no encuentra nada positivo en ella.
Tampoco se trata de que nos convenzan de que somos una pésima persona y listo, ya que es verdad y eso está bién ¡No! seguimos siendo malos, y eso no es humildad.
No es fácil escapar a esos excesos que han dado tan mala publicidad a la humildad. De hecho, ninguno de los grandes filósofos griegos elogiaron la humildad, como una virtud digna de practicarse.
Pero, ¿Qué es la humildad entonces? La humildad no es tan complicada. No hay que hacer mucho para ser humildes. Si haces algo, estás entrando en una humildad ficticia y probablemente falsa.
Ni siquiera tendríamos que hablar de ella, bastaría con rechazar el orgullo, vanidad, jactancia, vanagloria, soberbia, altivez, arrogancia, impertinencia, etc. y tendríamos humildad.
Podemos analizar la frase de Jesús cuando dice; “yo soy la verdad”. Aquí él dice que es auténtico, que es lo que tiene que ser, mostrándose simple, y sin ocultamientos. Es muy posible que esto sea el principio de la humildad.
Tal vez la humildad es aceptar que somos criaturas, con limitaciones, sí; pero también con muchas posibilidades de surgir, y que no dependemos solo de nosotros, por eso en el cristianismo y en otras religiones siempre hay un padre o un hijo. Siempre existe un tipo de familia de por medio, que nos ayuda a ser más humildes.
Por lo tanto
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