Los Frutos Del Espiritu
Enviado por bubu874 • 24 de Noviembre de 2013 • 645 Palabras (3 Páginas) • 339 Visitas
Se conoce a los doce frutos del Espíritu Santo como las piezas que crean el perfil del cristiano autentico. El primer fruto presentado es el de la caridad, donde la persona ve a Cristo en su prójimo y esta siempre dispuesto a ayudarle generosamente; aunque no lo practico todo el tiempo en muchas ocasiones me nace ayudar al prójimo sin esperar nada a cambio. En segundo lugar está el fruto del gozo, aquí se refiere a como se irradia un resplandor en el interior que lo destaca en cualquier lugar y se proyecta alegre y optimista; no se si poseo esa luz que me hace brillar, pero lo que si sé es que me gusta dejar mi huella y hacerme sentir.
Por otro lado, encontramos la paz que transmite una persona serena y tranquila, donde se podrá preocupar pero nunca angustiar; hasta cierto punto poseo un poco de paz, pues aunque parezca lo contrario difícilmente me angustio de verdad. A esto se une el siguiente fruto, la paciencia, la persona no se aíra fácilmente ni guarda rencor ni se descorazona cuando las cosas salen mal y cada vez que se cae se levanta; la paciencia no es el mejor don que proyecto sin embargo puedo permanecer muy calmada antes muchas situaciones, pero quizás otras que no se merezcan una actitud ni desesperación son bastante influyentes en mi, como lo sería encontrarme en una congestión vehicular.
Así mismo, se presenta el don de la benignidad, se es amable y la gente acude a la persona que lo posea con sus problemas, se dice que lo ven como confidente y sienten alivio con solo hablar con el; aunque no sea amable todo el tiempo, en mi juventud la mayoría de mis amistades recurrían a mi por consejos y personas que menos me he imaginado han confiado en mi para ayudarlos con sus problemas. El siguiente don es la bondad, defiende con firmeza la verdad y el derecho, aunque se encuentre solo, no juzga a los demás y es generoso con Dios; en muchas ocasiones defiendo vehemente la verdad y el derecho, cuando niña siempre me decían que debía ser abogada.
Por otra parte, encontramos la longanimidad, la persona no se impacienta ante la desgracia y el fracaso o ante la enfermedad y el dolor, no siente autocompasión y no se rebela; ciertamente en ocasiones he practicado la rebelión, en todo lo demás trato de aguantar y permanecer tranquila. No podemos dejar atrás la mansedumbre, se razona con persuasión, se es delicado y lleno de recursos y se entrega sin ambición; yo puedo ser obediente, de hecho me gusta seguir las reglas aunque si me de problemas ser sumisa. El siguiente fruto es la fe y por tal razón no oculta la piedad y defiende la verdad con prontitud; no es imposible mantener la fe ante muchas cosas, aunque dude en otras.
Igualmente, la modestia es importante en el comportamiento, la vestimenta y el lenguaje; siempre me ha gustado vestir con modestia aunque acepto que mi lenguaje puede ser un poco soez. A esto se le une la continencia y moderadamente se controlan las pasiones con la
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