PROMESAS DE SANACION EN LA BIBLIA
Enviado por ARTHEMIS • 26 de Mayo de 2013 • 565 Palabras (3 Páginas) • 495 Visitas
Jesús sana a muchos enfermos: Mateo 8:16-17
Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y con una sola palabra expulsó a los espíritus, y sanó a todos los enfermos. Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: «Él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores.»
Jesús sana a la Suegra de Pedro: Mateo 8:14-15, Lucas 4:38-39
Entró Jesús en la casa de Pedro, y vio que su suegra estaba postrada en cama con fiebre.
El le tocó la mano, y la fiebre la dejó. Luego ella se levantó y comenzó a servirle.
Al atardecer, trajeron a él muchos endemoniados. Con su palabra echó fuera a los espíritus y sanó a todos los enfermos,
De modo que se cumpliese lo dicho por medio del profeta Isaías, quien dijo: El mismo tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades.
Jesús sana al siervo del centurión: Mateo 8: 5-13, Juan 4:43-54
Cuando Jesús entró en Capernaúm, vino a él un centurión y le rogó diciendo: —Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, y sufre terribles dolores.
Y le dijo: —Yo iré y le sanaré.
Respondió el centurión y dijo: —Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo. Solamente di la palabra, y mi criado será sanado.
Porque yo también soy un hombre bajo autoridad y tengo soldados bajo mi mando. Si digo a éste: “Vé,” él va; si digo al otro: “Ven,” él viene; y si digo a mi siervo: “Haz esto,” él lo hace.
Cuando Jesús oyó esto, se maravilló y dijo a los que le seguían: —De cierto os digo que no he hallado tanta fe en ninguno en Israel.
Y os digo que muchos vendrán del oriente y del occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos,
pero los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera. Allí habrá llanto y crujir de dientes.
Entonces Jesús dijo al centurión: —Vé, y como creíste te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella hora.
Jesús sana a un leproso: Mateo 8:1-4, Marcos 1: 40-45
Cuando descendió del monte, le siguió mucha gente.
Y he aquí vino un leproso y se postró ante él diciendo: — ¡Señor, si quieres, puedes limpiarme!
Jesús extendió la mano y le tocó diciendo: —Quiero. ¡Sé limpio! Y al instante quedó limpio de la lepra.Entonces Jesús le dijo: —Mira, no lo digas a nadie; pero vé, muéstrate al sacerdote y ofrece la ofrenda que mandó Moisés, para testimonio a ellos.
La mujer enferma y la hija de Jairo: Mateo 9:18-26, Lucas 8:40-56
Hablando él estas cosas á ellos, he aquí vino un principal, y le adoraba, diciendo: Mi hija es muerta poco ha: mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá. Y se levantó Jesús, y le siguió, y sus discípulos. Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre doce años había,
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