La cabaña de Paul Young

Introducción

La obra titulada la cabaña, relata la historia de Mackenzie Allen Phillips o “Mack” para los amigos, cuya vida no ha sido lo suficientemente agradable pues desde que Mack era un niño sufrió una infancia intestada de violencia, su padre no mostro la mejor versión de si, un hombre alcohólico que golpeaba a su madre para después pedir perdón a dios entre plegarias los domingos en la iglesia o en casa con su familia. Todo parecía haber terminado pues años después Mack conoció el significado de la familia tuvo 5 maravillosos niños y una esposa fenomenal con la que día a día conocía el significado del amor. Todo parecía ser perfecto una buena vida, un empleo, una esposa, hijos hasta que realizan un viaje familiar donde el destino, nuevamente le juega una mala pasada a Mack y llega a su vida la gran tristeza.

Cuando todo parece estar perdido y ahora más que nunca, la relación con dios rota, una nota aparece en su buzón con un contenido simple pero significativo, la cita es en la cabaña, el próximo fin de semana y la única firma que aparece es “Papá”, la curiosidad de Mackenzie bastante ¿Quién podría estarle jugando una broma de muy mal gusto? ¿Sería el causante de la gran tristeza? ¿En realidad podría ser dios? Y, este último parece darle una segunda oportunidad para arreglar las cosas con el pasado, conocer respuestas y poder descargar esa angustia, enojo y frustración con sí mismo y con quien le ha demostrado no ser tan bueno como se dice pues le ha fallado desde que él era un niño.  

La obra se desarrolla a través de diversos capítulos narrados en tercera persona que cuentan las aventuras de Mack antes, durante y después de visitar la cabaña.

La Cabaña: Donde la tragedia se encuentra con la eternidad

Mackenzie Allen Phillips, es un hombre normal con una vida tranquila aunque una infancia dolorosa y llena de heridas en el alma. Su padre, un hombre con un serio problema con la bebida pero extremadamente religioso es, de cierta forma, el responsable de que su niñez no fuera la más agraciada, pues las golpizas era algo consuetudinario y no solo al pequeño Mack, también a su madre. ¿Los motivos? Eran diversos, si la lluvia no llegaba, si se adelantaba o simplemente si su padre bebía.

Todos tenemos un límite y las cosas no siempre salen bien cuando se agota la paciencia, puede que los pocos hilillos de cordura que aún perduran en el interior ya no estén a favor de una decisión favorable, pero a los 13 años hacen ver la situación doblemente irracional y, ese fue el caso de Mack cuando cegado por la desesperación de las golpizas propiciadas por su padre hacia sí y su madre, decidió hablar con dios, Aunque la manera de hacerlo no fue lo suficientemente adecuada, puesto que al líder religioso a quien conto su historia era también compañero de trabajo de su padre. Así que en cuanto su padre supo de su decisión le dio una severa lección sobre respeto que le costó estar atado dos días a un enorme roble, donde su borracho padre podía golpearlo mientras el pequeño rezaba entre sollozos versículos de la biblia. Como era de esperarse Mack solo espero a que los golpes sanaran un poco y se fue de la casa pero antes de eso, decidió verter un poco de veneno para zorros  a cada botella con licor que encontró por su paso.

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