Nunca Eres Joven Para Aprender
Enviado por danifigueroin • 7 de Marzo de 2015 • 732 Palabras (3 Páginas) • 222 Visitas
NUNCA ERES DEMASIADO JOVEN PARA APRENDER, NI DEMASIADO VIEJO PARA CAMBIAR - SEE MORE AT: HTTP://FAMILIAS.COM/NUNCA-ERES-DEMASIADO-JOVEN-PARA-APRENDER-NI-DEMASIADO-VIEJO-PARA-CAMBIAR#STHASH.V5HQSGDR.DPUF
A veces sentimos que estamos demasiado hechos o maduros para cambiar, pero el deseo y el poder de cambiar están dentro de ti. ¡No lo dejes escapar! Te comparto, como ejemplo, la historia de un abuelo que cambió su vida.
La historia de un anciano
Siempre me ha gustado escuchar, una y otra vez, que una persona me cuente su vida. Uno nunca se imagina por todo lo que han tenido que pasar y qué decisiones han tomado que los han llevado a ser lo que son ahora. Hay historias fascinantes llenas de valor, entusiasmo y perseverancia, pero hay una en particular que me ha dejado una lección muy importante en mi vida.
Hace algunos años, conocí a un abuelo maravilloso, amoroso, amable y servicial que luchó siempre por ayudar a sus hijos y nietos a estar unidos como familia, así como a ser buenas personas. Muchos miembros de su familia habían desviado poco a poco su camino, encontrándose lejos de ser lo que este abuelo deseaba, por lo que sufría constantemente.
El cambio está en ti
Muchas personas le decían que dejara de preocuparse por sus hijos, que disfrutara su vejez, a sus nietos, su jubilación, pero él no hacía caso. Seguía buscándolos, sirviéndoles e invitándoles a ser mejores personas, pero siempre con pobres resultados.
Una vez, alguien le preguntó la razón por la que seguía intentando traer de vuelta a sus hijos al camino del bien. Casualmente yo estaba ahí para escuchar la respuesta. Comentó que él fue militar toda su vida. Vivió una vida alejado de su familia por los viajes constantes que su trabajo requería, viviendo entre personas con distintas costumbres, creencias e ideologías. Pasó tanto tiempo solo, que fácilmente se dejó llevar por las pasiones del momento, los vicios y el egoísmo. Cuando volvía a casa y veía a su familia, en vez de disfrutarlos, pasaba el tiempo de mal humor o perdía la paciencia fácilmente con sus niños, por lo que prefería irse a pasar tiempo con sus amigos a lugares de mala muerte.
Cuando llegó el momento de su jubilación, sus hijos habían crecido lejos de él y su amada esposa era ahora de edad avanzada. Recordó todas las noches en que su pareja y sus niños le suplicaban que se quedase con ellos o que los acompañara a la Iglesia y le vino un gran remordimiento. Era demasiado tarde para recuperarlos, había pasado mucho tiempo y ahora él era viejo.
Pasó algún tiempo deprimido y solitario, hasta que su esposa, que nunca había perdido ni su amor ni su esperanza en él, le hizo un simple comentario amoroso, que cambió su vida: "El cambio está dentro de ti".
Todo por amor.
Este abuelo, dice que esas palabras penetraron
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