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La Iglesia de los Pobres.


Enviado por   •  16 de Enero de 2017  •  Ensayo  •  1.713 Palabras (7 Páginas)  •  345 Visitas

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“La Iglesia De Los Pobres”

No Prosperó En El Vaticano II

Promovida en Medellín, historizó elementos esenciales en el concilio

(Jon Sobrino)

Esta preferencia a los pobres expresada en el Concilio lanzó un debate que se diseminó del Concilio a los teólogos europeos afuera del Concilio, y, más tarde, a los teólogos latinoamericanos. Es por esto que el Concilio Vaticano II puede ser considerado un acontecimiento época, ya que este causó un impacto que sacudió mentes y conciencias, y desencadenó un impulso para construir un cristianismo más evangélico y actualizado.

El concilio fue el medio por el cual se abrió las ventanas de la Iglesia y en ella se vieron los síntomas de un aire nuevo. Convirtiéndose para América Latina para los más lúcidos muy pronto una bendición. La llamada Iglesia de los pobres, sin embargo, no prosperó a pesar de los deseos y palabras explícitas de Juan XXIII: hoy la Iglesia es especialmente la Iglesia de los pobres.

1.        La Iglesia de los pobres, el concilio y el pacto de las catacumbas.

Tenemos en cuenta que la Iglesia de los pobres es una clara laguna dentro del concilio, que no se puede llenar con textos, por muy importantes que sean por otros capítulos. “La Iglesia reconoce en los pobres y en los que sufren la imagen de su fundador pobre y paciente, se esfuerza en remediar sus necesidades y procura servir en ellos a Cristo”.

Estas palabras manifiestan el sentido de la misión de la Iglesia y de la espiritualidad, pero no tocan su ser pobre, ni su destino de persecución por defender a los pobres. Ya que no se tenía en cuenta la dimensión histórica y dialéctica del pobre. Ni mucho menos aún su dimensión salvífica: el hecho de que la Iglesia debe servir a los pobres, es entendible, pero mayor aun la conciencia de que los pobres pueden salvar a Iglesia.

“Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias… sobre todo de los pobres y de cuantos sufren son gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo”.  Al comenzar con estas palabras la Gaudium et Spes, el concilio muestra cuan consciente es de su importancia.

La Iglesia de los pobres se hacía realidad. La Iglesia de los pobres no es aquella que, estando fuera del mundo de los pobres, le ofrece generosamente su ayuda. Es decir, la Iglesia no queda constituida con independencia lógica de los pobres para preguntarse qué debe hacer con ellos. También lo es el enfoque regional, como si los pobres fueran una parte de la Iglesia.

Los pobres ponen a la Iglesia, con naturalidad y sin escapatoria, ante el evangelio. El Concilio habló de los pobres, pero en forma comedida. Y fue triste, sin responsabilidad del concilio, que con la marcha atrás de la jerarquía vaticana y otras locales, se quiso denostar a la Iglesia de los pobres, llamándola Iglesia popular.

2.        Novedades conciliares, historizadas y potenciadas en la Iglesia de los pobres

En necesario el poder comprender que sin el concilio no hubiese habido una Iglesia de los pobres, pero tampoco sólo con él. Y sin la Iglesia de los pobres, tal como surgió alrededor de Medellín, el concilio no se hubiera expandido tan evangélicamente en el tercer mundo. Ni varios elementos conciliares fundamentales hubiesen dado de sí tan creativamente.

  • Oportunamente el concilio volvió sus raíces por medio de la Palabra de Dios, mayormente en su constitución Dei Verbum, lo que ha tenido un impacto importante y duradero. Pues, sirvió para la configuración la vida de las comunidades, la vida religiosa, la teología y espiritualidad, lo que nos hace vivir ante Dios y los hombres, personalmente y socialmente.
  • El concilio sabiamente recuperó el pueblo de Dios. La Iglesia no va a ser una sociedad estática, sino pasa a ser el “pueblo” al que le es esencial caminar en medio de los desafíos de la historia, acompañando a Dios y acompañado por Dios. Precisamente por ser “pueblo”, asoma el principio de la democracia, con espanto o recelo de la jerarquía. Gustosamente dentro de la Iglesia de los pobres lo que asoma al ser “pueblo” va a ser el principio de vida, liberación, solidaridad y dignidad.
  • El concilio exigió discernir los signos de los tiempos, sensata decisión, pues difícilmente se puede servir al mundo sin conocerlo bien. Son los signos de los tiempos en sentido histórico-pastoral. Ello supuso un acto de humildad, pues daba a entender que durante siglos la Iglesia no había sentido necesidad de mirar al mundo para saber qué tenía que hacer.
  • El concilio concibió la Iglesia universal también como comunión, lo que Ratzinger absolutizó teológicamente. Lo que surgió de hecho fueron “pequeñas comunidades”, comunidades “de base”.
  • La colegialidad fue importante en el concilio, aunque pasó por vaivenes y no pudo superar la estructura piramidal de una Iglesia jerárquica. Fue aporte del concilio no haber frenado la creatividad de aquellos obispos que iban más allá, y a veces en dirección contraria a la de las curias vaticanas.

3.        Más allá del concilio, y sin apoyos. “El pueblo crucificado”.

Al colectivo pueblo, de campesinos, oprimidos y reprimidos, se comprenden en su estado de crucifixión. El termino Pueblo remite a una realidad histórica, social, económica, dialéctica y duélica; e igualmente su destino: la crucifixión.

El pueblo crucificado y pueblo de Dios pueden convergir en la realidad. Pero en los textos del concilio el término “pueblo” es menos histórico, mientras que en los textos citados es radicalmente histórico. El pueblo crucificado remite a Jesús crucificado, y así cristologiza al pueblo, dando un salto mayor que el que dio el concilio al eclesiologizarlo.

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