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La teología, ¿Mero discurso sobre Dios?


Enviado por   •  9 de Junio de 2022  •  Apuntes  •  2.640 Palabras (11 Páginas)  •  82 Visitas

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La teología, ¿Mero discurso sobre Dios?

        La teología es una ciencia, una disciplina o área de reflexión muy asociada con el ejercicio del sacerdocio. En los últimos años ha habido un creciente interés por parte de laicos que, quieren instruirse y adentrarse en el campo de la reflexión teológica, pero en algunos sectores del clero la teología ha experimentado sus crisis.

        A todo esto, nos remite la siguiente pregunta ¿qué significa reflexionar teológicamente? Algunas de las razones de la crisis, mencionada anteriormente son: en primer lugar, la capacidad significativa del lenguaje teológico que ha sido cuestionado por la filosofía analítica. Para la filosofía analítica, éste es más radical: ¿tiene sentido el lenguaje teológico y el leguaje ético?

        En segundo lugar, la teología ha perdido el principado que tuvo durante la Edad Media. La sociedad moderna ha introducido dos componentes nuevos al estudio: la razón crítica y la democracia. La razón crítica ha obligado a la teología a dar razón de sus afirmaciones. La racionalidad moderna exigió a la teología que toda ella fuera fundamental, menos dogmática y más fundamental.

        No basta buscar la verdad o contarla; es preciso hacerla y buscar soluciones a esta situación. Estas razones de la crisis de la teología es necesaria añadir una más. Existe un profundo desconocimiento de la teología, de sus objetos y de sus contenidos.

        La palabra teología significa discurso sobre Dios. Detrás de esta etimología hay dos cuestiones básicas, ¿es la teología un mero discurso sobre Dios? ¿Cuál es la naturaleza de dicho discurso? Si la teología habla de Dios, resultará difícil para muchos encontrar un punto de interés, en especial para los que se llaman ateos.

        Cada religión se distingue por una representación concreta del rostro de Dios, con rasgos bien definidos, de acuerdo a sus experiencias religiosas. Los creyentes se interesan en cuestiones terrenales. La Suma Teológica, escrita en el siglo XII por santo Tomás de Aquino, refiere a la necesidad de la revelación y de la teología e indirectamente al objeto de la misma.

        El hombre está ordenado a Dios como un fin que excede la capacidad de comprensión de nuestro entendimiento. Santo Tomás insiste repetidas veces que el objeto central y principal de la teología es Dios. La teología es un “discurso sobre Dios”. Él es efectivamente el objeto principal. Pero ¿Cómo estudiarlo si nadie ha tenido acceso directo a su conocimiento, si nadie lo ha visto? El discurso sobre Dios es a través de las realidades temporales.

        El conocimiento de Dios no es una experiencia directa e inmediata. Tampoco es posible aislar el discurso sobre Dios del discurso sobre la historia del pueblo. La revelación de Dios es al mismo tiempo la revelación del cosmos y del hombre. Santo Tomás, con respecto a esto, menciona: “las verdades acerca de Dios investigadas por la razón humana llegarían a los hombres por intermedio de pocos, tras de mucho tiempo y mezcladas con muchos errores”. 

        Otra manera de elaborar un discurso sobre Dios es a través de la teología negativa, la apofática, lo que mejor conocemos, lo que no es Dios. No se puede hacer teología hablando únicamente y exclusivamente de Dios. No se puede separar la reflexión sobre Dios y la reflexión sobre el mundo y el hombre.

Cuando el hombre plantea el problema sobre sí mismo, el hombre se plantea simultáneamente el problema de Dios. No se puede separar la reflexión sobre Dios y la reflexión sobre el mundo y el hombre. La dimensión antropológica del problema de Dios explica la proyección de la teología más allá del mero discurso sobre Dios.

El hombre tiene acceso al conocimiento a través del mundo y la historia, la teología debe contener, en su discurso, el tema de las realidades terrenas. La teología es un punto de vista o la perspectiva de su tratamiento. Lo especifico en la teología no es el objeto del tratado, sino la perspectiva de su tratamiento.

Tanto la inteligencia como la voluntad convierten al hombre en imagen y semejanza de Dios, por lo tanto, el hombre pasa a ser objeto obligado de la reflexión teológica. La relación entre Dios y hombre plantea de inmediato el problema de la fe. La fe cristiana es esencialmente una fe encarnada. La encarnación provee de rasgos específicos a la fe cristiana.

La fe cristiana es una fe comprometida. Convoca a los creyentes a la conversión y a la transformación de la sociedad conforme a las exigencias del Reino de Dios y su justicia. La teología no es solo un discurso sobre Dios, pero es también una reflexión sobre las realidades temporales.  

Los temas teológicos se pueden dividir en varias clases, los de primera clase son Dios, Cristo, el Espíritu Santo, la gracia, el pecado, la Iglesia, los sacramentos; el resto serán temas secundarios.

La teología moderna ha buscado la práctica cristiana como un componente esencial del conocimiento teológico. La teología de la liberación tiene una visión escatológica, en la cual se explica la dimensión teologal, el valor cristiano y la urgencia histórica de liberación.

Toda reflexión sobre Dios, sobre su Reino y su justicia, es una reflexión sobre el hombre, el mundo y la historia. Por esto la comunicación humana se encarna, se revela y se realiza el proyecto salvífico y liberador de Dios.

La comunicación a los ojos de un teólogo:

        El Verbo de Dios se muestra a toda la humanidad a través de su Encarnación. Viene al mundo para mostrarnos la redención y cumplir la voluntad del Padre. La Palabra Divina se hace se hace carne, la reflexión sobre la fe se desarrolla en tres elementos:

  1. La Palabra de Dios puesta por escrito.
  2. La Tradición Apostólica.
  3. La asistencia del Espíritu Santo a la Iglesia como depositaria de la Revelación.[1]

Hoy se sigue hablando de cristianizar a la sociedad y esto conlleva cristianizar a los medios de comunicación que se han convertido en un elemento esencial en la formación de una cultura. La comunicación no es ninguna novedad para la Iglesia y menos para el ser humano. En los últimos siglos, los medios de comunicación se han desarrollado y han superado sus propios límites. En las últimas décadas se ha intentado profundizar en la relación medios e Iglesia.

El punto de partida es la esencia relacional del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, es un ser social. Un hombre ha de conseguir multiplicar su dimensión comunicativa. El desarrollo de los medios de comunicación en general, gracias al don de la inteligencia que Dios le ha dado.

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