La trascendencia de la humanidad

La trascendencia de la humanidad se ve regida por la búsqueda de la felicidad, y nos hemos convertido en una sociedad donde priman los fines personales, utilizando a las demás personas solo como un medio, cayendo así en un circulo donde dejamos que nuestra imaginación sea la que predomina en nuestros deseos.

Teniendo en cuenta los argumentos del autor, podemos tener claro que la sociedad como tal es un conjunto de convencionalismo, donde la comunidad quiere seguir una serie de parámetros o tradiciones sin pensar que más adelante hay un mundo de oportunidades, ya que la base es sencillamente proponerse objetivos o metas, y así evitar el conformismo social que se vivencia en la actualidad, donde encierra un problema mayor como lo es “ricos cada vez más ricos acosta de pobres cada vez más pobres” donde cabe resaltar que en el mundo, el capitalismo es el que está invadiendo los hogares de la sociedad, creando así imposibilidades de crear salidas ante la hegemonía de un mundo devastado por la avaricia.

Lo que buscamos es implementar la diferencia puesto que solo queremos tener las cosas de una manera demasiado fácil, cuando la esencia de la vida es el grado de dificultad con la que la vives y así mismo la disfrutas. Es sencillamente ver más allá de lo imaginado, es programarse con la misma vida y vencer obstáculos mentales ya que somos capaces de lograr lo inmensurable, lo intangible lo inimaginable porque tenemos cualidades natas que llevan a cumplir objetivos claros propuestos a lo largo de nuestra vida sin ser interrumpidos sabiendo que en ese transcurso pueden haber caídas, desilusiones, derrumbamientos de nuestra moral pero siempre teniendo una imagen clara de lo que se quiere llevar a cabo para así romper con una serie de enigmas basados en la dominio mental ya que con esto podemos salir de la rutina de llevar una vida monótona y seguir un conjunto de reglas implantadas por la misma sociedad, donde el objetivo se basa en abrir la mente y no ser uno más del montón. es querer llegar más allá de lo escrito por las manos del hombre es querer programar metas positivas para en este caso llegar a un bien común buscando no decir mentiras ni engañarnos a nosotros mismos por que la base de todo esto y así no lo queramos aceptar es el bien propio.

La vida nos enseña sin necesidad de citar a aquellas personas que en verdad se cuestionaron, en diferencia a la conformidad que nos agobia, dejando así frustrado nuestras verdaderas metas, y dejando pasar la vida delante de nosotros, el hecho no es solamente encontrar la felicidad, si no lo es como la buscas, tratamos de dejar a un lado lo que nos desagrada, pero antes deberíamos ser capaces de enfrentarlo, con unos bastos niveles de criterio y argumentos que nos llevaran a tener la victoria en nuestras manos sin olvidar el agridulce sabor de la derrota.

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