Los jóvenes Preguntan... ¿Cómo Puedo Divertirme?
Enviado por chycho • 2 de Octubre de 2013 • 847 Palabras (4 Páginas) • 278 Visitas
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Los jóvenes preguntan...
¿Cómo puedo divertirme?
Edificantes reuniones sociales
Para un buen número de jóvenes, pasar un buen rato significa asistir a reuniones sociales. “Nos gusta invitar a los amigos a comer algo y escuchar música”, comenta la joven Aveda. Las reuniones de carácter social ocupan su debido lugar en la vida del cristiano. El propio Jesucristo asistió a comidas especiales, bodas y otras reuniones sociales. (Lucas 5:27-29; Juan 2:1-10.) Así mismo, los primeros cristianos disfrutaban reuniéndose para comer y tener sana convivencia. (Compáralo con Judas 12.)
Si tus padres te dejan organizar una fiesta en casa, ¿de qué forma evitarás problemas y contribuirás al disfrute de todos? Preparando todo bien. (Proverbios 21:5.) Por ejemplo, es lógico invitar solo a un número de amigos que pueda supervisarse bien. Cuando las reuniones son pequeñas, es menos probable que se conviertan en “diversiones estrepitosas” u “orgías”. (Gálatas 5:21, Nueva Biblia Española.)
A los cristianos del siglo I se les instó a no tener vida social con quienes ‘andaban desordenadamente’. (2 Tesalonicenses 3:11-15.) No hay mejor modo de aguar una fiesta que invitar a jóvenes con fama de alborotadores o ingobernables. Es conveniente seleccionar bien a los invitados, pero sin limitarse siempre al mismo círculo. ‘Ensánchate’ para conocer a más hermanos de la congregación, entre ellos a personas mayores. (2 Corintios 6:13.)
¿Vas a servir refrigerios? De ser así, no tienen que ser ni espléndidos ni caros para que los invitados gocen de la ocasión. (Lucas 10:38-42.) “Algunas noches nos reunimos para cenar pizza”, señala Sanchia, una joven sudafricana. A menudo, los invitados se ofrecen a aportar alimentos.
¿Qué actividades pueden realizarse en una reunión además de ver la televisión, escuchar música o conversar? “Por lo general planeamos la velada de antemano —agrega Sanchia—. A veces hemos organizado algún juego, o alguien toca el piano y todos cantamos juntos.” Una chica africana llamada Masene comenta: “En ocasiones jugamos a las cartas, a las damas y al ajedrez”.
Jennifer, de quien se citó antes, dijo a ¡Despertad!: “En la congregación hay un anciano que nos invita a su casa a participar en juegos bíblicos. Para no jugar mal hay que conocer bien la Biblia”. El representante de ¡Despertad! preguntó luego a otros jóvenes: “¿No les parece que los juegos bíblicos están fuera de lugar?”. Casi a coro, contestaron: “¡No!”.
“Te ponen a prueba”, dijo una adolescente. “Son muy divertidos”, comentó otra. Cuando se hacen solo para divertirse, y no se exagera la competitividad, son agradables y educativos. (Consulta el artículo “Haciendo las reuniones agradables, pero provechosas” en ¡Despertad! del 22 de septiembre de 1972.)
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