Las religiones de China
Enviado por cristhhiand • 29 de Octubre de 2012 • Documentos de Investigación • 8.638 Palabras (35 Páginas) • 426 Visitas
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Las religiones de China
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Cada pueblo tiene la religión que hereda de los antepasados. Este aforismo ampliamente difundido es en China más cierto que en otros países. Los estudiosos dicen que la primitiva religión de los chinos, como de los pueblos que vivían cerca de ellos, era el culto a los antepasados, y a las fuerzas de la naturaleza, a las que creían dotadas de espíritus propios. Precisamente estas dos religiones primitivas han impregnado de forma evidente los dos sistemas filosóficos y religiosos más importantes de la historia china, respectivamente el confucionismo y el taoísmo.
El culto a los ancestros en China
Posiblemente la práctica religiosa más extendida en China es el culto a los ancestros. Un culto que de alguna forma se extiende desde las primeras manifestaciones de su cultura, hasta nuestros días, y que se apropia o utiliza las tres religiones principales taoísmo, budismo y confucianismo. Aunque el culto a los ancestros se suele relacionar con el confucianismo, su origen es mucho más antiguo, extendiéndose su práctica a todas las esferas de la vida religiosa china. A lo largo de este tiempo como religión primordial de los chinos, ha pasado a convertirse en la piedra angular de su vida familiar y social, y en la propia esencia alrededor de la que se construye el carácter de cada persona.
Desde el pasado remoto los chinos consideraban que la persona estaba formada por un cuerpo y varias almas, que no morían con el cuerpo, sino que tras la muerte pasaban a vivir en el mundo de los espíritus. En ese mundo los muertos tenían las mismas necesidades que cuando estaban vivos, comida, ropa, armas, adornos, etc. Objetos que les eran proporcionados por sus descendientes vivos, generalmente enterrados con ellos en las tumbas, o mediante los sacrificios ante las tabletas de los ancestros. Esa es la razón de que en las tumbas antiguas de los reyes y emperadores se hayan descubierto magníficos tesoros que reflejan las necesidades que el fallecido podía tener en el mundo de los espíritus, incluyendo objetos de culto, soldados, guardianes y artículos de su vida cotidiana.
Al igual que cuando estaban vivos los ancianos eran respetados, cuando morían y se convertían en ancestros, eran aún más venerados, pues aunque en ese estado pasaban a depender de sus descendientes vivos, que durante cada comida les ofrecían unos granos de arroz o un poco de vino en los altares de sus hogares, a su vez adquirían la capacidad de bendecir y ayudar a sus descendientes, proporcionándoles prosperidad, felicidad y fortuna. Si bien se creía que los antepasados estaban presentes continuamente, como demostraba la presencia en cada hogar de la tableta de los ancestros, su presencia se hacía más evidente durante algunas festividades y celebraciones, cuando se creía que compartían las ofrendas que sus descendientes les proporcionaban. Pero si a estos ancestros no se les proporciona las cosas que necesitan, se enfadan y hacer daño a sus descendientes. Se convierten en demonios.
Los ancestros de los clanes más poderosos, de los clanes reales, se convirtieron en los tiempos antiguos, en los dioses de todos sus súbditos.
Restos de estas creencias primitivas se encuentran todavía hoy en día en las religiones de algunas de las minorías que habitan en las zonas montañosas del Sur y del Suroeste. De hecho, el mito de Pangu, el creador del universo y todo lo que éste contiene, arrinconado por los chinos en el terreno de la fábula hace ya muchos siglos, mantiene hoy en día una presencia viva en la cultura y religión de varios pueblos indígenas del Sur de China.
Cuando se habla de la religión en China hay una discusión permanente entre los que opinan que los chinos son ateos por naturaleza, y los que aseguran lo contrario. Tal vez ayude a entender mejor la relación de los chinos con la religión, si consideramos que estas religiones primitivas han sido la base sobre la que se han superpuestos las subsiguientes religiones nacionales e importadas.
Confucianismo
Los primeros misioneros europeos que llegaron a China pensaron que el confucianismo era una religión. De hecho se encontraron con la existencia de templos dedicados a él, un cuerpo sacerdotal diferenciado del resto de la población, encargado de propagar sus ideas, el de los letrados, y una compleja liturgia que se ponía en práctica tanto ante numerosos acontecimientos de la vida privada, como en las festividades públicas.
Después los sabios han desmentido esta impresión, asegurando que Confucio no propone la creencia en ningún dios, sino que únicamente establece una serie de normas sociales. Sin entrar en mayores discusiones sobre la esencia de las religiones. Las reglas morales en que deben basarse las vidas de los ciudadanos, las llamadas cinco relaciones: (Gobernante y súbdito, padre e hijo, hermano mayor y menor, marido y mujer y entre los amigos), no son más que un desarrollo de ese culto a los antepasados de los chinos primitivos. Como lo es el énfasis que se pone en cumplir los ritos funerarios, en los que la presencia de sacerdotes budistas o taoístas sólo es una capa de barniz sobre la ceremonia celebrada durante miles de años, en la que los familiares del muerto conducían su alma al reino de las tinieblas. La presencia universal antes de la Revolución en las casas chinas de un pequeño altarcito donde se veneraba a Buda o a los antepasados, o a ambos, no es más que una herencia de esos altares que se mantenían entre los chinos primitivos por si el alma de los antepasados decidía pasar una temporada entre los vivos.
La necesidad de un dios, si es que alguna vez ha sido necesario, se suplió de una forma un tanto ingeniosa con la figura del emperador, que, considerado hijo del cielo, se colocaba en la cúspide de la pirámide humana, con una categoría semidivina. De tal forma podemos ver que el confucianismo sí es una religión. El Imperio es su dios (representado por el emperador de turno) y Confucio su profeta. Su liturgia es milenaria, y sus principios básicos son tan antiguos como el propio pueblo chino.
Taoísmo
El taoísmo, dicen los chinos que es la única religión originada en su propio país. Y en realidad tampoco es cierto, primero por que a lo largo de la historia se han numerosas religiones y cultos, de las que un buen número de ellas han llegado hasta nuestros días tras una historia accidentada, y segundo por que en su origen el taoísmo no era una religión, sino un sistema filosófico, el desarrollado entre otros por Lao Zi y su discípulo Zhuang Zi. Una filosofía un tanto esotérica que exploraba y desarrollaba la segunda de las religiones primitivas de China, el culto a la naturaleza, propugnando la integración del
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