La Unica Iglesia De Cristo
Enviado por yneirar • 9 de Septiembre de 2013 • 2.816 Palabras (12 Páginas) • 482 Visitas
Antes que nada mi apreciado hermano en la fe, Benjamín Velasco, lo invito a que cierre sus ojos físicos por un momento y ponga en manos del Señor su corazón, para que Él lo llene con todo el poder y el discernimiento de su Santo Espíritu y abra los ojos de su corazón y su alma al recibir esta reflexión que Nuestro amado Padre ha puesto en mi corazón a través de algunos textos de estudio bíblico cristiano, la Biblia y la razón.
Pido al Dios de la vida, a ese Padre amoroso que Jesús nos proclamó, que en el nombre de Jesucristo sean abiertos los oídos y los ojos de su entendimiento para que reciba estas palabras, esta reflexión que el Espíritu Santo ha colocado en mis manos, en mi mente y en mi corazón para que usted reciba este mensaje. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Primero que todo quiero felicitarlo por el hermoso regalo que le fue dado por nuestro Padre, al permitirle recibir y vivir la palabra, la fe y la vida en Cristo. Puedo testimoniar que es la mejor experiencia y el mejor regalo que un ser humano puede recibir, cuando realmente se sabe vivir la vida en Cristo, más no cuando mi vida en Cristo la convierto en una herramienta con la cual trato de herir, ofender y atacar a las personas porque no comparten mi experiencia o mi vivencia. Recuerde que no somos nosotros los que cambiamos vidas, es el Padre, es el Espíritu, es Jesucristo vivo y nosotros solo somos sembradores bendecidos con la gracia de poderle servir, en obediencia a su mandato divino (Mt 18, 16-20; Mc 16, 14-18)
Lo invito a que se tome el tiempo necesario para leer y discernir estas palabras a la luz de la verdadera palabra, la Biblia con todos sus 72 libros y no aquella a la cual le fueron retiradas algunas partes para hacerla útil al interés de aquellos no conformes con cómo es Dios Padre, lo que enseñó Jesucristo y cómo es la Iglesia que el mismo creó.
Cristo fundó una UNICA IGLESIA para prolongar su misión, es decir para realizar el proyecto de salvación que se manifestó en el Antiguo Testamento, Iglesia que continuaron sus primeros discípulos en cabeza de Simón Pedro, el pescador Galileo (Mt 4,18; Jn 21, 15-19), y fue fuertemente impulsada por uno de los más grandes judíos que se haya convertido como lo fue Saulo (Pablo) (Hechos 9, 1-31) quien se encargó de difundir el Evangelio y las enseñanzas de Jesús llevándolas hasta Roma (Hechos 16, 25), donde tiempo después se logró la conversión de todo el Imperio Romano, incluido el propio emperador Constantino.
“Y ahora yo te digo: Tú eres Pedro, o sea piedra, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla” (Mt 16, 18)
Es decir, la Iglesia (la fundada por Cristo y continuada por los apóstoles en una tradición y una historia que ha permanecido por más de 2000 años y cuenta 266 Papas nombrados) ha de permanecer hasta el fin de los tiempos, no obstante el fuerte proselitismo religioso y el interés de algunos que pretenden que las cosas de Dios, que Jesús y la misma Iglesia sean a su manera, pero que al no lograrlo simplemente crean su propia fe y en un ataque de egoísmo y soberbia abren una supuesta “iglesia” a semejanza de los judíos errantes que en el desierto decidieron apartarse de Dios y crear el suyo propio (Ex 32) y, peor aún, convocan y llevan a los demás a ese mismo camino y senda de separación de la verdadera Iglesia fundada por Cristo difundiendo erráticos conceptos de lo que para ellos debe ser Dios y la Iglesia, muy lejanos de los que en verdad son.
Volviendo hacia el pasado, encontramos que la única Iglesia de Cristo (Iglesia Católica), llega hasta Jesús, mientras las demás congregaciones religiosas que se hacen llamar “iglesias” o sectas, son el producto de hombres que decidieron salir, renegar y repudiar a la Iglesia Católica al no ser la Iglesia como ellos quieren y esos hombres son sus mismos fundadores. Entre estas encontramos:
- Adventistas, fundados en USA por William Miller en 1818.
- Adventintas del 7° día, fundación de Elena G. de White en el mismo país en 1863.
- Anglicanos, fundada por el rey Enrique VIII en Inglaterra en 1534, porque el Papa en unción de fé nunca aprobó su divorcio.
- Mormones, en USA por José Smith en 1830.
- Testigos de Jehova en USA en 1874 por Charles Taze Russell, quien impulso este nombre como el verdadero para referirse a Dios, cuando el mismo Jesús nos ordenó llamarle Padre.
- Iglesia Universal del Reino de Dios o más conocida como Pare de Sufrir, organización brasilera fundada por Edir Macedo en 1978.
- Luz del Mundo, creación del mexicano Aarón Joaquín Flores en 1926.
- Movimiento de Avivamiento, fundada por los colombianos Ricardo y María Patricia (Patty) Rodríguez en Bogotá el 28 de febrero de 1993, quienes están vendiendo sus instalaciones pagadas con el “diezmo” (contribuciones) de sus seguidores en la nada despreciable suma de $46.000 millones de pesos.
- Iglesia Cristiana Manantial, fundada por los pastores Eduardo Sebastián Cañas Estrada y su esposa Fulvia Cañas hace 35 años y que está en el proceso de adquisición y construcción de un templo de reunión de 45.000 metros cuadrados con el diezmo de los fieles.
El Señor Jesús expresa su deseo de que la unidad se haga realidad en la comunión (común unión) de sus discípulos “para que todos sean uno” (Jn 17, 21) y para que exista un solo rebaño bajo un solo pastor (Jn 10,16). La unidad y unicidad de la Iglesia surgen de la unidad y unicidad del Dios trino y de Jesús Salvador, pero a la vez que es un don divino, es un proyecto escatológico (que logra un punto culmen) que se dará en plenitud cuando “Dios sea todo en todos” (1 Cor 15,28) y se proclame “un solo Señor, una sola fe y un solo bautismo” (Ef 4,4). Esta vocación de la Iglesia a la unidad, que enfrenta numerosas dificultades en la fragilidad, terquedad y egoísmo humanos, en los celos y tensiones (1 Cor 1,12-13) no significa uniformidad, pues del mismo modo que el cuerpo es uno aunque tenga muchos miembros, todos los miembros no forman más que un solo cuerpo, así también a pesar de ser todos seres distintos, formamos una única unión en Cristo. Es la riqueza de esta diversidad la que manifiesta una nota característica de la Iglesia, su universalidad, de donde toma su nombre de Iglesia Católica, que significa precisamente: Iglesia Universal. Estoy seguro que usted nunca se tomó el tiempo de investigar más de su Iglesia antes de salir corriendo y congregarse en otro sitio.
Adicional a lo anterior, podemos sumarle el hecho de que en ninguna parte de las Escrituras se encuentra que Jesús, los Apóstoles (que le conocieron) o el mismo Dios Padre autoricen u ordenen a los hombres a congregarse o crear una nueva iglesia según su propio interés
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