PROPUESTAS BÍBLICAS PARA UNA SITUACIÓN DE CRISIS
Enviado por leohego27 • 26 de Octubre de 2013 • 2.187 Palabras (9 Páginas) • 354 Visitas
PROPUESTAS BÍBLICAS PARA UNA SITUACIÓN DE CRISIS
Margot Bremer rscj
Tomado de la revista ACCIÓN (Asunción-Paraguay) nº 213, mayo 2001
http://www.hernandarias.edu.ar/ceiboysur/biblioteca/bibliaycrsis.htm
Hace algunos años, cerca de San Joaquín, había preguntado una vez a un chamán mby'a guaraní por la vida de su comunidad. Me respondió, que había en ella algunos que no tenían más "camino", pero que Ñamandú les ayudaría a reencontrar nuevos caminos, dentro de la misma comunidad. Al constatar yo con sorpresa su parecido con nuestro Dios cristiano, aquel respondió tranquilamente: "¿Por qué hablás tanto de nuestro Dios y vuestro Dios? ¿Acaso no es el mismo Dios?". Esta palabra suya me "iluminó", pues me ayudó llegar a lo esencial.
Comencé a preguntarme qué significaría en su lenguaje "no tener más camino". Probablemente se trataría de una situación profundamente humana, presente en cada cultura. Realmente existen situaciones límites que nos llevan a una crisis tan profunda que parece cortado todo camino y cerrado todo horizonte. El pasado parece muerto, el presente un funeral y el futuro una tumba.
Pero "crisis" no quiere decir "fin del camino o de la historia". Todo lo contrario: pues una situación crítica nos llama al movimiento: a discernir con coraje y decisión. Coraje para superar la sensación de parálisis; y decisión para romper con esquemas antiguos en busca de otros inauditos.
Una obra maestra para discernimientos en situaciones críticas es la Biblia. Ella nos ofrece un amplio abanico de propuestas frente a tales momentos, siempre dolorosos y por lo tanto despreciados pero a la vez siempre humanizantes y por lo tanto apreciables.
Las situaciones de crisis de Jesús
Jesús ha sentido y sufrido muchas crisis en su vida, justamente por ser tan extraordinariamente humano y coherente. La tuvo cada vez en que la gente depositaba su confianza en él como un liberador que triunfa sobre sus adversarios. Jesús, sin embargo, quiere llegar mucho más allá y por eso percibe en seguida el espejismo de esta solución esperada por el pueblo, provocada por una desesperación generalizada. Jesús ve claramente la inviabilidad de un camino triunfalista, pero también percibe con claridad que el pueblo no aceptaría otro camino, más integral, más comunitario, más procesual. El pueblo espera de él sólo una solución inmediata que evidencia su superioridad de poder sobre los opresores; tanto el Imperio Romano como el sistema religioso legalista. No quiere ser ni un Bar Kochba ni un Barrabás, sin propuestas alternativas respecto al futuro. No quiere ser como el falso profeta Ananías que quitó con ligereza el yugo simbólico del verdadero profeta Jeremías, rompiéndolo en público (Jer 28,10); había preferido agradar al pueblo que salvarlo.
Jesús está dispuesto a pagar el precio por la verdadera salvación, renunciando -igual que Jeremías- a la engañosa adulación del pueblo. Sabe que hay mucha gente interesada en que no llegue a todos, sino solamente a algunos, esta liberación. Contra tal lógica de exclusión, Jesús propone otra de una inclusión, dando muestras con sus así llamadas "multiplicaciones de los panes", siempre mal interpretadas por los mismos participantes (p.e. Jn 6,26).
Jesús sabe, si él pierde ahora la confianza en el pueblo, éste no le va a seguir más. Jesús está en crisis. Finalmente, con coraje, él rompe con esa esperanza "light" que su pueblo quiere que le brinde, proponiendo un camino impopular e inaudito, con el riesgo de perder todo. Incluso sus propios discípulos se espantan (v. 66). Sin embargo, desde una mirada de la historia del reverso, Jesús decididamente renuncia al triunfalismo y al éxito. Á partir de experiencias, él propone hacer morir las ilusiones autofabricadas para hacer germinar -en medio de toda la injusticia y la corrupción- la vida nueva del reino. Un paradigma histórico para esta propuesta representa el vie . o Abrahán, que intentó, junto con Sara, con modos inmediatistas, asegurar su sueño del futuro pueblo. Tenían que liberarse del esquema acostumbrado de solucionarlo; tenían que entrar en la noche oscura para poder descubrir la inmensidad de estrellas. Frente a esta perspectiva de años de luces y sueños infinitos, ellos reconocieron los sueños de Dios superiores y se abrieron a lo inaudito y hasta a lo imposible (Gen 18,14). Descubrieron, desde la óptica de Dios, que su propia impotenciá, siempre experimentada como muerte, ahora era la condición para dejar a Dios generar la vida nueva.
También Jesús sueña con una nueva humanidad, con el reino. En el monte Tabor se manifiesta su situación crítica en relación con su pueblo. El se mira desde el fin del reino, transversalmente opuesto al de la gente. Cuando Lucas dice "aconteció ocho días después de estos discursos" (Lc 9,28), entonces se refiere al día de la resurrección: pues el número 8 significa infinitud, eternidad. El verbo "acontecer", gr. egeneto, aparece en este texto seis veces para subrayar que la transfiguración del presente desde su último destino acontece ya en la historia. Esta mirada de la historia desde el futuro da coraje y decisión para encauzar el presente hacia la misma dirección.
Jesús decide arriesgarse y ofrece decididamente su propuesta, impopular pero salvífica: "en efecto, el que quiera asegurar su vida la perderá, pero el que pierde su vida por causa mía, la asegurará" (Lc 9, 23-24; cf. Jn 12, 25). Tal propuesta choca a cualquiera y él lo sabe. Se siente verdaderamente "turbado" (Jn 12,27) en esta crisis, pero la enfrenta con coraje y decisión: "Precisamente llegué a esta hora para encontrar esto que me angustia". No se entrega a la sin-salida, sino rompe con el esquema traidor de abandonar y desandar todo el camino corrido hasta ahora. Reopta, con toda la pasión de su vida, por la continuación de su propuesta inaugurada: el reino. Su turbación y su angustia expresan el sufrimiento por su pueblo del cual su propia carne se hace eco. Jesús propone en esta crisis optar por un futuro alternativo, aunque sea a un costo alto. Los que siguen este camino en su práctica (Lc 6,47), serán difamados, maltratados y perseguidos, pero experimentarán ya ahora la presencia incluyente del reino que están buscando (cf. bienaventuranzas). Esta experiencia ayuda a vivir este momento crítico desde el futuro, desde las estrellas de Abrahán, desde la transfiguración de Jesús, y esto impulsa a cambiar el presente.
¿Qué proponen para la situación de crisis los otros dos personajes en el monte Tabor: Moisés y Elías?
Crisis de Moisés
También Moisés ha conocido más que una vez aquella situación de crisis
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