MARCOS 12-1
Enviado por CHUCHORON • 28 de Enero de 2013 • 566 Palabras (3 Páginas) • 266 Visitas
. (12,1-12) La gente a la cual Jesús se dirige es la misma que la del pasaje anterior (los representantes
del sanedrín). El principio de la parábola nos recuerda a la parábola de la viña de Isaías 5 (figura del
pueblo de Israel), en la que Dios ponía mucho cuidado. Comenzando casi igual, pero cambiando la
orientación, Jesús hace que los oyentes escuchen con mucha atención, pues se trata de ellos mismos.
La parábola nos dice que el dueño hizo todo lo posible para tener una buena viña. Esto implica mucho
trabajo y una gran inversión. El curso de la parábola, sin embargo, es extraño. Él se fue lejos, dejando la
viña en manos de labradores. Pero justamente el propósito de esta parábola es confrontar a los
oyentes. En la vida normal, un dueño no actúa así con tanta paciencia, ni tampoco los labradores
actúan en forma tan cruel. Pero esto encaja perfectamente en la realidad de Israel y Dios. Dios trata a
su pueblo Israel con mucha paciencia, pero sus líderes actúan tan absurdamente como los labradores
de esta parábola. Al igual que el dueño mandaba cada vez más siervos para recibir los frutos de la viña,
así enviaba Dios a sus profetas para recibir los frutos del pueblo y de sus líderes, es decir, conversión y
obediencia. Muchas veces los profetas fueron rechazados, sobre todo por los líderes espirituales del
pueblo.
La parábola, ahora, llega a un clímax absurdo. El dueño envía a su hijo como si tuviera confianza en
que los labradores le perdonarían la vida, aunque antes habían maltratado a todos, incluso matados a
algunos. El dueño de esta viña, confiadamente dice: "Respetarán a mi hijo". Los labradores reciben la
oportunidad para demostrar que existe un brote de benevolencia en ellos. Pero también dieron muerte
al hijo, fuera de la viña. Está claro que Jesús se está orientando esta parábola a sí mismo. Él es más
que los profetas y más que Juan el Bautista. La parábola es una profecía de lo que sucedería pronto:
los líderes del pueblo matarán al Hijo de Dios. Matar a Jesús es más que un incidente, es la culminación
de una larga historia de resistencia contra Dios.
Es evidente lo que hará el dueño de la viña: "Vendrá, y destruirá a los labradores, y dará la viña a
otros". Dios dará la viña (el pueblo de Israel y los creyentes de las naciones) a otros líderes: los
discípulos y apóstoles de Jesús. Es una decisión tremenda, pero real.
Jesús explica esta realidad según las Escrituras (Salmo 118). Este salmo, que se aplicó a la entrada
triunfal de Jesús en Jerusalén, se aplica también a esta situación de rechazo de parte de los líderes
espirituales. Aunque es incomprensible que los líderes mataran al Hijo, en el
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